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"Ahora me acuesto a dormir
rezo al Señor que cuide mi alma
Si muero antes de despertar
Oro al Señor que tome mi alma
Silencio, bebé, no digas nada
Y no importa ese ruido que escuchaste
Solo son las bestias debajo de tu cama
En tu armario, en tu cabeza "

Enter Sandman - Metallica

Me removí en la cama donde estaba cómodamente recostado sintiendo el calor de la persona mi lado.

Estaba sobre mi pecho. 

Sonreí.
Inspiré el aroma a madera y almizcle de su cabello.
¿O era vainilla?
Si, era un suave olor a vainilla que se metía por mis narinas.
Abrí mis ojos con dificultad y pude ver el rostro de Tae plácidamente dormido sobre mi, con su pierna entrelazada a las mías y rodeandome con su brazo.
Se veía tan hermoso.
Como si de un ángel se tratase.
Me moví un poco y sentí la humedad en mis pectorales.

Nuevamente estaba babeando sobre mi.

Intenté mover su rostro, estaba completamente helado y rígido.

¡Que mierda!

De pronto la humedad en mi pecho se tornó roja.

- Tae?!

Me horroricé ante aquella visión.

- TAE!!! - grité, pero parecía no escucharme.

Lo moví a un lado con desesperación y me miró a los ojos. Sus ojos estaban cristalinos, suplicantes....
Intentó hablarme pero nada salía de su boca, solo es en líquido rojo y viscoso que lo estaba ahogando.

- Tae, Tae por favor!!! - sacudí su cuerpo que se volvía más tieso y pesado cada vez - TAE... - pero los ojos de Hoseok eran los que me veían ahora.

- No, no no por favor no...

Algo presionaba mi cuerpo con fuerza impidiendo mis movimientos.

La angustia se apoderó de todo mi ser, no podía estar pasando eso, no Tae, ¿qué sucedió?
Todo estaba bien hacia solo unas horas.
¿Que había pasado?
Comencé a gritar.
Tae seguía sangrando...
Yo seguía sin poder moverme...

- Yoongi... Yoon aquí estoy.

Escuché la voz muy lejos de mi.

- Yoongi amor!!!

Abrí la boca para soltar un grito, solo salió una gran cantidad de aire a la vez que pude divisar el rostro de Tae, observándome con preocupación mientras sujetaba mis brazos y piernas como podía.

- Calma, calma...aquí estoy.

Sin cuestionarme nada de lo que estaba pasando me lancé a llorar. Aunque creo que mis ojos ya estaban bañados en lágrimas, pero fue ahí cuando realmente pude sentir mis sollozos brotar.
Sentí como Tae ahora aflojaba su agarre para recostarse a mi lado y acariciar mi pecho, de donde mi corazón parecía querer salirse.

- Esta bien, tuviste una pesadilla, todo esta bien... - repitió una y otra vez con su voz pausada y profunda.

No dude un segundo en girarme para abrazarlo y hundir mi cara en su cuello, tratando de calmar mis sollozos.

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