Capítulo 23
Por primera vez en mucho tiempo me reporté enfermo en el trabajo esa noche. Luhan no había querido que se hiciera un enorme alboroto sobre la cita en el hospital por lo que había decidido permitirle solamente a Yoona y Changwook que lo llevaran a la reunión con el neurólogo. Me sorprendió un poco que fuera un sábado, pero Jongin se había lanzado y hecho una dulce charla —más como un acomodo gruñón ya que conocía a alguien en la junta del hospital— para conseguir que el neurólogo lo viera tan pronto como fuera posible.
Yoona y Changwook lo habían recogido, dejado a Hae Chan y Chenle con nosotros, y llevado a Luhan hacía una hora. Jongin y Sehun no se fueron. Los cinco estábamos sentados en la sala de estar, mirando el reloj, mirando fijamente nuestros teléfonos. Me levanté para orinar. Jongin hizo más café. Sehun no se movió ni siquiera una vez.
Dos horas más tarde, Hae Chan estaba metido a mi lado, Jongin estaba mirando a Chenle que se había quedado dormido en el otro sillón, y Sehun tenía los ojos cerrados con tanta fuerza por la preocupación que Hae Chan incluso lo notó y alargó su mano para apretarle la mano. Sehun le lanzó una sonrisa agradecida y lo besó en el cabello suavemente, mi corazón doliendo porque él estaba tan lleno de amor como porque todos estábamos preocupados.
La puerta delantera se abrió.
Todos nos pusimos de pie de golpe. Bueno, Chenle no. inestablemente se despertó y en cierto modo cayó sobre sus pies.
Yoona entró en la sala de estar primero, pero no pude medir su expresión. Miré detrás de ella para ver a Changwook con su brazo alrededor del hombro de Luhan, y juro por Dios que tuve que contenerme para no estallar en lágrimas.
—¿Qué pasó? —Sehun se movió hacia él y Changwook inmediatamente soltó a Luhan.
Luhan se hundió en el costado de Sehun y sonrió trémulo.
—Vamos a sentarnos. Lo explicaré.
—Voy a hacer un poco de té. — Yoona asintió y volvió a salir de la habitación mientras nosotros nos sentábamos, nuestros traseros en el borde de nuestros asientos.
Luhan dejó escapar un profundo suspiro.
—La buena noticia es que mi tumor es realmente un gran saco con dos pequeños tumores en él. Está en la superficie de la parte superior derecha de mi cerebro por lo que pueden quitarlo todo. El Dr. Joo Won piensa que con toda probabilidad los tumores son benignos. Piensa que ha estado allí por un tiempo largo y que ha crecido lentamente y tiene que salir por razones obvias. Tendré una cirugía, programada en dos semanas, y enviarán el tumor para una biopsia. —Luhan sonrió, sus labios temblando un poco—. Estoy un poco asustado por la cirugía, pero el Dr. Joo Won fue realmente seguro y dijo que el riesgo en este tipo de cirugías es como del 2% y la posibilidad de que el tumor sea canceroso es realmente muy pequeña.
Todos a la vez soltamos nuestros alientos, el alivio cayendo en cascada sobre nosotros en una gran ola que casi nos echa fuera de nuestras sillas. Jongin se apresuró hacia Luhan antes de que nadie más pudiera, alzándolo apretadamente entre sus brazos hasta que él le dijo que no podía respirar, y mientras hacía eso Changwook le aseguraba a Chenle, que estaba todavía un poco soñoliento, que Luhan con toda probabilidad iba a estar bien. Jongin finalmente dejó a su hermano con un sonoro beso en su frente y antes de que siquiera pudiera recobrar el aliento Sehun estaba sobre él, besándolo en la boca en frente de todos. Un beso real también. Valiente.
—Bueno, ya era hora —suspiró Changwook.
Luhan rió contra la boca de Sehun ante eso. Obviamente ahora estaba dándose cuenta de lo que yo había sabido todo este tiempo. Luhan y Sehun habían sido todo menos sutiles estos últimos meses.