Después de horas llorando no se en que momento me quede dormida y menos en la que me desperté, me parte el alma mirarme al espejo, mis ojos ya no brillan igual que antes, guardan bajo ellos unas notables ojeras, mi piel se ve más pálida de lo común y ver las marcas en mi cuello y mejillas solo me hacen sentir sucia, multiplicando mis ganas de querer morir, ya no puedo seguir, juro que trato pero no tengo el valor, este espejo me tienta es la única forma que veo de morir, golpearlo tan fuerte con mis puños hasta quebrarlo para así cortar mi venas terminando con mi sufrimiento y claro con un plus evitando que esteban me dañe.
Sentir el agua correr por mi cuerpo es una forma de limpiar mi alma, todo mi cuerpo duele, me siento sin fuerza sé que no ha pasado mucho tiempo desde que comí pero juro me siento sin fuerza física, mi cuerpo ya no da más, tallo tan fuerte mi piel hasta el punto de sentir un fuerte ardor, si estaba inestable mentalmente antes de estas aquí ahora sí que estoy al borde de un rotundo colapso.
Todo el día me la he pasado con las palabras de esteban rondando en mi cabeza, la incertidumbre de no saber a qué se refería, o de si saberlo tan solo no querer aceptarlo, solo me queda estar aquí sentada mirando a la nada como toda una loca.
Que será de mi papá tal vez, ya se dieron cuenta de mi ausencia y la policía me empezó a buscar, tal vez mi papá este asustado pensando que algo malo me paso o que tan solo me fui por enojo la verdad no juzgaría el hecho de que pensara eso de mi después de como terminamos el ultimo día que nos vimos.
Después de tantas horas mi estómago empieza a rugir, recuerdo mis mágicos momentos comiendo, es gracioso recuerdo a la comida como a una persona que estaba para mí, para que negarlo era mi refugio, no entiendo como no engorde exageradme, al punto de ser obesa porque con la cantidad de comida que ingería no es para menos tan solo tengo unos kilitos de más que están desapareciendo de muy mala manera, una respuesta para mi incógnita seria que herede el excelente metabolismo de mis padres.
De nuevo me quede dormida y me desperté sin darme cuenta, parece que esta es mi nueva rutina, hasta el momento no ha vuelto esteban ni nadie con nada para mí, ya no sé qué más hacer, no puedo calcular cuantos días han pasado o horas, no tengo nada por donde mirar si es de noche o de día, podría ser que las horas o sean más lento y lleve mucho tiempo no lo sé, no me queda más que suponer.
Me saco de mis pensamientos el sonido de la puerta abriéndose, tal vez a Esteban se le paso el enojo y me va a dar algo de comer y ropa, al levantar mi mirada me sorprendió el hecho de no verlo, ya que nadie más había venido; era el mismo chico que impidió me huida la primera vez que lo intente y no traía nada con el sin decir una palabra se acercó y me levanto como a un costal de papas, esta vez no luchare ya no tengo fuerzas, y si es que me quedan algunas no las desperdiciare en algo que no lograre.
Siguió por el pasillo, pero para mi desgracia no hacia la salida, se fue hacia el otro lado donde habían una hilera de habitaciones habitaciones cerradas, entro en la segunda puerta y me tiro en el suelo provocándome un fuerte golpe, y sin decir más salió cerrando la puerta de un trancazo.
Trate de pensar claro, tenía que haber una solución que no estaba viendo, pero no doy para más de nuevo mis ojos se llenan de lágrimas y cuando estoy a punto de soltarlas escucho una dulce voz –Ayúdame- me gire lo más rápido que me permitió mi cuerpo para encontrarme así con una hermosa niña pequeña de aproximadamente unos 10 años.
La habitación era bastante grande, decorada solo con dos tonalidades negro y rojo, la cama era negra, con tendidos rojos, las mesitas de noche que se encontraban a los lados de la cama eran negras, tenía un gran espejo con un hermoso marco rojo, que resaltaba gracias a la pared color negro y dos puestas más de color rojo aparte de por la que entre, supongo que es como donde me tenían antes, una del baño pera la otra si no tengo ni idea.
Camine despacio hacia la niña para no asustarle, le empecé a hablar para tratar de calmarla.
-Hola nenita cómo te llamas, no tengas miedo mi nombre es estrella.
-mi nombre es Emma- me comento con las palabras entre cortadas-quiero a mis papis-
Me senté a su lado para tratar de calmarla, por un buen rato estuvo llorando mientras le acariciaba el cabello, tenía muchas dudas pero no era buen momento para aturdir a la niña con preguntas, me desgarra el alma relacionar las palabras de esteban con esta niña, como le harían tal cosa una niña secuestrarla para prostituirla con razón esto está en una especie de sotana, sabrá Dios ubicado en donde, no me quiero imaginar cuantas niñas más habrán en los demás cuartos y de qué edad son tan pequeñas y frágiles.
Derek ahora te necesito más que nunca, sería el único que me podría encontrar y ayudar a salvar a estas niñas de estos pedófilos.
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Mi mate mi complemento
WerewolfMi nombre es estrella, tengo 16 años, llevo una vida prácticamente normal como estudiante, a mi corta edad ya he pasado por momentos que me han dejado marcada, el principal fue perder a mi madre en un desafortunado accidente automovilístico, aunque...