35. Comida familiar.

29.4K 1.2K 287
                                    

Capítulo 35. Comida familiar. Final parte 1.

|2 meses después|

-¿Papá? -hago un pequeño hoyo con la puerta y me inclino para verificar si está dormido.

-¿Sí? -pregunta dando media vuelta en su cama matrimonial.

Su cuarto, el doble de grande que el mío, está en completo silencio y oscuridad, provocando que tenga que abrir un poco más la puerta para que entre un poco de brillo del pasillo. Acomodo mi pijama y arreglo mi cabello, mordiéndome el labio un poco nerviosa y avergonzada.

-Eh... -comienzo dubitativa.

-Ven, hija, acuéstate a mi lado. -me interrumpe encendiendo la lamparita al lado de su cama. Sin dudarlo, sabiendo que era lo que quería, corro a su lado y me acuesto en el lado izquierdo de la cama. Cuando apago la luz, sus brazos me envuelven en un fuerte abrazo y besa mi frente. -¿Querías venir a dormir conmigo o hablar? -pregunta con voz adormilada.

Acordándome de lo tarde que es, decido no preguntarle lo que quería y me voy por la primera opción. -Hacerte compañía...

-Muchas gracias. Esta cama se ha sentido vacía últimamente... -murmura afligido sacándome un puchero.

Acaricio su cabello y suelto un gran suspiro. -Debes seguir con tu vida, papá.

-Todo a su debido tiempo hija, todo a su debido tiempo...

Susurra como último para soltar un pequeño ronquido unos minutos después y caer en un profundo sueño. Miro el techo con la pregunta rondando por mi mente. Ladeo mi cabeza para revisar la hora y al ver que son las cuatro de la mañana, me obligo a dormir, teniendo en cuenta que mañana podré preguntarle sin miedo.

---

Troto por mi sala de estar haciendo a mis tacones resonar contra el suelo, dando presencia por mi casa. Todo está en silencio debido a que mi hermana está en el segundo piso revisando universidades fuera del país, Camilo está comprando equipos de seguridad para proteger nuestro hogar por cualquier cosa y mi padre está encerrado en su oficina que es lugar exacto al cual me dirijo ahora. Tocando la puerta, remuevo mi pie y agarro mis dedos esperando por su afirmación, al escucharla, me inclino viéndolo revisar unos papeles arreglando sus lentes.

-¿Papá? -susurro sentándome frente a él.

Mi padre, con el ceño fruncido mueve los papeles unos minutos más, firmando unos y sin siquiera darse el tiempo de leer otros, hasta que por fin levanta la cabeza y me sonríe cruzándose de brazos sobre su escritorio. -¿Pasa algo? ¿No que ibas a salir con Aaron Wills? -se quita sus lentes.

-Papá... -me quejo. -Solo dile Aaron, él te llama Mauricio y no con tu apellido.

-Pues debería.

Suspiro cansada y me cruzo de brazos imitándolo. -No vine a eso.

-Entonces ¿A qué viniste? -copia mi mala actitud y rendida asiento con una sonrisa inocente.

-Quería saber si podríamos tener una cena familiar...

-Todos los viernes hija, acuérdate. -acomoda nuevamente sus lentes y vuelve a sus papeles desinteresado.

Viro los ojos a su actitud fría y al saber que no comprendió mis palabras, me paro para sentirme más superior y con confianza. -No entendiste mis palabras. -afirmo y él eleva una ceja.

-Las cenas familiares son los viernes y estamos a domingo. Queda bastante.

-Lo sé, papá. A lo que me refería es que si podríamos tener una cena familiar con otra familia... -su ceño se frunce y espera pacientemente a que siga hablando. Mi lengua se enreda dentro de mi boca y tartamudeo palabras sin sentido antes de formular las verdaderas. -Q-quería saber s-si podíamos invitar a los W-wills a cenar algunos de es-stos días...

Soy virgen ¿y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora