Su mirada fija en la pantalla mientras que su calidez se sumergía en el sillón. Estar sentado ahí sin moverse en lo absoluto era algo que frecuentaba a hacer desde que se dio cuenta que era una molestia para BeomGyu.
Pero ahora no era exactamente esa la razón. Si era sincero, Taehyun preferiría tener otro lugar donde ir que a ese mueble negro, porque no podía estar tranquilo sabiendo que alguien llegaría a hacerle cosas malas; justo como ahora, donde una mano comenzaba a acariciar su cabellera con suavidad, distrayéndolo de sus pensamientos.
Llorar no servía de nada, pero aún así el dolor y el miedo de saber qué se aproximaba lo ahogaban en un llanto silencioso, del que no se podía salvar ni para pasar desapercibido.
Tragó duro esperando a que DangHoon se inclinara y le ofreciera la mano para bajar del sillón, y así llevarlo al lugar donde cometía sus atrocidades contra su pequeño cuerpo. Pero los segundos pasaban, y ningún hombre rozaba su aliento contra su mejilla.
— Mira, Taehyunnie.
SunHa.
El alivio recorrió su cuerpo al saber que la persona que le estaba acariciando la cabeza era aquella mujer. Sobó la esquina de sus ojos con el dorso de la mano, quitándose las pequeñas lágrimas que habían comenzado a salir sin su permiso y así poder levantar la mirada hacia SunHa.
No le gustaba que las personas lo vieran de esa forma.
YoungMi lo miraba así, también las gemelas, YeonJun, las otras sirvientes, todos.
Todos menos DangHoon, que aún enterándose de que la persona que lo amaba tóxicamente había muerto, no deshacía aquel deseo por poseer el pequeño cuerpo de Taehyun cada día, notándose el destello de lujuria en sus ojos.
— No llores, cariño —SunHa suplicó antes de sentarse a su lado, abriendo sus brazos para que fuera con ella, pero Taehyun negó—. ¿No quieres un abrazo?
— No...
La mujer apretó los labios en una línea fina, antes de asentir ligeramente sin desviar la mirada del pequeño rostro de Kang.
Ya había pasado una semana del accidente, no se conocían noticias de BeomGyu, nadie hablaba de él en casa. Pero las cenizas de HanSung ya estaba ahí, en un jarrón extraño que Taehyun acariciaba cada vez que toda la mansión se quedaba en silencio, sin nadie molesto cerca.
La ausencia de BeomGyu se sentía.
— ¿Puedo hacer algo para que estés mejor? —Taehyun negó, no quería darle oportunidades a personas para que se aprovecharan de los regalos que le daban—. ¿O ir algún lugar? Estás todo el día aquí... Me pone mal verte así, Taehyun.
¿Ir a algún lado? Si Taehyun era sincero, aquella idea sí le agradaba.
Ya había pasado un buen tiempo en el que las ganas de irse de ese lugar lo habían tentado demasiado. Se escaparía de BeomGyu, de DangHoon, de la indiferencia de la mayoría de las personas que lo rodeaban.
Sus ojitos con lágrimas miraron a los de SunHa, tragando duro antes de hablar en un tono demasiado bajo. — Me quiero ir.
— ¿A dónde? ¿Al parque? —SunHa preguntó con igual tono, tratando de empatizar con el pequeño—. ¿Al cine?
— No —negó temeroso, su valentía arrastrándose en sus palabras—, quiero irme lejos... y no volver.
La mayor parpadeó algo incrédula, alejando su rostro del pequeño que la miraba con insistencia, con demasiada esperanza.
— ¿Por qué?
El silencio de Taehyun la puso nerviosa, tan solo recibía una mirada que pedía ayuda a gritos. Pensó que tal vez estar en este lugar lo ponía de esa forma, recordar a su madre, recordar el mal trato que tenía Beomgyu con él.
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Juguete (BeomHyun/TaeGyu)
FanfictionDe niños no me dejabas jugar contigo. No me prestabas tus juguetes, comías helado sin invitarme, me botabas de tu habitación. Pero ya hemos crecido, y mis ganas de que me invites a tu recámara siguen siendo las mismas que antes. Solo quería jugar co...