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Para esas horas de la mañana se sabía cómo todo había fallado épicamente durante el intercambio solicitado por Camille en donde demandaba el regreso de sus objetos oscuros —con la esperanza de poder vengarse de Aurora de Martel, y como ahora la única arma capaz de matar a los Mikaelson estaba bajo el poder de la ex de Niklaus. Por supuesto, a pesar de que la terapeuta de Klaus ofreció una disculpa al respecto, él no dejó su furia a un lado. Por cada flanco parecía ser atacado, no había un solo momento de paz, y las personas cercanas a él tenían sus propias agendas. El ejemplo claro de ello era Marcel Gerard, quien ahora era el líder de los Strix, y a pesar de que Elijah le había explicado que todo había sido planeado por ellos, eso no dejaba tranquilo al híbrido.
Sin embargo, el premio al problema del día se lo llevaba Aurora de Martel, por lo cual todas las facciones de la ciudad habían estado en su búsqueda, pero aún no había rastro de la mujer lo cual aumentaba el mal humor del híbrido.
—Los lobos aún la buscan —expuso Hayley adentrándose en el estudio. Niklaus apartó la vista de la ventana concentrándola en la madre de su hija. Él se veía disperso, más ella continuó —. Pero estoy confiada de que la encontrarán.
Niklaus asintió con lentitud, a pesar de que él quería encontrar a Aurora más que nadie, siendo tanto así que esa mañana el jefe de policía se vio «estimulado» de alguna manera por las acciones del híbrido; no podía dejar de sentirse de esa manera. Intentaba concentrarse en una sola cosa, más su mente no dejaba de divagar en los otros problemas que tenían en su plato.
—¿Cómo esta? —fue su interrogante. Hayley estaba a punto de abandonar la habitación, pues ella solo quería mantenerlo al tanto de lo que sucedía con los lobos, pero se vio detenida por la pregunta. Volteó a verlo.
—Freya y Layna trabajaron en un hechizo para contener su poder —explicó. Después del incendio involuntario, Niklaus mostró preocupación sobre lo ocurrido a su hermana, pero a pesar de que ya había manera de controlar aquello nadie sabía si quiera cómo había empezado en primer lugar —. Ahora, cada una tiene su teoría. Alex incluida. Pero con lo ocurrido de Cami y Aurora...
Desde el momento en que lo de Aurora se expandió como pólvora, los esfuerzos para descubrir el porqué de la volatilidad que empezaba a presentar la magia de Alexandra tuvo que ser dividida. Por un lado, Freya se encargaba de localizarla mientras que, por el otro, Alexandra estaba a la cabeza de la búsqueda por tierra.
—Si, lo entiendo.
Con aquellas palabras volvió su mirada hacía el paisaje fuera de la ventana dando por terminada la conversación. Hayley, sin embargo, no abandonó el estudio. A pesar de que, por un lado, poco quería entrometerse en la situación en la que se encontraban Alexandra y Klaus, su otro lado no se detuvo en soltar lo que tenía en mente.
