vii. apples, peaches and a little treachery

1K 101 24
                                    

capítulo siete: manzanas, duraznos y un poco de traición

capítulo siete: manzanas, duraznos y un poco de traición

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los diferentes olores de las comidas siendo preparadas inundaban cada rincón de la casa al verse mezcladas abriéndole el apetito a cualquiera, sin embargo, ella era la excepción de aquel festivo día.

Alexandra Labonair no estaba en un espíritu festivo, y últimamente este suceso parecía repetirse con frecuencia, aunque no era para menos. Había sido un año sumamente duro como para sentirse agradecida por algo, por lo cual había querido saltarse esa festividad si hubiese podido. Sin embargo, como líder de la manada Crescent se lo hicieron ver como clave de unir a la manada que había sido segregada hacía unos meses atrás, e incluso de alguna manera, festejar a los que habían partido antes. Con eso en mente, Alexandra no le quedó otra que aceptar que aquello se diese, a pesar de ir en contra de todos sus sentimientos.

No obstante, aquel festejo ocupaba lo último en sus pensamientos debido a que la información proporcionada por Tristan de Martel se había robado la mayor atención de los mismos. Cada retazo de información lo repasó no solo en su mente, el libro de Ansel fue su mayor ayudante en esta ardua tarea, buscar comprobar aquellas palabras ofrecidas era su mayor tormento, sin embargo, solo las últimas páginas de aquel libro daban información siendo la profecía dada por el Conde la cual se destacaba.

Eso terminó por trastornarla.

El sentimiento abrumador pronto llegó para cuando el sol comenzó a salir por el horizonte, aquel sentimiento aplastante sintió en su pecho. Ciertamente la curiosidad había sido llenada, aunque la pregunta prevaleció: ¿Al precio de que? Esa cuestionante no la abandonó aún cuando los rayos de luz comenzaron a traspasar la ventana del estudio.

—Creo que es la primera vez que visito el Bayou —la voz suave pero llamativa la obligó a despegar la mirada de los libros sobre el escritorio. Camille estaba bajo el umbral de la puerta esperando ser aceptada para entrar a lo que Alexandra parpadeo un par de veces antes de enderezarse en la silla —. Es más hermoso de lo que llegué a imaginar.

—Si... —miró a su costado derecho para observar por la ventana la cual le ofrecía una vista directa a la laguna en la cual buscaba un poco de sosiego. En otra oportunidad hubiese continuado con la conversación, sin embargo, aquel no había comenzado siendo un buen día.

—Espero no incomodar —se hallaba adentrándose al estudio cuando Alexandra volvió la mirada sobre ella. La joven bartender se veía un poco cohibida con respecto a la decisión de continuar con aquella pequeña charla —. Nate dijo que estaría bien, pero le dije que no quería ser un estorbo.

Luego de unos segundos, Alexandra sacudió su cabeza en negativa. —No incomodas, Cami —intentó ofrecer palabras tranquilizadoras —. Nathaniel esta en lo correcto, esta bien que estés aquí. Además, es la primera festividad que están juntos. —inquirió con una suave sonrisa sin mostrar ningún diente a lo que Camille respondió de igual manera, quizás hasta un poco nerviosa, lo cual era normal. No todos los días conoces a la gran familia a la cual pertenece tu pareja.

³ 𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora