Trece

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Espero que les guste🎈


Estuvimos bastante tiempo aguardando a que algo pasara, los ruidos no se detuvieron y nadie comprendía lo que sucedía.

Luego de aproximadamente una hora pudimos ver que Thomas y Minho regresaban a toda velocidad.

-¿Ahora que hiciste Thomas?- dijo Gally acusatoriamente.

-Encontramos algo- dijo comenzando a caminar seguido por todos nosotros- un nuevo pasaje-

-¿Es cierto? - preguntó Newt mientras me tomaba de la mano y comenzaba a caminar junto a Minho.

-Así es, abrimos una puerta algo que nunca había visto, creo que es donde van los penitentes en el día- dijo agitado debido a la rapidez con la que caminaba.

Todos lo observamos incrédulos.

-Oigan oiga, alto, ¿encontraron el hogar de los penitentes y quieren entrar?- dijo Chuck claramente confundido ante la idea de los chicos.

-Su entrada puede ser nuestra salida- aclaró Thomas.

-Aún así es peligroso- intervine en la charla llamando la atención del corredor novato.

-Si, podría haber una docena de penitentes del otro lado- habló Gally molesto- la verdad es que Thomas no sabe lo que hace como es su costumbre-

-Gally, ya- lo miré seriamente ya que sabía en que terminaría esto, ambos discutiendo como siempre.

-Al menos yo ya descubrí algo Gally, dime que has hecho tú- dijo Thomas molesto enfrentándolo- Solo te ocultas en estos muros todo el tiempo-

Ambos comenzaron a acercarse entre si, por lo que decidí colocarme en medio y separarlos con mis brazos.

-Déjame decirte algo Novato- continuó Gally- Tu llevas aquí tres días, yo llevo aquí TRES AÑOS-

-SI, LLEVAS AQUI TRES AÑOS Y SIGUES AQUI GALLY, ESO QUE TE DICE-  exclamó molesto el pelinegro sorprendiendo a todos.

Continuaron discutiendo, por lo que al notar que no me harían caso comencé a alejarme. Pero al hacer un par de pasos me encontré con Teresa, quien se notaba nerviosa.

-¿Que sucede?- fruncí mi ceño.

-Es Alby, despertó- 

-Okey, me adelantaré, dile a los demás, tal vez debas gritarles o no te escucharan- dije mientras me alejaba corriendo.

Me dirigí a la enfermería y al entrar me encontré con Alby sentado al borde de la camilla dándome la espalda. Su piel estaba casi normal y su respiración era pausada.

-¿Alby?- lo llamé y al instante él se giró a verme con los ojos llorosos.

Ese ya no era el líder fuerte y confiado que yo había conocido.

-R-rose- dijo asomando una pequeña y casi imperceptible sonrisa.

Me comencé a acercar hasta sentarme junto a él, quien sin pensarlo me envolvió en un fuerte abrazo, el cual no dudé en corresponder.

-Gracias Rose, gracias por no olvidarte de nosotros- susurró antes de separarse y mirarme a los ojos.

Iba a preguntarle a que se refería, de que hablaba, si se encontraba bien, pero justo en ese momento ingresaron los demás, interrumpiendo en la pequeña habitación y observando a Alby.

-¿Estás bien?- dijo Newt acercándose al líder, quien había retomado su posición actual y no respondió.

Al ver esto el siguiente en acercarse fue Thomas, quien se arrodilló frente a él.

-Oye Alby- nadie contestó- Alby tal vez encontramos la salida del laberinto-comentó- ¿me escuchas?, tal vez salgamos de aquí-

-No lo creo- susurró Alby al borde del llanto- no nos dejarán, no podemos salir-

-¿De que hablas?- continuó Thomas.

-Lo vi todo-

-¿Que fue lo que viste?- preguntó nuevamente el pelinegro.

-A ti- dijo el líder girando a verlo, lo cual causó que todos nos miráramos completamente anonadados ante su confesión- siempre fuiste su favorito-

Antes de que alguien dijera cualquier cosa comenzamos a escuchar ruidos provenientes desde fuera.

-¿Por que hiciste esto?, ¿por que viniste?- dijo Alby sin tomarle atención a los ruidos, los cuales se hacían cada vez más altos.

Frente a esto todos comenzaron a salir, pero yo no quería dejar a Alby solo. Este había comenzado a tomar su cabeza  con desesperación.

-¿No vienes?- dijo Newt observándome a lo cual negué.

-Me quedaré con él- le informé mientras atraía a Alby hacia mi y lo envolvía entre mis brazos para intentar calmar su llanto.

El rubio asintió y se fue detrás de los demás.

-Alby, debes calmarte- susurré.

-Lo siento Rose, lo siento tanto- dijo entre llantos - no te protegí Rose, tu no merecías esto- se enderezó para observarme- no tendrías que estar aquí-

-¿De que hablas?- coloqué una de mis manos en su hombro, me destrozaba verlo de esa manera, tan vulnerable.

-Debes tener cuidado pequeña, ella siempre desconfió de ti, siempre supo que tú eras diferente, te envió aquí por que temían de lo que eras capaz- una lágrima rodó por su mejilla- debes sobrevivir- pasó una mano por mi mejilla, en ese momento me di cuenta que también me encontraba llorando- sobrevive Rose-

Al terminar él de decir eso un fuerte ruido se escuchó desde fuera, seguido de tres más iguales de fuertes y terroríficos.

Me puse de pie y salí lo más rápido que pude hacia afuera, encontrándome con mucho caos, los muchachos iban de un lado al otro corriendo, algunos llevaban antorchas mientras que otros solo corrían con la desesperación y el miedo impregnados en sus rostros. 

Mi corazón se aceleró de manera inmediata y mi respiración se congeló al escuchar el terrorífico y escalofriante chillido que aún me causaba pesadillas, el alarido característico de los penitentes, estaban aquí.

Observé hacia todos lados y allí los vi, atacando a varios chicos, quienes intentaban escapar de las garras de aquellos seres demoniacos. Cualquiera que se interponía en su camino encontraba la muerte.

En mi estado de total shock pude ver una escena horrible, un muchacho corrió hacia la caja y gritaba para que quienes se encontraban dentro lo dejaran ingresar y en el momento en el que lo estaban haciendo, un penitente saltó sobre él y lo atacó sin piedad alguna, desgarrando el cuerpo de aquel pobre e inocente chico.

Ahogué un grito de terror, necesitaba salir de ahí, necesitaba sacar a Alby y encontrar a los demás, sin embargo antes de que siquiera pudiera regresar a la enfermería, uno de esos monstruos metálicos me vio y comenzó a correr hacia mi.

Definitivamente no podía regresar junto a mi amigo, de ser así el penitente me seguiría y estaríamos ambos condenados.

Sin pensarlo dos veces comencé a dirigirme hacia el bosque, con un poco de suerte lo perdería entre los árboles y podría regresar a ayudar a los demás.

Podía escuchar entre todo el caos como esa cosa estaba siguiendo cada uno de mis movimientos, fue así al pasar frente a la cocina, los baños y finalmente al encontrarme en el bosque, en la completa oscuridad, escondida detrás de un árbol y con la respiración acelerada.

Las pisadas se lograban escuchar a unos metros detrás de mi ubicación, de dar tan solo un paso el penitente vendría por mi y acabaría con mis posibilidades de salvarme.

"Estoy jodida"

La hija del laberinto . The Maze Runner #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora