xv. an old friend calls

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capítulo quince: un viejo amigo llama

capítulo quince: un viejo amigo llama

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Sintió el líquido bajar por su garganta quemándole levemente, seguido, se empinó un poco de cerveza para mezclarlo con el sabor del tequila que aún residía en su boca. Hizo una leve mueca de amargura antes de bajar la botella. La música era lo suficientemente alta como para que se uniera a las charlas a su alrededor volviendo el ambiente agradable. Desde la sesión del bar en donde ella se encontraba, el ruido se hacía menos, su mirada se posó en las personas.

Era agradable ser testigo de aquella despreocupación que poseían, quizás hasta un poco de envidia la cubrió. Después de todo, ella era un desastre andante. Aunque todo esto era interno, pues se dio el trabajo de contener todo. Sin embargo, eso no quitaba que lo era, a pesar de que intentaba embrazar la perdida eso no quitaba los otros sentimientos que poseía: como la ira.

Tomó el collar que colgaba de su cuello mientras baja la mirada hasta el, quizás el trabajo de contener no lo estaba haciendo del todo bien. Ahora no solo tenía que lidiar con problemas externos, también los internos parecían estar haciendo el bullicio suficiente como para bloquear sus sentidos. Bebió una vez más de la botella.

—Al parecer no soy el único que intenta ahogar sus penas. —una voz suave pronto cubrió sus oídos, al alzar la mirada se topó con un hombre que no debía pasar de los veinte años, su cabellera alta cobriza, junto a sus ojos verdes fueron un punto de atención. El hombre la veía con una suave sonrisa.

—Supongo que eso es lo que viene hacer la mayoría a un bar —declaró con obviedad cuando sus ojos observaron a su alrededor, llevando al joven a hacerlo también, las pocas personas que se encontraban en esa ala del bar estaban en estado casi deplorable. Alexandra volvió la mirada sobre él —. Pero lo que no hace la mayoría es entablar una conversación con un extraño.

El hombre sonrió cuando bajo la mirada. —Supongo que no —concedió para cuando señaló la silla frente a ella pidiendo en silencio el tomar asiento a lo que ella con un asentimiento de cabeza accedió —. Pero te veías perdida en tus pensamientos, así que decidí acercarme. Llámalo: curiosidad de un extraño.

Alexandra lo escaneó en silencio, la sensación que transmitía no era amenazadora ni siquiera se acercaba a ello. Pero nadie podía culparla, después de todo, los últimos meses habían sido un infierno, así que ser un poco paranoica no estaba demás. Se inclinó un poco en la mesa cuando apoyó su mentón de la mano que estaba sobre la tabla.

—Así que curiosidad... —achicó un poco los ojos —. Sabes que la curiosidad mató al gato, ¿no?

Quizás. Pero tienes esa mirada de que necesitas hablar con alguien —aseguró lo que hizo que Alexandra se enderezara —. Así que porque no confesárselo a un completo extraño, puede que te ayude a liberarte de esa carga que tienes.

—Suena como si tuvieras experiencia en el campo. —soltó con cierto tono amargo, pero sarcástico. El hombre sonrió.

—Debería decir que tengo una maestría —bromeó a lo que Alexandra soltó una suave risa —. Puede que tengas más confianza si hablo primero —suspiró para cuando la joven lobo alzó las cejas dándole a entender al hombre que podía continuar —. Bien, en este momento estoy huyendo en orden para salvar a mi hermano dejando a mi novia recién dada a luz —pronto el entrecejo de Alexandra se frunció —. No es mío, es algo complicado. —se adelantó antes de que pudiera intervenir. La joven Alfa alzó las cejas en sorpresa, ciertamente sonaba complicado, pero aún parecía que la historia era contada a medias.

³ 𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora