Capítulo 1
Ciudad de Busan, Corea del Sur.
Estaba aburrido. Ok Taecyeon estaba pateando el respaldo de mi silla para llamar mi atención, pero él había estado pateando la silla de mi mejor amiga, So Hyun, ayer y no quería molestarla. Ella tenía un gran enamoramiento por Taec. En su lugar, la observe mientras se sentaba a mi lado dibujando un millón de pequeños corazones de amor en la esquina de su cuaderno mientras el Sr. Lee escribía otra ecuación en el pizarrón. Realmente debería haber estado prestando atención, porque apestaba en las matemáticas. Mamá y Papá no estarían contentos conmigo si fallaba en una clase en el primer semestre en el primer año.
―Sr. Ok, ¿Le importaría venir a la pizarra y contestar a esta pregunta, o preferiría permanecer detrás de Kyungsoo para que pueda seguir pateando su silla un poco más?
La clase se rio y So Hyun me lanzó una mirada acusadora. Hice una mueca y le dispare al Sr. Lee una mirada fulminante.
― Voy a quedarme aquí si le parece bien Sr. Lee ―Contesto Taec con arrogancia insolente. Puse los ojos en blanco, negándome a dar la vuelta a pesar de que podía sentir el calor de su mirada en la parte trasera de mi cuello.
―Esa fue realmente una pregunta retórica, Taec. Ven aquí.
Un golpe en la puerta detuvo el gemido de aquiescencia de Taec. Al ver a la directora, la Sra. Ahn, toda la clase se quedó inmóvil. ¿Qué estaba haciendo la directora en nuestra clase? Eso solo podía significar problemas.
―Vaya ―murmuro So Hyun en voz baja y me miro con el ceño fruncido. Ella asintió con la cabeza en la puerta―. Policías.
Sorprendido, me volví a mirar hacia la puerta a medida que la señora Ahn murmuro algo en voz baja al Sr. Lee, y por supuesto, a través de la brecha en la puerta, pude ver a dos representantes esperando en el pasillo.
―Joven Do. ―La voz de la señora Ahn atrajo mi mirada hacia ella con sorpresa. Dio un paso hacia mí y sentí que mi corazón salto en mi garganta. Sus ojos eran cautelosos, mostrando simpatía y de inmediato me quise a alejar de ella y a lo que fuera que estuviera aquí para decirme―. ¿Puede venir conmigo, por favor? Agarre sus cosas.
Esta solía ser la parte en la que la clase seria pura exclamaciones de sorpresa y abucheos acerca de la cantidad de problemas en el que estaba metido. Pero como yo, presentían no se trataba de eso.
Cualquiera que fuera la noticia que me esperaba en ese pasillo, no era algo de lo que iban a burlarse.
― ¿Joven Do?
Estaba temblando ahora por un momento de adrenalina y apenas podía oír nada por encima del sonido de mi propia sangre corriendo en mis oídos. ¿Le había pasado algo a mamá? ¿O a papá? ¿O a mi hermanita, Yeri? Mis padres se habían tomado un tiempo libre del trabajo esta semana en conjunto para eliminar el estrés de lo que había sido un verano loco. Se suponía que iba a llevar hoy a Yeri para un picnic.
―Soo. ―So Hyun me dio un codazo, y tan pronto como su codo toco mi brazo, me eche para atrás de la mesa, la silla chirriando a través del piso de madera. Sin mirar a nadie, me puse de pie a tientas con mi mochila, deslizando todo de mi escritorio en ella. Los susurros habían comenzado a sisear alrededor de la habitación como el viento frio a través de una grieta en un cristal. A pesar de no querer saber lo que estaba delante de mí, realmente quería salir de esa habitación.
De alguna manera recordando cómo poner un pie delante del otro, seguí a la directora fuera del pasillo y escuche al Sr. Lee cerrar la puerta detrás de mí. No dije nada. Simplemente mire a la Sra. Ahn y luego a los dos representantes que me miraban con una compasión distante. De pie junto a la pared había una mujer que no había notado antes. Ella parecía seria pero tranquila.
