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"Desearía que el amor fuera perfecto como el amor en sí mismo
Desearía que mis debilidades se pudieran ocultar
Crecí como una flor que no puede florecer en un sueño que no se hará realidad"

The Truth untold

Apartamento 1501, allí estaba en la puerta con una sonrisa brillante en su rostro.
Puso sus lentes de sol sobre su cabeza, corriendo su cabello hacia atrás y tocó.
Nadie respondió.
Solo se sentían los ladridos del perro mugroso desde dentro.
No podía ser que no hubiese nadie, según sabía el inútil jamás salía de su casa.
Tocó el timbre con un poco más de insistencia y ahora si pudo sentir unos pasos apresurados hacia la puerta.

- ¡Shh, Holly, silencio!

Un chico de bata, alto, de cabello negro, sonrisa enorme y ojos redondos abrió la puerta.
Pareció quedar sorprendido ante su presencia, pero ella no recordaba haberlo visto jamás en su vida.

- ¿Jiwoo?

- Oh, me conoces, mmm veo que mi cuñado no perdió el tiempo buscando alguien que llene su vacío - mientras decía esto entró al apartamento sin esperar ser invitada.
Miró hacia todos lados, escudriñando cada rincón. Definitivamente su hermano tenía muy buen gusto.

- ¿Qué haces aquí?

- Bueno, busco al inservible de mi cuñado.

- No está aquí.

- Oh, me sorprende, ¿o acaso decidió matarse de una vez por todas y no me avisaron?

- ¿Qué quieres? - preguntó el chico impaciente.

Se sentó en el sillón probando que tan cómodo era como si estuviera en su propia casa dando pequeños saltitos sobre él.

- Woow esto es buena calidad de verdad, si hay algo que el marica de mi hermano sabía era de buen gusto.

El chico suspiró lanzando su cabello hacia atrás.
Era muy sexy, y más considerando que a través de la bata podía verse gran parte de su cuerpo. Definitivamente no llevaba nada debajo.
Lo observó de pies a cabeza mordiendo su labio inferior.
Cuando terminó de escanearlo notó la presencia de la pelinegra detrás de él, solo llevaba un pijama y su cabello revuelto. Lo tomó por los hombros como marcando su territorio lo que le dió mucha risa.

- Tranquila niña, he dormido con niños como él, pero acaban demasiado rápido son una pérdida de tiempo.

Volvió a suspirar con cansancio y siguió mirando a su alrededor.
Holly se acercó a ella a olfatear sus Stilettos.

- Shu Shu - movió el pie para espantarlo - ¡asquerosa bola de pelos! Arruinarás mis zapatos.

- Si no vas a decir a que viniste te voy a pedir que te vayas.

- Ya te lo dije, quería hablar con mi cuñado. Ya que no ha venido a ninguna de las audiencias  de conciliación creí que al fin había muerto y nos dejaría en paz.

- ¿Audiencias?

- De conciliación - dijo rodando los ojos como si estuviera diciendo algo tan simple que le costaba que su interlocutor no lo entendiera - Mi abogado a enviado repetidas citaciones, que según tengo entendido fueron recibidas, pero la pequeña rata de caño no se ha presentado a ninguna. Por lo tanto, quise traerle yo personalmente lo que el juez dictaminó finalmente luego de tantas pérdidas de tiempo.

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