Capítulo 4
Lenn el héroe de mis series de fantasía, y un chico malo asesino en el reino de Morvern, estaba supuestamente planeando su ataque al teniente de la reina, Arvane, un mago que estaba secretamente teniendo una aventura con la sobrina de la reina, y usando su influencia y magia para manipular el control monárquico y político. En su lugar, Lenn había comenzado a fantasear sobre desnudar a Ten, el jefe de la guardia de la reina. Ten, quien había sido rubio en los primeros cinco capítulos, era ahora moreno con los ojos café miel. Él tampoco se suponía era el héroe romántico. No se supone que habría un héroe romántico en absoluto. ¡Esto era todo sobre Lenn!
Frustrado, empujé lejos mi laptop.
¡Maldito JongIn! Estaba incluso contaminando mi manuscrito con su sexualidad tóxica.
Eso es todo. Me estaba rindiendo por hoy. Sabiendo que Luhan traería comida China para la cena después de su investigación en la Universidad, decidí hacer un espacio para el gimnasio justo a la vuelta de la esquina en la calle Insodg como un ataque preventivo contra calorías. Por lo general no me preocupaba por mi ingesta de alimentos, pero había estado en los deportes en la escuela y me gustaba mantenerme en forma. Buena cosa también, por que de verdad me gustaban las papas fritas, o patatas fritas, como se les llame aquí. Cualquier papa, todas las papas, que engorden, deliciosas y crujientes papas fritas. Mi cercana relación con las papas fritas era posiblemente la más real en mi vida.
Conduje la frustración de mi libro a la cinta de correr, la bicicleta elíptica, bicicletas fijas y pesas hasta era un desastre sudado y sucio. El entrenamiento me relajo lo suficiente para que mi cerebro comenzara a trabajar otra vez. Un personaje comenzó a formarse en mi cabeza y ella no me dejaría en paz. Sobre todo porque era muy parecida a mí. Estaba sola en la vida, independiente, impulsada. Había crecido en orfanatos en Seoul y se mudo a china, con una visa de trabajo y termino enamorándose...
El personaje era mi mamá. La historia de mi mamá había sido genial hasta que termino trágicamente. Todo mundo ama una buena tragedia. Todos amarían a mi mamá. Ella había sido valiente y franca, pero muy amable y compasiva. Mi padre la había adorado desde el minuto que la conoció pero le había llevado seis meses romper sus defensas. Su romance había sido épico. Nunca había pensado en escribir un romance antes, pero no podía conseguir sacar la idea de inmortalizar a mis padres en papel. Los destellos de recuerdos que había enterrado bajo un frio acero comenzaron a pasar a través de mis ojos hasta que el gimnasio desapareció a mí alrededor: mi mamá a parada frente al fregadero de la cocina, lavando los platos por que no confiaba en el lavavajilla. Mi papá silenciosamente presionándose contra su espalda, sus brazos deslizándose alrededor de su cintura y abrazándola más cerca mientras le susurraba al oído. Lo que sea que había dicho la había hecho derretirse contra él, inclinando su cabeza para besarlo. Luego destelló a mi padre persiguiendo a mi mamá en la casa por la noche, la puerta cerrándose, asustándonos hasta morir a mi niñera y a mí. Mi mamá le gritaba por ser un macho Alfa idiota. Mi papá gruñéndole sobre como el no iba a mantenerse al margen mientras miraba a un idiota de su trabajo coquetear abiertamente con ella en frente de él. Mi mamá gritando que él no tenía que golpear al tipo.
— ¡Él tenía su mano en tu trasero! ―le había espetado mi papá en respuesta, mientras veía todo con asombro desconcertado. ¿Alguien había puesto su mano sobre el trasero de mi mamá enfrente de papá? Idiota.
—Me estaba encargando de eso —argumento mamá.
— ¡No lo suficientemente rápido! ¡No trabajaras más con el!
Desde allí, la discusión se había intensificado hasta que mi niñera huyo sin esperar su pago. Pero no estaba preocupado sobre la discusión. Mis padres siempre habían tenido una relación apasionada. La discusión se resolvería sola. Y lo hizo. Mi papá se disculpó por perder la calma pero no retiro la cosa de "no trabajar más con él". El asunto se volvió tan grande que mi mamá eventualmente acepto, porque el idiota del trabajo era, bueno, un idiota y asumo que hubo más historia de lo que paso esa noche.