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—¿Dónde está Hayley?
La interrogante abandonó los labios de Jackson Kenner tan pronto como Elijah terminó de despojarle el último trozo de bala de su hombro derecho. El noble tomó una inhalación pesada para cuando se deshizo de la bala, tomó el paño que se encontraba sobre la mesa detrás de Jackson sintiendo como el mismo aún le seguía con la mirada a la espera de una respuesta.
—Todavía no hay señal de ella —destacó, puesto que, durante gran parte de esa madrugada el Original recorrió el Bayou con la esperanza de encontrarla. Sin embargo, eso no había sucedido, ahora solo esperaba que la híbrido estuviese bien porque los peores escenarios él ya los había creado en su mente —. Tampoco hay señal de Alexandra. —agregó. Jackson desvió la mirada, para ese momento no se podía dar a la idea del estado de su contra parte, pero si se acercaba míseramente a como estaba y se sentía él. Solo podía pensar en lo peor.
—Los cazadores eran el plan B por si las trampas no funcionaban. —su voz se escuchaba más profunda de lo normal. Sus dientes apretó con fuerza, puesto que, además del dolor que sentía físicamente, el enojo también lo ocupaba —¿Cuántos cuerpos, Elijah? —el noble lo miraba para cuando la desvió colocándola en el horizonte. El silencio que le ofreció fue la respuesta que Jackson odió. Ante la revelación, el Alfa sintió un nudo en su garganta pero trató de mantenerse centrado en lo que ahora les concernía.
—Una trampa no retendría a Hayley después de transformarse —aquellas palabras eran su aliento de esperanza e incluso el mismo Elijah se vio aferrándose al pensamiento, pues solo podían esperar el peor resultado. El lobo fijó la mirada en Hope la cual se hallaba en el coche jugando con un peluche de conejo ignorante a todo lo que sucedía a su alrededor —. Nada le impediría ver a su pequeña —aseguró —. Algo esta mal. —puntualizó. Y ciertamente las palabras de Jackson tenían sentido, durante los últimos meses Hayley no se perdió una sola visita de Hope, no lo empezaría a hacer ahora.
Elijah pronto se vio sacando su celular mientras terminaba de empacar algunas de las cosas que se encontraban regadas sobre la mesa. Jackson lo miraba con confusión en su rostro, pues el vampiro no estaba siendo muy comunicativo con respecto a su próximo movimiento.
—¿A dónde vas?
—Sé de alguien que nos podrá ayudar a rastrear a ambas —alegó para cuando colocó el celular en oído —. Necesitamos que elabore un hechizo, iré por ella —el celular bajó al no poder contactarse con la persona. En ese momento no necesitaba de más retrasos, la ansiedad lo cubría —. Quédate aquí, atiende a tus muertos.
—No, no —negó de inmediato separándose de la mesa para acercarse más al noble. Elijah podía ver que a pesar de lo herido que se encontraba a el lobo no le importaba ninguna de sus heridas —. Tengo cinco horas hasta que sea un lobo otra vez —señaló con presteza —. Elijah, es mi esposa.
