19. Mientras sean tus Manos

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Buenas noches mi gente!!! Como están?

Por aquí todo bonito, feliz de ver que mi país despierta y lucha por sus derechos!!!

En fin, hoy les traigo el penúltimo capitulo ejejeje se que es duro, hasta a mi me costo llegar aquí pero bueno, a disfrutarlo porque al final les tengo un anuncio sorpresa :D

A LEER

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- ¿Estás seguro de eso? – Pregunto Noruega, queriendo creer que todo era una ilusión, no es que no deseara volver a estar en medio de ese paraíso tropical de hermosa figura, pero más que su deseo sexual, le importaba el bienestar de Colombia.

-Si- Afirmo el rubio- Hoy en la revisión, hable con OMS y dijo que podíamos tener sexo, siempre y cuando no fuera muy brusco y estuviera bien lubricado. Aunque entiendo si te molesta mi cuerpo, ahora no es lo más lindo del mundo, y debe ser incómodo para ti con tantas vendas cubriendo mi piel.

Termino del decir triste el latino, aunque parecía que estaba bien, en las mañanas, cuando las enfermeras cambiaban la tela que cubría sus heridas, Colombia se permitía llorar, era duro ver tantas cicatrices y aunque sabía que, en un par de meses, con el cuidado necesario todo estaría igual que siempre, era difícil ver las marcas que Dinamarca había dejado.

-No es que me moleste tu cuerpo Colombia, me preocupa- Respondió el castaño, mientras con cuidado sostenía a su pareja de la cintura y lo obligaba a recostarse una vez más en la cama, para seguidamente, poner un brazo a cada lado de su cabeza y poder mirarlo de cerca.

-Me preocupa que, a pesar de verte lastimado, lo único que quiero es darte duro, perderme en ese par de piernas que me encantan. Pero al mismo tiempo quiero llenarlo de besos, quiero amarte y adorarte como te mereces hasta que no quede el mínimo rastro de lo que sufriste.

-Entonces hazlo- Pidió Colombia, se había perdido en el par de ojos verdes que lo veían serio, reflejando toda la necesidad y deseo de las palabras del castaño- Bésame o destrózame, pero hazme tuyo una vez más.

Despacio, Colombia llevo sus manos hasta el cuello del país helado, buscando acercarlo más a sus labios, sentía que lloraría de amor, pero se moría de deseo y necesitaba hacérselo saber Noruega. Fue un beso lento, cargado de tantos sentimientos que por un momento ambos perdieron la cabeza, sus labios encajaban a la perfección, su sabor único los embriagaba, mientras las manos de cada uno se perdían en el cuerpo ajeno.

Pero necesitaban respirar y con un gemido disconforme, Colombia dejo ir a su amante, quien había aceptado seguir con el juego. Noruega beso su cuello con hambre, volviendo a tomar el olvidado camino al sur del paraíso, bajando lentamente por el pecho del rubio, hasta que encontró el par de inocentes botones que eran los pezones de su rubio.

-Ahhhh, Norja, Mhmmmm

Los gemidos de Colombia eran una melodía maravillosa, el castaño podía sentir como su cuerpo vibraba cada que succionaba aquel botón, dejando delicadas marcas y disfrutando de su sabor, mientras sus traviesas manos le quitaban al colombiano el molesto pantalón del piyama. Por su parte, las manos de Colombia no se quedaron atrás, fue difícil, pues su cuerpo era una gelatina gigante, pero sus manos lograron deshacerse de la elegante camisa de su novio y de su pantalón.

De nuevo estaban piel con piel, aunque había un par de vendas de por medio, ambos podían sentir el delicioso roce de sus cuerpos, mientras sus labios se unían en un profundo beso, aumentando la temperatura en aquella habitación.

-No aguanto más- Dijo Colombia suplicante, las manos de Noruega estaban deslizando su ropa interior, dando pequeñas caricias a su húmedo miembro.

Mientras sean tus ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora