23. Especial Aaron.

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Capítulo 23. Especial Aaron.

N/A: El capítulo está dividido por distintos tiempos, cada uno con sus respectivos títulos. Por ejemplo: Algo que pasó en el pasado y luego en el presente, etc...

|Aaron|

Silvia, mi novia.

¿Dónde se encontraba? Afligido buscaba por todos lados, gritando su nombre sin ser escuchado debido a que mis sonidos eran superpuestos por los de la naturaleza. En medio de mis gritos, le exigía que volviera a aparecer, que esto no ya no era divertido, que estábamos preocupados. Llegamos a un acuerdo con mis compañeros que nos separaríamos en grupo para encontrar a los dos desaparecidos, por mi lado decidí ir solo y ellos lo aceptaron, era el más afligido y necesitaba un tiempo a solas. ¡Cómo es posible que pierda a mi novia! Siempre estoy pendiente de ella, de cuidarla, amarla y darle cariño, pero justo hoy, que venimos de campamento con mis mejores amigos, tenía que perderla.

-¡Silvia! -grito lo más fuerte que mi garganta lo permite. Remuevo las ramas que intentan meterse por mi camino y golpeo las piedras que quieren que me tropiece.

Limpio el sudor y muerdo mi labio sintiendo las lágrimas picar mis ojos. ¿Qué haré sin ella? Sin tocar su preciado cabello naranjo, mirar sus hermosos e inocentes ojos cafés y acariciar sus suaves piernas que son mi delirio. De repente, entre medio de mi desesperación y angustia, donde ya pensaba en mi suicidio, oigo unos fuertes jadeos provenir tras de un gran árbol frente a una cascada la cual habíamos ido a recorrer ayer. Confundido, me acerco sigilosamente, intercalando entre árboles para no ser oído. Lo que me encuentro es tan impactante que un fuerte grito sale de mi garganta y todo se convierte en cámara lenta.

Mi chica le está chupando el pene a mi mejor amigo llamado Josh. Mi cuerpo se entumece mirándolos, mi boca se abre y mis manos se hacen puños. La rabia, el corazón hecho pedazos y el asco son lo único que puedo sentir ahora. Silvia, limpiándose la boca pronuncia aquellas palabras que provoca que mi locura salga a la luz, esa locura que cada ser humano tiene muy dentro de él.

"Jamás te amé"

Sin pensarlo dos veces, me tiro sobre Josh para estampar mi puño contra su rasurada mandíbula. Mis piernas no detienen sus constantes golpes contra su estómago cuando cae al suelo confundido. No me apiado de él, ni de su cuerpo, tampoco freno por los constantes gritos de miedo de Silvia y sus arañazos en mi espalda; nada me va a detener hasta verlo molido en el suelo exactamente como mi corazón.

Ellos me dañaron, Ellos jugaron conmigo, riéndose a mis espaldas. ¿Cómo se atreven a hacerme esto?

Débil. Débil. Débil. -me repetía mentalmente. -Eres un chico débil que cualquiera puede robarle la novia. No eres nadie, no tienes dinero, no eres tan guapo, no eres tan deseado. Débil. Débil. Débil.

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Saliéndose de las vías.

Sostengo mi porro con uno de mis dedos mientras que mi otra mano se aferra a la cadera de la chica para mantenerla sobre de mí, sin perder la profundidad. Sube y baja rápidamente para penetrarse sin cuidado, su boca suelta gemidos y jadeos desesperados, aquella rubia disfruta mi indiferencia y yo disfruto del placer que me provoca sin tener que hacer algo.

En el momento que mi porro se acaba, nosotros también. La chica me sonríe mordiéndose el labio para verse sexi y no lo niego, sí que lo es. Sus grandes tetas y su buen culo, provocarían el pene de cualquiera, pero no es mi estilo de chica, solo la de compañía. La miro neutro, impasible a lo que siente, sin importarme si disfrutó o no. Sintiendo sus dedos acariciar mis abdominales, me estiro para sacar otro pedazo de marihuana y papel. Lo enrollo viendo la atenta mirada de la rubia. Le guiño el ojo para provocarla y teniendo la respuesta que tanto quería, siento como vuelve a subir y bajar para unir nuestros cuerpos y tener nuestro cuarto round.

Soy virgen ¿y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora