Capítulo 8.

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Sonrei, ella no quería que me fuera la apreté más contra mi pecho.

-Tu hermana ahora vendrá a ver que me paso, lo sé.

-no me importa mi hermana ahora mismo.

-sabes que pronto tendrás que arreglar todos tus problemas con ella, rubia.

-No hablemos de ella, me enferma ¿todavía cantas, Dixie?

-Sí, incluso he escrito bastantes canciones. -Ella sonrió.

-¿En serio? ¿Me las podrías mostrar algún día? -Dijo emocionada. Si supiera que las escribo para ella...

-Claro que si. -Dije dudosa.

-¿Addison? -Dijo Sofía desde afuera.

-Espera, yo resuelvo esto. -Me separe de ella y fui a abrir la puerta.

-Que mierda estas haciendo aquí, Dix? O Addison, ¿Ahora que rutina meter todos a tu habitación? -Dijo mirándola. No voy a dejar que le hable así.

-Allá abajo estas diciendo lo muy imbécil que has sido con ella ¡Y mira! Lo sigues siendo. ¿Como le puedes hablas así? Controla tus malditos impulsos, Sofía -Ella bajo la mirala y le pego a la pared antes de salir y cerrar la puerta de un portazo.

-Ella tiene que aprender a controlarse
-Dije mientras me sentaba a su lado

-Supongo... -La abracé.

-Nada de lo que dice es verdad. -Dije dándole un beso en la cabeza.

-Gracias, Dix.

-¿Por qué?

-Por escucharme y comprenderme

-Siempre que nesesites a alguien puedes buscarme. -Ella sonrió. Verla sonriendo me hace sentir completa

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Addison.

Después de que Dixie se fue, lo primero que hice fue llamar a Avani y contarle. Ella no dejó de decir lo hermosa que había sido conmigo y yo estaba de acuerdo con eso me bañe y me cambia para dirigirme a la escuela. ¡Queria verla! Si, eso quería. Ignore a mi hermana por completo que me llamó varias veces desde la cocina y empecé mi camino hacia la escuela. Minutos después llegué y me acerque a mi amiga que estaba en la salida empeorandome.

-Amiga, ¡Hoy saldré con Antony! -Dijo feliz abrazándome.

-Sí, ya lo se. Ayer me lo dijiste como, ¿mil veces? -Dije riendo.

Entramos a la escuela y empezamos a guardar nuestros libros. Los pasillos estaba llenos, como todos los días. Unos se besaban, otros hablaban y otros estudiaban.

A los lejos pude ver a un chico alto, cabello rizado chocolate y ojos claros que me parecieron bastantes conocidos.

-¿ese no es Griffin? -Dijo mi amiga mirándolo. ¡Cómo olvidarlo! Griffin unos de los enemigos más grande de mi hermana y sus amigos. El años pasado se había ido a New York con su madre, pero al parecer volvió y se quedará. Solo espero que no tengas problemas como alguna vez lo tuvieron. En especial Dixie, que a veces puede ser muy agresiva.

Hablando de Dix, venía caminando e ignoro a Griffin y todas las personas que tenía a su alrededor, siguio caminando y me miró. Sonrió y se acercó a mí.

-Buenos días rubia.

-Buenos días Dixie. -Dije sonriendo. Ya me imagino como estaríaj mis mejillas de rojas.

-Ay amiga. No puedes estar las enamorada

-¡Mira quién habla! -Dije riendo.

Pronto el timbre sono. Hora de empezar clases.

Después de varias horas de aburridas e infernales clases, ya nos encontramos en la hora del almuerzo. Estaba sentada en una mesa con Avani mientras miraba a Dixie y ella una que otra vez me regalaba una sonrisa, yo se la devolvía. Aunque Madison estaba con ella a su lado. Pero no debería hacerme ilusiones, yo para ella solo soy la hermana de su mejor amiga. Nada más.

Griffin entro con unas cuantas chicas a su lado, todas se fijaron en él.

-Todas parecen idiotas detrás de él.
-Dijo mi amiga mientras comía.

-Lo sé. Esperame, botare esto. -Cogo mi bandeja y me levante. Cuando la bote, sentí una mano en mi hombro y voltee.

-Addison, sigues siendo la misma chica hermosa de siempre -Dijo Griffin sintiéndome.

Eres mía, rubia (dixison) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora