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Tae se acercó a la cocina arrastrando sus pies, descalzo, con sus zapatos en la mano, los pelos alborotados y dando un largo bostezo.

- ¿Yoongi? - fue lo primero que dijo mientras se sentaba a la mesa al lado de Jungkook.

- Buenos días para tí también - se apuró a servirle una taza de café - tuvo que salir por un asunto esta mañana, supongo que algo se complicó en la empresa, salió con Mark - dejó la taza a un lado del castaño.
Éste miró su contenido y lo olfateó para negar con asco.

- No me gusta el café - apoyó su cara sobre la mesa con desidia.

- Es bueno para la resaca.

- No tengo resaca, Yoongi y yo no bebimos alcohol en toda la noche.

- ¿Entonces por qué la cara larga?

Giró su rostro para observarlo sin levantar la cara de la mesa.

- La estoy cagado con él - Tae pronunció las palabras completamente desganado - Me pidió que fuéramos despacio, que necesitaba su tiempo y lo único que hago es apurar las cosas, presionarlo, reaccionar como un animal en celo.

- Pero... él tampoco quiere ir lento contigo.

Tae levantó su rostro de la mesa mirando al otro con la boca abierta y los ojos tan abiertos como se lo permitía el sueño.

- Me dijo que para él es una tortura ir lento contigo, te quiere y te quiere mucho. Y también muchas veces debe contenerse solo por lo que te dijo.

- ¿Te dijo eso? - pregunto el mayor con la ilusión pintada en su rostro.

- Entre otras cosas que no tiene sentido que te cuente. Pero creo que el verdadero problema aquí es "las velocidades" auto impuestas - declaró Jungkook mientras comía un poco de su cereal - ¿Qué es eso de ir lento o rápido? No lo entiendo. Ambos se gustan, les gusta estar juntos ¿por qué están todo el tiempo cuestionándose las cosas? ¡Solo disfruten de estar juntos!

- Es que creo que ese es mi problema, que no me cuestiono demasiado las cosas y reacciono según lo que siento - Tae volvió a apoyar su mentón en la mesa - Y ahí es cuando la cago.

JK sacudió la mano para quitar esa idea de la cabeza del otro.

- No... - comió un poco más de cereal y se atragantó en el proceso.

Jimin se aproximaba a la cocina, completamente despreocupado, sin remera y con los pantalones desabrochados, mostrando su hermoso cuerpo que, sin llegar a ser grande estaba marcado. Sus abdominales, sus hombros torneados y en el costado de su torso un hermoso tatuaje que no quiso observar con demasiado detenimiento, ya que se habia despachado contado los cuadraditos en su estómago. Sintió un poco de envidia, su cuerpo también estaba trabajado, pero Jimin era... era sensual, su forma de andar, sus ojos entrecerrados la forma en que se tiraba el pelo hacia atrás, su mentón alzado...
Él jamás andaría así por la casa y si lo hiciera, no se vería tan espectacularmente bien.

De todas formas, Jimin venía con los ojos semi cerrados, arrugado el ceño, como si hubiese una luz intensa que lo cegara, así que no podía verlo mirándolo.
Llegó hasta sus caderas donde el elástico de su boxer sobresalía por el pantalón desprendido.

Mientras tanto Tae se había puesto de pie para golpear la espalda de Jungkook, y ya estába a punto de aplicar el método heimlich cuando éste se puso de pie y comenzó a respirar con fuerza mientras se servía un vaso de agua.

Jimin, ajeno a todo el desorden, se desparramo en la silla masajeando su frente.

- ¡Ey! cara de picaporte, no tienes una aspirina o lo que sea que me quite este maldito dolor de cabeza.

PAPER HEARTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora