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"Ahora llora, es sólo que lo lamento mucho por tí, otra vez, llora porque no pude protegerte"

Stigma

- ¡Vamos, llegaremos tarde otra vez!

Hoseok estaba envuelto con una pequeña toalla en su cintura, su cabello mojado goteaba sobre su pecho y las gotas seguían el recorrido que mi boca quería hacer sobre su abdomen plano perdiéndose en su ingle.
Lo observe desde debajo del calor de mis sábanas sin ninguna intensión de moverme de allí.
Ví como se acercaba secando su cabello con otra toalla hasta que se puso delante de mí, imponente, mirándome desde arriba.
"Dios, se veía tan sexy"
Puse mi mejor cara de perrito mojado mostrando un puchero.

- Yoongi, nuestros amigos nos esperan, no me gusta llegar tarde - pero mientras decía esto se metía debajo de las sábanas conmigo haciendo que su cuerpo helado se calentara con el mío y sacando un gritito de mi parte.

- Nuestros amigos pueden esperar - le dije rozando su nariz con la mía y dejándole un suave beso - es mi cumpleaños, y el cumpleañero hace lo que se le plazca ... - dejé otro beso en la comisura de sus labios mientras me devolvía una sonrisa cómplice.

- Pero es de mala educación.... - protestó pero por otro lado puso su cuerpo sobre el mío dejando suaves besos en mi rostro.

- No entiendo si me quieres convencer de ir o no.

Estiró sus brazos al costado de mi cabeza para verme, su rostro dibujaba una cara pensativa.

- ¿Ir? - dijo cuestionándome con sus ojos llenos de brillo.

- Suspende todo, diles que me siento mal - dije tomando su cabello acercando su rostro para darle otro beso, pero esta vez un poco más profundo.

- Gatito... - gimió entre mis labios.

Aproveché el momento en que había bajado la guardia levemente para girar me y ponerme sobre su cuerpo. Su sonrisa se tornó más brillante.

- Te amo mucho Hoseok.

- Yo te amo más Min Yoongi, aunque ahora seas un año más viejo - rió mientras me hacia cosquillas en los costados, haciéndome lanzar un grito otra vez.

No, no quería levantarme hoy tampoco. Pero por razones distintas.
Hoy, también era mi cumpleaños, pero él no estaba conmigo. Era mi primer cumpleaños sin sus besos, sin su risa alborotada, sin sus abrazos...
Prácticamente no había podido dormir, y apenas lo había hecho, me desperté sintiendo su voz llamándome. Abrí mis ojos buscando inocentemente su presencia, sólo para caer en la triste realidad.
Abracé nuevamente su almohada y me tapé hasta la cabeza.
Me quedé, atormentándome sólo, con los recuerdos.
Apreté mis ojos en un intento fallido de volver a conciliar  el sueño pero fue imposible.
Mi cabeza siguió trabajando, volando de un momento a otro, tratando de no traer a mi mente ese día, eso me generaba una angustia que no lograba controlar.
Pude ver a través de mis sábanas las primeras luces del sol que entraban por la ventana.
Me dí la vuelta y me cubrí aún más.
Al rato pude sentir ruido en la cocina y el clásico olor a café inundando la casa.
Sentí los pasos de Jungkook cerca de la puerta de mi habitación, pero regresó sin intentar nada la primera vez.
Apreté un poco más la almohada, tratando de traer nuevamente su olor, pero ya casi no quedaba nada allí. Ya no estaba su ropa tampoco, ya casi no me quedaban más que los recuerdos.
Hice una bolita de mi cuerpo, estrujado aún más la almohada, cerré fuerte mis ojos, quizás realmente fuera una pesadilla, quizás podría volver a mi vida. Volví a imaginarlo a mi lado, abrazándome, sonriendo, repitiendo una y otra vez "te amo Min Yoongi, te amo", no podía ser cierto que ya no estuviera.
Sentí nuevamente los pasos de Kook acercarse, pero esta vez, también sentí la puerta mientras se abría. El peso de su cuerpo mientras se sentaba a mi lado. Puso su mano sobre mi hombro y comenzó a sobarlo, al ver que no tenía respuesta, se recostó a mi lado y me abrazó. Me sentí muy pequeño en sus brazos, hecho una bolita. Pasó su brazo por debajo de mi cabeza y quitó la manta de mi cabeza descubriendo mi rostro con ojos rojos. Acarició mi mejilla y depositó un sonoro beso en mi frente mientras hacia que me acurrucara mas aún en su pecho.
Apenas sentí el calor de mi amigo me lancé a llorar, como si hubiera estado esperando por eso para soltar todo lo que tenía adentro. Él sólo apoyo su mentón sobre mi cabeza mientras yo mojaba de lágrimas y mocos su remera.
No dijo nada.
No necesitaba preguntar nada.
Solo minutos después cuando mi llanto se calmó un poco, separó un poco mi rostro de su pecho para limpiar algunas lágrimas con la manga de su buzo y peinar mi cabello.

PAPER HEARTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora