6.Café con Chocolate (Primera parte)

1K 55 60
                                    


¡¡Hola, Hola Gente!! ¿Cómo están?

Hoy les traigo la siguiente parte de esta historia :3 como dije antes, es un capi bastante fuerte pero espero disfruten mucho *U*

A leer!!

--------------------------------------------------

Le paso igual que en la discoteca, Colombia se había imaginado que detrás de las puertas dobles se encontraba un horrible refrigerador de carnes frías o un almacén lleno de animales colgando del techo, mejor dicho, una escena digna de una película de terror. Pero la realidad siempre es menos interesante y la habitación donde Noruega los había llevado era una cocina.

Si, una cocina, un espacio grande de paredes blancas con muebles de acero inoxidable y uno que otro estante de madera, todo estaba en perfecto estado y aunque había algunos ganchos para carne y hornos, no había nada de qué preocuparse. O al menos eso pensó el rubio hasta que Noruega lo dejo sobre una de las mesas de metal y pego su cuerpo contra la fría pared, mientras sus manos empezaban a quitarle la ropa.

Lo hizo lento, disfrutando de quitar cada prenda mientras sus dedos se pasaban con fuerza por la delicada piel, marcando cada trozo que quedaba al descubierto mientras con su boca dejaba húmedos besos en el cuello del colombiano.

-Uhmmmm...Jummmm- Colombia gemía suave, la tela amortiguaba muchos de sus sonidos mientras su cuerpo se estremecía con cada mordida, logrando que su erección doliera, había quedado desnudo, a merced de un depredador. Los ojos verdes de su amante lo recorrían con lujuria, admirando cada parte de ese magnífico cuerpo.

Con un sencillo movimiento, demostrando toda la fuerza que poseía, el nórdico subió sus piernas al mesón de metal a pesar de tener los tenis puestos, dejándolas dobladas y separadas, una vista maravillosa que humedecía su pantalón, mientras con cuidado, alzaba de nuevo las manos del latino y las colgaba de un gancho, una pose algo incomoda pero que no lastimaría sus articulaciones.

-Te ves hermoso.

Reconoció el nórdico, no podía dejar sus manos quietas, por lo que jugaba con los muslos calientes del moreno, mientras su lengua se pasaba lento por su cuello y clavículas, mordiendo de vez en cuanto, marcando la piel dorada con la forma de sus dientes mientras Colombia soltaba húmedos gritos.

Era incomodo, la tela en su boca se mojaba al no ser capaz de gemir a gusto, pero no podía quejarse, se sentía bien, había dejado atrás el miedo y ahora disfrutaba de esas carias prohibidas, de los dedos del nórdico que se pasaban con fuerza por su piel y de su aliento que erizaba cada bello de su cuerpo. Se necesitaban, ambos podían sentirlo, esa necesidad por perderse en sus cuerpos era casi palpable, mientras los besos y las carisias se volvían más duras, más atrevidas, llevándolos a la locura.

-Ujummmmmm –Medio grito el rubio, Noruega le había dado una fuerte palmada en el muso.

Lento, disfrutando de esos ojos dorados que lo miraban con deseo, Noruega se separó del cuerpo ajeno, para quitarse su camisa y dejarla por ahí tirada, mientras buscaba los ingredientes que necesitaba, estaba hambriento, y con ayuda de Colombia iba a disfrutar de un pecaminoso postre.

-Cierra los ojos –Ordeno el castaño, mientras buscaba los ingredientes que había dejado en esa apartada cocina. Con desconfianza, Colombia obedeció, podía sentir al nórdico caminar por la estancia, haciendo ruidos extraños que aceleraban su corazón.

- ¿Sabías que mi hermano es uno de los mejores fabricantes de cuchillos del continente? –Pregunto Noruega, haciendo que el rubio abriera los ojos.

Mientras sean tus ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora