Querida Estrella
De nuevo soy yo, te deje dos cartas junto al ramo de rosas, tu padre me dijo que tus favoritas son las rosas blancas, tan hermosas como tú, supongo que si termino esta nueva carta antes de que despiertes, también estará ahí, perdón por no haberte protegido mira donde terminaste, ya ha pasado un día sin que puedas despertar, pero las noticias del doctor son alentadoras, tristemente no puede asegurar lo mismo de tu salud mental, gracias a todo lo que pasaste, tu padre no se ha alejado ni un solo segundo de tu lado, apenas le avise que te había encontrado y tu ubicación manejo hasta aquí, te aseguro que te ama profundamente, todo este tiempo no tuvo un segundo de paz, pero aun así se mantuvo sobrio, estoy seguro que fue en tu honor, tu mejor amiga no se quedó atrás en este momento tiene que seguir en la sala de espera con sus padres y lo que parecían lágrimas de felicidad, te pongo en contexto, apenas me reuní con mi hermano, supe que encontrarte seria tarea fácil, tenía todo tu olor impregnado en él, siempre estuvo contigo, no sé cómo contarte esto, tal vez termines por odiarme completamente, lo que tu viviste en carne propia es el negocio de mi familia, pero te juro que hace muchos años lo deje atrás, la obsesión del malnacido de Estaban lo llevo a torturarte en el mismo lugar que lo hacen con las prostitutas, después de un tiempo entrenándolas son enviadas a diferentes partes del mundo, jamás lo imagine, esa insignificante persona hiciera parte del negocio familiar, uno de los protegidos de mi hermano, tu tranquila te lo prometí, el que te hizo esto la pagaría caro, aun no lo puedo tocar pero te aseguro que le va a llegar su momento a esa rata, sé que tengo mucho por contarte, explicarte, pero lo que más deseo es que te recuperes, después me des la oportunidad de explicarte todo.
Siempre tuyo Derek
Poco a poco siento como mis ojos intentan abrirse, pero una brillante luz blanca intenta quemar mis ojos, ¿Qué paso? Estoy tan perdida, lo último que recuerdo es como todo se volvió negro, temo seguir intentando abrir mis ojos, con quien me encontrare, me extraña que todavía no esté muerta, tal vez decidió que la muerte sería dejarme ir muy fácilmente, mi cuerpo, mi pobre cuerpo el solo hecho de intentar moverlo me causa un terrible dolor, como si me hubieran quebrado cada uno de mis huesos.
Por fin me atreví a abrir mis ojos, poco a poco me acostumbre a la luz, divisando una habitación totalmente blanca, a simple vista noto que es de hospital, solo cuenta con la camilla en la que descansa mi cuerpo, a mi lado derecho un monitor cardiaco, a mi izquierda una mesita con unas hermosas rosas blancas, verdaderamente si son grandes ¿que intentarían compensar?, me encantan, eran las favoritas de mi madre por ende las mías, por ultimo un sillón donde se encuentra mi padre dormido, su rostro demuestra cansancio, unas prominentes ojeras bajo sus ojos acompañadas de una triste expresión, el tan solo verlo me hace cristalizar los ojos, al punto de no soportar mis lagrima, juro que jamás pensé volver a verlo, deseo tirarme encima de él, abrazarlo profundamente, decirle lo mucho que lo amo, cuanto lo extrañe, pero no sé qué estará en su cabeza, como encubrirían mi desaparición, temo no saber que piensa sobre mí.
Gire mi cabeza para pensar en otra cosa, encontrando baja las rosas tres sobres estilo cartas antiguas con un hermoso sello rojo, estire mi mano para alcanzarlos, como un fuerte golpe vino a mí el recuerdo de Emma, no lo puedo creer como lo olvide Emma, el resto de niñas, tengo que avisarle a la policía para que las busquen, tiene que salvarlas.
-Papá, Papá-
Empecé a gritar desesperadamente.
-Despertaste mi vida, por fin.
Corrió abrazarme con lágrimas en los ojos, todo paso tan rápido, me soltó para salir corriendo hacia la puerta gritando.
-Doctor, Doctor.
- Mi hija despertó, necesito un doctor.
Más rápido llego mí mejor amiga que el doctor, en un segundo ya la tenía encima, estoy seguro que de tanta emoción que sentí en ese momento, el darme cuenta lo mucho que me amaban, impidió que sintiera dolor.
-Amor, ¿estás bien?, de nuevo estas con nosotros, no sabes cuánto te extrañe, ¿Qué te paso? ¿Por qué desapareciste? ¿Quién fue el maldito?
No paraba de abrumarme con preguntas, sé que lo hace porque se preocupa por mí pero ahora solo deseo hablar con un policía.
-Me secuestro, Esteban.
Mi papá, mi mejor a amiga y sus padres se quedaron helados mirándome sin pronunciar ni una sola palabra.
-Pero, para poder seguir contándoles primero tiene que estar aquí un policía, para timar mi declaración.
Mi padre salió corriendo sin decir ni una sola palabra.
-Es un maldito, mientras te buscábamos fingiendo interés por ayudar a encontrarte, pero lo va a pagar caro eso tenlo por seguro, la golpiza que le vamos a dar no va a ser poquita por meterse con mi pastelito.
Me abrazaba tan fuerte como cuando nos peleábamos por un par de horas y llegaba la hora de la reconciliación, de nuevo me siento segura.
-Lina, la violencia no resuelve nada la justicia se encargara, lo importante es que está con nosotros, a salvo mi pequeña estrella.
Los abrazos de la madre de Lina son reconfortantes, acompañados de su dulce mirada cansada, complementados con los de su padre, me alegra mucho poder haberlos visto de nuevo, pero no, Ella no tiene razón, la cárcel no es suficiente castigo, seguro pensar lo mismo cuando les cuente lo de Emma, las cientos de niñas que deben de tener cautivas, espero que papá regrese pronto, seguro fue por un policía, tal vez ahora todo sea diferente entre nosotros.
Todavíano aparece Derek después de todo lo que prometió al menos esperaba verlo aquí,seguro todo se le olvido cuando desaparecí.
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Mi mate mi complemento
Kurt AdamMi nombre es estrella, tengo 16 años, llevo una vida prácticamente normal como estudiante, a mi corta edad ya he pasado por momentos que me han dejado marcada, el principal fue perder a mi madre en un desafortunado accidente automovilístico, aunque...