De niños no me dejabas jugar contigo. No me prestabas tus juguetes, comías helado sin invitarme, me botabas de tu habitación.
Pero ya hemos crecido, y mis ganas de que me invites a tu recámara siguen siendo las mismas que antes.
Solo quería jugar co...
— Sí, hasta que lo descubrí besándose con la señora HanSung, mi ex-niñera.
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— ¿Cómo reaccionó tu madre biológica cuando se lo contaste?
— Se enojó demasiado, no lo quería creer... luego pensó que me lo merecía.
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— Sabías que te era infiel, ¿nunca consideraste romper el matrimonio?
— Sentía que no podía vivir sin él.
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— ¿Alguna vez sospechaste que él pudo haber sido abusado cuando tomaste la adopción?
— Cuando llegamos a Estados Unidos, Taehyun se comportaba raro, pero siempre creí que era por la muerte de su madre —SunHa hablaba en voz baja, algo que no importaba al estar en un lugar cerrado y en completo silencio—. Lo quise llevar a terapia, pero él lloraba demasiado cuando lo dejaba solo, y cuando estaba con él y el doctor, me abrazaba diciendo que quería ir a casa...
— ¿Cómo era su relación con Kang HanSung?
— Éramos muy unidas.
— ¿Por qué?
— Ella me confiaba sus secretos... yo era la única que sabía que fue abusada —SunHa tragó duro, se sentía mal al estar contando por primera vez algo que dijo que guardaría hasta la tumba—. Le ofrecí mi ayuda, pero ella insistía en que estaba bien, y que no tenía ningún rencor con que Taehyun haya sido el producto de aquello.
— ¿A los cuantos años lo tuvo?
— A los quince, si no mal recuerdo...
— Gracias por sus respuestas.
El hombre vio a SunHa levantarse antes de hacer una reverencia. Tuvo que esperar hasta que se fuera para poder suspirar, mirando a su ayudante por sobre sus anteojos.
— Qué hijo de puta, ¿no?
— Aprovecharse de mujeres que no están en buenas condiciones ya es algo muy común, pero... ¿meterse con sus hijos? —el policía se encogió de hombros mientras negaba con la cabeza—. Solo queda ubicar a esos pequeños... aunque no se pueda hacer justicia correctamente.
¿Su hija ha mostrado algún comportamiento extraño desde que usted comenzó una relación con el difunto Choi DangHoon?
Sí... pero nunca se atrevió a decirme nada.
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— ¡Terry! ¡Señor y señora Jenkins! ¡Kaaai!
El último se soltó de la mano de su madre solo para correr a Clarisse, quien lo tomó en un abrazo tosco digno del auxilio del menor.
