Diez

1.4K 87 26
                                    


Seguimos a Gally hacia el mirador, no fuimos a paso acelerado debido a que Newt se negaba a que el estado de mi pierna empeorara.

Al llegar pudimos ver una escena muy graciosa, aproximadamente unos diez habitantes se encontraban cubriéndose de las cosas que eran arrojadas desde el tercer piso, había algunos con cacerolas, otros con tablas y por último estaban los que recibían todos los golpes al no tener con que protegerse.

-Iré a ver que sucede, tu quédate aquí junto a Chuck-me señaló con autoridad antes de darme un fugaz beso en la frente e irse trotando hacia el lugar.

-¿Que fue eso?- el niño me miró extrañado con una sonrisa traviesa.

-¿Que cosa?- me hice la desentendida mientras avanzaba un poco.

Chuck se colocó junto a mi y dejó de lado el tema para luego comenzar a reírse de los muchachos.

Luego de un rato en el que se escuchaba a la chica gritar que se alejaran y la dejaran en paz y ver a los chicos recibir toda clase de cosas en sus cabezas, llegó Thomas junto a Minho.

-Chuck, ¿Qué ocurre?- dijo Thomas al llegar.

-Es genial- respondí por el niño en medio de un ataque de risas, una piedra acababa de darle a Gally en la cabeza.

Thomas se acercó junto a los demás, pero no logró hacer mucho ya que ella siguió con su defensa.

Una piedra alcanzó el brazo de Newt, quien hizo una mueca de dolor que provocó que dejara de reír enseguida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una piedra alcanzó el brazo de Newt, quien hizo una mueca de dolor que provocó que dejara de reír enseguida.

-Ya estuvo bien- dije mientras avanzaba hacia la estructura, al estar ocupados cubriéndose ninguno se percató de que me encontraba subiendo las escaleras.

Con una leve punzada en mi pierna logré llegar al piso del que provenía el ataque, y allí me encontré con una muchacha que seguramente tenia mi misma edad, su cabello era negro, su tez pálida y sus ojos de un azul intenso. 

Al percatarse de que no contaba con más piedras pareció entrar en pánico, por lo que decidí ayudarla.

-Prueba con las papas, están detrás de ti- hablé llamando su atención, al comienzo ella se sobresalto y luego solo me miró con cautela mientras tomaba el costal de papas y comenzaba a vaciarlo sobre los que se encontraban abajo.

-Eres una chica- dijo observándome de reojo.

-Si, creo que eso es lo que soy si es que estas chicas no me engañan- dije a modo de broma señalando mi pecho.

Ella soltó una leve risa ante mi comentario.

-Lo que quise decir es que pensé que todos aquí eran muchachos, al despertarme es lo único que noté-.

-Oh, si somos las únicas chicas por aquí - me senté más cerca de ella- y no sabes lo que eso me alegra- alargué mi brazo hacia ella- por cierto, soy Rose- le sonreí.

La hija del laberinto . The Maze Runner #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora