5. Sin palabras.

44.7K 2.3K 466
                                    

4. Igualdad de géneros. |Parte 2|

Viendo que no aceptaré su casco porque son horribles y ese no es mi color, bufa frustrado para ágilmente colocármelo y amarrarle la correa negra sin dejarme protestar. Arrugo el entrecejo por el calor que comenzó aumentar en mis mejillas y la incomodidad de mi cabello sobre mi rostro y dentro de mi boca. Gruño intentando sacar uno de mis cabellos y él ríe divertido por mi torpeza.

-Bonita y asegurada. Exactamente como me gustan. -sonríe y palpa el asiento "incentivándome" a sentarme. Niego rápido y giro la cabeza para todos lados en busca de una manera de escapar de esto. Viéndome sin salida al no tener auto, al no haber ningún humano presente o no tener zapatos adecuados para caminar millas, lo miro fijamente rascándome la parte de atrás de mi cabeza dudando si esta es una buena idea.

Se ve peligrosa y muy alta para mi metro cincuenta y siete.

Aaron se sube a la moto y suelta un suspiro feliz tendiéndome su grande mano. ¿Por qué siempre sonríe tanto? Nerviosa entrelazo nuestros dedos para impulsarme y subir a la moto tras de él. Sin salida, mis piernas rozan las suyas y mis manos se ponen en sus hombros.

-Agárrate si no quieres morir. -exagera haciendo un mohín y sonidos distorsionados.

-Ya estoy agarrada. -presiono sus hombros suavemente sintiendo como se tensa y tirita.

-Muñeca, rodéame el estómago. Eres muy pequeñita y no quiero que salgas volando. -habla fuerte encendiendo el motor. Nuestros cuerpos vibran al compás y me tenso.

¿Por qué vibra tan fuerte? Suena igual al consolador chocando contra el suelo, incrementando mi miedo y disminuyendo mi valentía.

Asustada y con las manos temblorosas, rodeo su estómago caracterizando a un koala miedoso o a una lapa asustada de ser despegada. Escucho su risita y de un impulso salimos disparados del colegio. Sello mis ojos aferrándome más fuerte a él en busca de un refugio. Si pudiera llorar lo haría por diferentes razones: Mis oídos no escuchan nada, la adrenalina está al borde de mi garganta y mi vacío estómago está repleto de mariposas, sin embargo, al pasar los minutos, la sensación se convierte en algo soportable, agradable y fácil de liderar. ¿Cómo es posible? ¡Me encanta!

¡Me siento como un pájaro fuera de su jaula, escapando! ¿Por qué nunca intenté esto?

Lentamente abro los ojos y chillo percibiendo su risa ronca y dura. Los árboles pasan rápidamente y las personas se desvanecen. Aumenta la velocidad y automáticamente me aprieto a él sin borrar la sonrisa de mi rostro que demuestra mucha tranquilidad a pesar de mi cuerpo tenso. No quiero que esto termine nunca, me hace sentir viva y completa. Cierro los ojos y apoyo mi cabezota con el casco sobre su espalda para disfrutar el relajante viaje.

Minutos trascurren que nos alejamos más de la ciudad, llegando a un vecindario tranquilo con casas y jardines pequeños. El motor comienza a sonar y nos detenemos completamente. Su cuerpo se impulsa hacia tras en movimientos lentos despegándose de mí colocando la pata de la moto para no caer.

Con un poco de sueño y confusión intento tocarme los ojos, pero mis dedos chocan contra un cristal de plástico haciéndome sacar una queja y un puchero.

-Tontita. -se carcajea sacando el casco de mi cabeza. -Ahora sí, bella durmiente, puedes limpiarte tus ojitos.

Mi mano va hacia ellos y los refriega. Abro los ojos y la luz me incomoda. Con mis entrecerrados ojos sigo su figura: Está con unos lentes negros y un gorro -que no sé de dónde sacó- con forma de tubo color negro. Una vez Ashley me comentó que a esos gorros se les dice 'condones' ¿Se parecerán? No tengo ni idea. Jamás he visto uno y me demoré un día entero en entender que era un "condón"

Soy virgen ¿y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora