Dos

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-Rose- susurré, logrando que Alby se girara a verme.

-¿Que?- 

-Rose- sonreí - mi nombre es Rose- lo miré feliz -Alby , recordé mi nombre- di pequeños saltos en mi lugar.

-Un muy lindo nombre- dijo sonriendo al igual que yo, luego miró hacia donde se encontraban reunidos todos los muchacho , quienes habían acabado sus trabajos - OIGAN SHANKS- les gritó, logrando así que estos se giraran y comenzaran a acercarse a los pies del mirador- Saluden a la nueva habitante , Rose!!- 

Luego de mi presentación todos  estallaron en aplausos y gritos ,algo un poco exagerado desde mi punto de vista.

-Escucha Rose, antes de que bajemos y los chicos comiences con sus idioteces para la bienvenida -Me miró con absoluta seriedad- es mi deber como líder recordarte las únicas tres reglas que existen aquí- elevó un dedo- la primera , has tu parte , no quiero holgazanes y el hecho de que seas una chica no te libra para nada de eso- asentí y él elevó un segundo dedo- la segunda, jamás lastimes a otro habitante, aquí confiamos los unos en los otros- elevó el tercer dedo- y por último , la regla más importante- me miró a los ojos- jamás salgas de estos muros, ¿está bien?-

-Si , prometo que seguiré cada una de las reglas-

Luego de esa charla decidimos bajar, según Alby, buscaría a un tal Chuck para que me indicara un par de detalles sobre el lugar en el que dormiría.

Chuck era un niño sumamente bueno, tenia cabello castaño y unos muy tiernos rulos , sus ojos desprendían luz al igual que su radiante sonrisa. Se encargó de mostrarme donde pasaría las noches.

Al ser la única chica, Alby decidió que dormiría en una de las camas de la cabaña de los Docs, lo cual agradecía , ya que no me sentía tan cómoda rodeada de tantos chicos. Sin embargo ,sabia que podría defenderme sola si alguien intentaba algo.

Pero antes que nada, me dijeron que habría una cena por mi bienvenida. Usualmente siempre hacen fiestas pero según me contó el pequeño, los ánimos no estaban del todo bien ya que unas horas antes de mi llegada había tenido lugar un destierro de uno de los habitantes, el cual los dejó demasiado afectados.

 La noche ya había caído completamente y me encontraba en las entradas del bosque hablando con el pequeño Chuck.

-Entonces, ¿le tallaste esto a tus padres?- dije observando la pequeña estatuilla de madera que él me había mostrado hace unos segundos- ¿aún sin conocerlos?-

-Así es, se los daré cuando salgamos de aquí- me miró sonriente, a lo cual sonreí de la misma manera.

-¿Tu crees que ellos logren sacarnos de aquí ?- dije observando los grandes muros, desde los cuales se escuchaba como el laberinto cambiaba.

-Se que lo intentaran todo el tiempo que sea necesario- siguió mi mirada- si hay una salida , ellos la buscarán -

Suspiré ante sus palabras, si bien yo había llegado hace unas horas, no podía imaginar lo que era para todos ellos, quienes llevaban años encerrados y aún así no encontraban una salida. Por lo que en ese momento hice una promesa que no rompería por nada del mundo.

-Saldremos de aquí Chuck, lo haremos juntos, te lo prometo- dije sonriéndole.

-Espero que así sea y se que apenas te conozco Rose, pero realmente espero que no me abandones- su voz sonó débil.

-No lo haré, voy a estar contigo- me acerqué a él y revolví su cabello.

Se escucharon pasos acercándose a nosotros, lo cual provocó que giráramos a ver de quien se trataba. Allí ,de pie, estaba un muchacho de cabello negro, alto y de ojos café claro, los cuales me parecieron muy familiares.

La hija del laberinto . The Maze Runner #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora