16. Volverte a Ver

398 41 41
                                    


Hola gente bella ¿Cómo están?

Espero estén listos, porque ahora si, entramos a la ronda final de esta historia, preparen el corazón, porque no me hago responsable de infartos o daños JAJAJAJAJA 

A leer!!!

-------------------------------------------------

Si de algo estaba seguro Colombia era que no estaba dormido, ni tampoco se había desmayado. Era una sensación diferente, una que no vivía hace mucho tiempo.

Era como estar dentro de una enorme pecera, su cuerpo se sentía liviano y las voces del exterior se oían distorsionadas, pero aun así sabia quien le hablaba, era como si hubieran apagado su cuerpo y su mente tenia pequeños momentos de lucidez. Era en medio de esos momentos que el rubio sentía que agarraban su mano, o besaban con ternura sus mejillas. En definitiva, era algo desesperante, su cuerpo se recuperaba de algo, y mientras, él debía ser paciente, descansar en aquella penumbra, dejar que su cuerpo tomara el control, olvidándose por un momento que era la realidad, simplemente perdiéndose entre sueños y humo.

Hasta que lo escucho, una frase, en un idioma que no recordaba, pero que hizo latir su corazón y que por fin su cuerpo terminara con aquel estado, animándose por fin a volver a la realidad. Fue un proceso lento, poco a poco su cuerpo despertó, empezando por los pies y subiendo despacio con un pequeño hormigueo, su cuerpo fue volviendo a la vida como una flor marchita cuando recibe agua, despacio pero constante.

Cuando pudo abrir los ojos, Colombia se vio en una hermosa habitación blanca que era iluminada por el sol de la mañana, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero los presentes repartidos por el lugar y los pétalos marchitos sobre la mesa de noche le dieron una idea. Despacio, el cafetero dejo que sus ojos analizaran todo con curiosidad, tenía sed y buscaba a alguien que pudiera alcanzarle la jarra de agua que había junto a su cama.

Pero grande fue su sorpresa al ver dos bellos rubios comiéndose la boca en el sofá que había en la habitación, sobre todo porque él conocía a ese par de desvergonzados países, y aunque nunca se imaginó que al despertar vería semejante beso, espero tranquilo a que terminara, ya sabía cómo cobrarse que estuvieran manoseando se en su inconsciente presencia.

-Ucrania- Llamo suave- ¿Podrías dejar de besar a Suecia y darme agua? Estoy muriéndome de sed.

- ¡COLOMBIA! –Asustado, Ucrania empujo a su pareja lejos de su cuerpo, tirándolo al piso mientras se levantaba corriendo a ver a su amigo.

En un segundo, el soviético estaba a su lado, sentándolo contra el cabecero de la cama y dándole del preciado líquido para segundos después, salir corriendo en busca de OMS, todo el que visitaba al rubio tenía la estricta orden de que, si se despertaba, debían avisar de inmediato.

- ¿Cómo te sientes? –Pregunto Suecia, que después de reponerse del susto inicial se acomodó a su lado, sosteniéndolo para que bebiera tranquilo.

-Me duele todo- Respondió una vez termino tres vasos, aunque quería más, el sueco le recordó que acaba de salir de su tiempo de regeneración y excederse podría causarle nauseas- Pero dentro de lo que cabe, me siento bien.

-Qué bueno- Dijo Suecia, de repente, el silencio en la habitación, se había vuelto algo incómodo, pues ninguno de los dos, sabia como formular la siguiente pregunta y evitaban a toda costa mirar a su acompañante hasta saber cómo proceder

-Suecia / Colombia –Dijeron a la vez, logrando que una pequeña risa inundar el lugar.

-Lo siento, te interrumpí- Dijo Suecia- ¿Qué querías decirme?

Mientras sean tus ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora