Capítulo 32.

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Addison.

Me desperte en el sofá de mi novia y lo primero que hice fue preguntarme donde estaba. Las dos nos habíamos. Quedado dormidas.

-¿Dix?

-Estoy aquí. - Respondió desde la cocina.

-¿Cuando te levantaste? - Dije acercándome a ella.

-hace como media hora. Tu no te diste cuenta, eres una pequeña dormilona. - Rei.

Dixie estaba en ropa interior. No supo todo lo que provocó en mi cuando la vi así.

Oh Dios, ¿que estoy diciendo?

Pero siendo sincera, Dixie provocaba muchas cosas en mi. Cosas que jamás imagine sentir.

Nunca había pensado así de una chica, ni de nadie, pero con Dixie era diferente. Y a veces, me gustaría saber hasta donde podría llegar.

Pensé se que todavía no tengo la confianza suficiente para estar desnuda enfrente de ella.

-¿en qué piensas? - Dijo agarrando mi mano y sentandome en sus piernas.

-Oh, nada... Solo algunas cosas. - Dije nerviosa.

-¿Me encuentro en la lista de esas cosas? - Dijo suavemente en mi odio, maldita sea, ella sabía lo que me provocaba en mi y lo estaba aprovechando perfectamente.

-Mmmmm.... Si... - Dije mirándola fijamente y presionando mis labios contra los suyos.

Ella me cargo y yo enrede mis piernas en su cintura. Mientras me llevaba hacia la sala.

Mientras nos besabamos, Dixie se fue acostando con delicadeza sobre el sofá, el beso cada vez aumentaba. Tenía mis brazos alrededor de su cabello. Sus beso casi salvaje evitaba que el aire llegase a mis pulmones y no importaba, respirar paso a segundo plano, profundizó el beso explorando con su lengua mi cavidad, mientras sus manos inquietas tocaban cara parte de mi piel. Me consumía como leña al fuego estando ente sus manos, deleitandome con cada caricia, suspirando en su boca, hundiendo mis dedos en sus finos cabellos, gimiendo su nombre cuando sus labios marcaron un camino húmedo hasta mi cuello.

Sus manos siguieron recorriendo mi figura pasando por mis caderas y terminando en mis piernas.

Al separarnos, las dos contábamos con la respiración muy agitada y nuestros labios algo enrojecidos y al mirarnos podía observarse la pasión que desbordabamos.

-Te quiero, rubia. - Dijo con la voz agitada. - Gracias por escucharme.

-Siempre estaré ahí para escucharte. Lo prometo. - Dije besándola de nuevo.

Una semana había pasado desde que Dixie me confesó todo. Una semana.

Le obligue a ir a pedirle perdón a su madre y terminamos teniendo una agradable cena en su casa. Heidi es una fantástica y divertida mujer.

Mi relación con Dixie va mucho más que bien, siento que ya nos tenemos más confianza.

En cuanto a mi madre y Kane, no se han ido de la casa. Pero es muy fácil ignorarlos, por ahora.

Estába en el auto de Dixie, pero en este caso, yo iba en el volante y Dixie en el asiento del copiloto, me estaba enseñando a conducir.

-Addison, por favor, con cuidado... - Suplico.

-Dixie, calmate, lo tengo todo bajo control. - Dije acelerando.

-Gira a la derecha. - Ordenó y yo lo hice.

-¿ves? Soy una experta en esto. - Dije orgullosa.

-Estas yendo demaciado rápido, por favor detente.

Eres mía, rubia (dixison) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora