Capitulo 18

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Corrí por el pacillo, cruce, al final de este había otra puerta, ¿qué es esto? un maldito laberinto, gire la perilla para mi suerte estaba abierta, para ser unos malditos, son muy confiados abrí la puerta despacio encontrándome con otra sala, para mi felicidad esta si tenía ventanas enormes por fin de nuevo podía ver el mundo, jamás había estado tan feliz de ver el cielo, la noche nos cubría con tan solo una hermosa luna iluminado el bosque, por la vista que me brinda esta ventana me puedo dar cuenta que estamos en medio de la nada, pero esto no me detendrá. Por un momento pensé en salir por la puerta, pero no puede ser que tenga tan buena suerte y no tenga guardias, no lo puedo creer, sabía que tenía que huir esteban ya estaría tras de mí, revisando todo el lugar para ver donde me metí pero no puedo salir a la intemperie sin zapatos, sin algo para a lumbar o para defenderme, me atraparían y nada de esto habría valido la pena.

De lo primero que me percate fue de la hilera de botas que habían en la entrada de la puerta, tome un par, me las puse lo más rápido que pude, eso sí muy silenciosa, seguía algo para alumbrar, en eso escuche una voz, me paralizo, reaccioné lo más rápido que pude encaminándome a la ventana, no sé qué número de momentos suertudos que he tenido hoy sea, pero la ventana se podía abrir, me eche a correr para la parte de enfrente de la casa, deteniéndome bruscamente al ver a un hombre de casi dos metros con un arma, si tenían guardias afortunadamente algo me dijo que no saliera por ahí.

Me devolví despacio evitando hacer cualquier ruido, de un solo disparo todos mis planes se irían al carajo, ellas se quedarían aquí por muchos años más, no lo podía permitir, corrí pegada a la casa por si de pronto habían más guardias, tener donde refugiarme al llegar a la esquina no me quedo de otra que correr en medio de la oscuridad hacia el bosque, no sé cuánto tiempo llevaba corriendo, solo sabía que si me detenía esteban me atraparía y todo este esfuerzo no serviría de nada.

Llegue a un punto del bosque donde gracias a la frondosidad de los arboles era muy poca la luz de la luna que me iluminaba, temía seguir corriendo y caer, no me podía permitir lastimarme en esos momentos, sentí una rama crujir, mis instintos se activaron, ante el cansancio de mi cuerpo mi mente no cedió, me obligo a correr de nuevo, sin descanso alguno, adentrándome más hasta que tropecé con una piedra y caí de cara contra el suelo, afortunadamente logre colocar mis brazos para así no lastimar mi rostro, un terrible dolor invadió mi cuerpo agotado, mi brazos ardían y el olor a sangre me indicaban que si había sido grave mi caída, tendría que esperar hasta mañana para poder ver que tan profundos serían los cortes causados por las filudas piedras, agradezco al menos haber logrado conseguir las batos sino tal vez no hubiera llegado tan lejos y tendría mis pies destrozados.

Quiero seguir pero me empezó a sentir muy mareada, con ganas de vomitar, de verdad que si es muy importante tener un buen estado físico, no sabes cuando tengas que pasar por lago así o al menos ser niña exploradora para saber cómo sobrevivir a esto. El cansancio me gana, sin darme cuenta me quede dormida sobre un tronco hueco, el sonido de las aves fue mi despertador, corrí con mucha suerte, nadie me encontró ni siquiera una animal salvaje.

Seguí mi camino pero ahora con una caminata suave, tenía un poco más de fuerza, pero no la quería gastar, no sé cuánto me lleve encontrar a alguna persona que me pueda ayudar o al menos una fuente de agua. Mientras caminaba trate de limpiar un poco mi brazo, con un trozo de tela que le arranque a mi camisa, lo último que quiero es que se infecte, se ve muy mal mi mano derecha está llena de moretones y con una cortadura profunda seguro la causante de romper mi piel fue una filosa piedra.

Ya llevo un largo rato caminado pero lo único que veo es bascosidad, una serpiente de colores muy llamativos me hizo pegar un bricho, creo que por fin estoy aprendiendo a controlar un poco mis reaccione me contuve de soltar un grito, no quiero que por una de mis estupideces me descubran, son tan hermosas, pero causan un miedo, espere hasta que cruzara en frente de mi para seguir, por un momento pensé que me atacaría pero no tan solo siguió su camino.

Después de un largo rato más caminando, sentí la felicidad más grande no sabía si estaba alucinado o que pero escuché no muy lejos el fluir del agua, sería posible que hubiera un pequeño lago o un rio, sin pensarlo corrí lo más rápido que pude guiándome por mi oído, si, había un lago, era hermoso, cristalino, se podían observar sus peces, piedras de colores ramas, hojas sobre él, árboles y arbustos a su alrededor siendo un lugar tan hermoso, puede ser que sea visitado por algunas personas que tal vez me puedan ayudar.

Sin pensarlo más me quite la ropa, me metí al lago, dejando que esta me hiciera flotar, cargando consigo todo lo que me atormentaba, me siento tan libre perfectamente podría quedarme aquí horas y horas hasta dormirme pero no me podía confiar, en cualquier momento podrían aparecer, encontrándome aquí vulnerable, termine casi de vaciar el lago de la cantidad de agua que me bebí, por fin pude saciar mi sed, quería seguir pero primero tendría que encontrar algo en que llevar agua quien sabe cuánto tiempo pasaría hasta que me pudiera permitir eso de nuevo.

Me quede completamente desnuda, para poder lavar mi ropa posteriormente permitirle secarse, necesitaba sentirme limpia completamente así fuera tan solo una ilusión, con todo lo que pasa ni por más que tallara mi piel estaría limpia de nuevo, Salí sin pudor alguno, en busca de algún recipiente conociendo a mi especie, si este lago algún día tubo visitantes alguna botella tendrían que haber dejado, camine un rato por los alrededor, encontrándome con uno de tantos arboles inmensos pero este estaba hueco, tal vez aquí podría pasar la noche hasta recuperarme un poco más y darle la oportunidad a mi suerte de traer personas que me socorran.

Mi mate mi complementoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora