Cinco

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Me puse de pie ,el dolor de mi cabeza se había detenido y gotas comenzaban a caer del cielo.

-Si, solo fue un mareo- le sonreí levemente- tranquilo-

Winston me miró por unos segundos para luego asentir no muy convencido.

-Esta bien, te vi justo cuando estaba de camino a la cocina para cubrirnos de la lluvia- señaló el cielo- es mejor que vengas con nosotros o te enfermaras- 

-No quiero enfermarme así que mejor vayamos antes de que la tormenta empeore- comenzamos a caminar.

Al llegar a la parte de la cocina, Winston se fue con un grupo de chicos mientras que por mi parte solo tomé asiento apartada de todos.

Pude ver en el momento en el que llegaban Thomas y Newt cubriéndose de la tormenta y se colocaban observando recargados en uno de los postes en dirección a la salida al laberinto.

-Rose, sabes que CRUEL es bueno, nunca harían algo para lastimarnos- el chico de ojos verdes rodó sus ojos, cansado de la conversación.

- ¿Acaso no quieres comprenderlo Gally?- lo observé molesta- se llevaron a Alby y no se quien será el siguiente-

-Solo digo que no puedes estar segura de lo que viste- comenzó a acercarse- pudo haber sido cualquier cosa-

-Vi como tenían a uno de mis mejores amigos inconsciente mientras le inyectaban quien sabe que- dije desesperada.

-No estas segura- continuó él.

-Sabes que, no continuaré perdiendo mi tiempo aquí contigo- intenté pasar por su lado pero me tomó rápidamente del brazo- suéltame Gally-

-No dejaré que hagas esto, comprende que nada nos sucederá-

Una lágrima rodó por mi mejilla al mirarlo a los ojos.

-No me quedaré a ver como nos destruyen- dije entre dientes soltándome de su agarre y alejándome de allí.

Cerré mis ojos con fuerza y pasé mis manos por mi rostro, si esta especie de recuerdos seguían invadiéndome terminaría por volverme completamente loca.

-Rose, ¿estás bien?- la voz de Newt me obligó a regresar a la realidad.

Aún seguían observando hacia el mismo lugar.

Me puse de pie y me coloqué junto a él.

-Estoy bien, rubio- le sonreí para tranquilizarlo- fue solo un mareo-

Asintió con una sonrisa y dirigió su vista nuevamente hacia el frente, permitiendo que viera definidamente su envidiablemente perfecto perfil. Su recta nariz, sus largas pestañas ,sus finos labios. Una gran sensación de familiaridad invadió mi estómago.

-Ya tendrían que haber vuelto- la voz de Thomas me sacó de mis delirios- ¿Qué pasa si no vuelven?- se giró a ver a Newt, quien ni siquiera se molestó en devolverle la mirada.

-Seguro vuelven- dijo completamente serio.

Thomas caminó hacia él y se colocó del otro lado.

-Pero ¿Qué pasa si no?- lo miró expectante.

Newt esta vez si se giró a verlo pero aún sin demostrar nada.

-Seguro vuelven- repitió.

El pelinegro parecía apunto de seguir con sus preguntas, las cuales solo lograban poner a todos más nerviosos de lo que claramente ya estaban.

-Thomas, ya basta de preguntas- lo frené antes de que continuara a lo que él solo me observó y luego asintió.

Todos se mantuvieron en silencio después de eso, ninguno hacia mas que mirar la puerta, esperando que en cualquier momento salieran por ella Minho y Alby.

. . .

Las horas habían pasado, la lluvia ya no caía sobre el Área  y la mayoría de los habitantes (para no decir todos), a excepción de mi, se encontraban en la puerta aguardando por la llegada de ambos chicos, sin embargo, quedaban unos pocos minutos para que esta se cerrara.

Podía notarse desde donde me encontraba que todos estaban nerviosos, y era completamente entendible ya que todos temían que algo les haya sucedido allí afuera.

Comencé a acercarme a donde estaban todos, y logré escuchar la que seguramente seria la decimo novena pregunta de Thomas y la respuesta de Gally quien no se encontraba para nada dispuesto a responderle de buena manera.

El pasillo del laberinto continuaba vacío y sin rastro de nada, solo que ahora un fuerte viento seguido de una especie de rugido impregnó todo.

Me abrí paso entre ellos y llegué junto a Newt quien tenia sus brazos cruzados. 

La puertas comenzaron a cerrarse y mi corazón se aceleró al ver que doblando la esquina comenzaba a aparecer Minho. Pero algo estaba mal, él traía a Alby inconsciente sobre su espalda.

-Esperen, algo anda mal- dijo Newt al verlos .

Mi respiración se aceleró, las puertas estaban cada vez más cerradas, los chicos comenzaron a alentar al corredor, a decirle que debía dejar a Alby que siga corriendo, pero yo no podía escuchar bien nada de eso y lo que hice luego fue una arranque de adrenalina.

Sin que nadie llegara a detenerme y con las puertas a cinco metros de cerrarse, comencé a correr hacia lo que seguramente seria mi muerte. En mi mente solo tenia una idea, ayudar a Minho y no dejar a Alby otra vez. Sabia que ninguno de los chicos se adentraría al lugar junto a nosotros ya que seguían al pie de la letra las reglas. 

Escuchaba a la mayoría decir que debía regresar, a Chuck gritándome, a Newt suplicándome que diera la vuelta, a Gally maldecir. Pero lo que más me sorprendió fue que al darme la vuelta hacia el área pude  ver a Thomas junto a nosotros antes de que las puertas se cerraran y ninguno de ellos lograra hacer nada, nos encontrábamos encerrados en el laberinto, a merced de los famosos y mortales penitentes.

-Gran trabajo- dijo Minho recuperando el aliento y observándonos a ambos- es suicidio lo que hicieron.

-En mi defensa, yo trataba de detenerla a ella- Thomas me señaló, lo que provocó que frunciera el ceño.

-¿Disculpa?- me crucé de brazos- ¿acaso yo te apunté con un arma para que me siguieras? Claro que no- 

-Ya basta mierteros, ¿no se dan cuenta en donde estamos?- Minho nos miró enojado.

Thomas se acercó al cuerpo inconsciente de Alby e hizo lo que sabe hacer mejor.

-¿Que le pasó- se agachó junto a él.

Alby tenia un golpe en la cabeza, sus ojos estaban cerrados y respiraba débilmente.

-¿Qué parece?- dijo el asiático- lo picaron-

-¿Qué le pasó en la cabeza?- esta vez fue mi turno de preguntar.

-Hice lo que tenía que hacer- respondió Minho observando el piso.

Noté en el rostro de Thomas la intención de continuar haciendo preguntas, pero antes de que siquiera pronunciara palabra alguna, un fuerte alarido retumbo por todo el lugar, logrando que mi sangre se helara. Nunca había escuchado algo tan horroroso.

Ambos chicos se comenzaron a poner de pie, solo que con distintas intenciones.

Minho quería comenzar a correr dejando el cuerpo del líder allí, mientras que Thomas planeaba no abandonarlo bajo ninguna circunstancia y buscar la manera de ocultarlo en alguna parte.

Por suerte ganó Thomas, por lo que ambos tomaron a Alby y lo cargaron mientras me seguían.

Doblamos un par de veces hasta que ninguno pudo más, mi vista recorrió el lugar buscando un buen escondite, hasta que di con una espesa enredadera que cubría una de las paredes del laberinto, la cual sería capaz de ocultar a Alby.

-Se me ocurrió una idea, ayúdenme a buscar algunas lianas- Ambos me miraron sin comprender, a lo que rodé los ojos- ocultaremos a Alby allí arriba- señalé lo alto de la enredadera.

La hija del laberinto . The Maze Runner #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora