Capítulo Veinte

9.7K 1.3K 2.1K
                                    

— El profesor me gritó... —musitó SooBin mientras un puchero triste escapaba de sus labios—. No entiendo por qué... El señor Lee no me obligaba a resolver problemas. ¿Por qué él sí? ¿Por qué me gritó tan feo? Beommie... no me gusta este lugar, yo quiero estar contigo.

SooBin no podía estar más deprimido mientras el cuerpo le comenzaba a doler por estar casi cinco horas sentado sobre aquella silla que era parte de su pupitre.

Los profesores eran malos con él, y sus compañeros lo miraban como si fuera un bicho raro. No había otra forma de desahogarse que contándole a BeomGyu sus penas por celular, pero este se había callado por completo luego de lo que había dicho.

— ¿Beommie? —susurró con la voz rota, era mucho estrés y parecía que nadie le entendía ni se apiadaba de él—. Beommie, te estoy hablando.

— Perdón, tengo que cortar.

Antes de que el menor lo hiciera, SooBin terminó la llamada, así tal vez su único amigo se daría cuenta que estaba enojado con él.

Y triste, porque no pasaron muchos segundos para que tibias gotitas resbalaran por sus mejillas, y que su respiración comenzara a dificultarse. Necesitaba a su mamá para que lo abrace, o a su papá para que lo ayudara, o a su caballo para que le diera un paseo, o a su loro para que le dijera "eres el mejor", o a su cachorro para que le lamiera la mejilla, o a cualquiera de todos sus animales, o a sus cosas.

— SooBin, ¿qué haces sentado? Vamos a la cafetería.

¡O a YeonJun! Que siempre aparecía en el momento que lo necesitaba para rescatarlo. SooBin levantó el rostro y volteó inmediatamente hacia la puerta, su alma se había aliviado cuando vio a Yeon parado bajo el umbral con una cajita de leche de almendras en una mano, y a su lado EunSoo metida en su celular.

No esperó mucho para levantarse y correr a él hasta abrazarlo, sumergiendo su rostro en el cuello del mayor donde su fuerte perfume lo podía sedar. YeonJun no preguntó por qué estaba llorando, y en vez de eso solo aseguró el agarre en su cintura, dejándole en claro que estaba ahí, y que ya todo iría bien.

— Infantil.

— Cierra la boca, EunSoo.

— Cierra la boca, EunSoo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Papá, no seas terco.

El anciano arrugó el entrecejo cuando su único hijo varón dijo aquello. No le agradaba para nada los consejos que todas sus hijas le estaban dando. YoungMi le confirmaba que su casa era segura, su hija mayor decía que era mejor dejarlo en la clínica, y JungHan le insistía en tomar una decisión rápido.

— Estoy bien.

— No estás bien, padre —dijo la mayor con total frustración, acomodándose mejor en el borde de la cama—. Tú eres el que elige, te llevamos a la clínica, o te quedas en casa de YoungMi.

Todos los presentes esperaron una respuesta del hombre echado en la cama, quien arrugó aún más el entrecejo mientras les tiraba miradas críticas, como si lo único que buscaran fuera su muerte.

Juguete (BeomHyun/TaeGyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora