10. Estuvimos tan cerca.

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10. Estuvimos tan cerca.

-Buenas noches, bebé. -susurro para acomodar a Amanda en su cama junto a su hermano Finn. Ella se despide con su mano y le beso la frente.

Giro sobre mis talones para ver a Aaron acomodar a Daniel sobre su cuna, lo queda mirando plácidamente y me sonríe. Me encamino hacia él y quedando a su lado miro al bebé con los ojos cerrados acomodado con muchas frazadas sobre su cuerpo.

Parece un burrito.

-Vamos. -susurra tendiéndome la mano. Lo sigo con los dedos entrelazados cerrando la puerta del cuarto. -Fue un poco cansador jugar a ser tu esposo, eres un poco exigente. -ríe sentándose desparramado en el sillón de la sala.

-Sólo te exigí que trabajaras. -río acomodándome en su pecho. El silencio se hace presente en el ambiente sin ser incómodo. Su mano acaricia mi cabello de manera delicada mientras que acomodo mis piernas entre las suyas. Escuchando su corazón me percato que está yendo de manera rápida, alarmándome un poco: eso no es normal. -Tu corazón está latiendo rápido. -menciono con mi mano sobre el sector del corazón, sentándome derecha, mirándolo directo a los ojos.

-Los nervios me hacen eso, cuando estoy contigo normalmente corre tranquilo porque tú me pones tranquilo -hace unas muecas tiernas. Río nerviosa con las mejillas rojas haciendo un ademán con las manos. -¿A qué venías? -levanto una ceja cruzándome de brazos al escuchar su tono tan índole. -No es que no quisiera que vinieras, solo que tú presencia me tomó por sorpresa. -levanta los hombros agarrando una de mis manos de manera delicada entrelazando nuestros dedos traspasándome su calor.

-Quería hacerte una pregunta. -susurro. Él se acomoda mejor en el sillón y asiente. -¿Haz tenido alguna vez novia?

-¿Sólo era eso? -ríe. Yo hago una mueca desconforme. -Lo siento. -deja escapar el aire. -Sí, he tenido creo que unas 5. Ninguna serias. ¿Y tú, cariño?

-¿Novia? Ninguna que yo sepa. Podría ser que Ashley se haga pasar por mi novia cuando alguien nos coquetea, pero nada serio. -río escuchando su risa animada. Mi gesto cambia y le sonrío tímida sintiendo su caricia suave en mi mejilla. -Nunca he tenido novio.

-¿Cómo una belleza como tú nunca ha tenido novio? -pregunta incrédulo. Una queja de impresión por sus palabras sale de mi boca. Mis mejillas se enrojecen ¿cómo se le hace tan fácil hacerme sonrojar? -Increíble... Entonces ¿Nunca has dado tu primer beso? -muevo la cabeza exageradamente dejando en claro mi propósito sin atreverme a juntar mis ojos con los suyos.

Debo de darle pena, debe estar pensando que soy una solitaria y muchas cosas feas. Espero que se ría a todo pulmón, como cualquier persona haría.

Sin embargo, los minutos pasan y no escucho ruido, preocupándome. Subo la mirada y mi nariz choca contra otra. Dé la impresión me alejo un poco y veo a Aaron cada vez más cerca. Atravesándome con sus ojos brillantes, sus manos van a mis caderas colocándome sobre sus piernas de un empujón. Mis manos rodean su cuello y una de ellas sube a acariciar su cabello tras su nuca. Sus ojos se cierran y se deja llevar ronroneando. Su cabello es suave y desenredado, perfecto para ser tocado. Sonrío tranquila al ver como sus ojos se dirigen a mis labios.

-¿No vas a preguntarme si puedes besarme? -susurro acomodando mi frente contra la suya sintiendo un pequeño vacío en mi estómago por lo que va a ocurrir; hoy han ocurrido muchas cosas, más de las que pueda soportar mis nervios. Debería tomarme unos días en mi casa para pensar.

-¿Es necesario? Pensaba que era lo bastante sexi para merecer tus labios. -Río como loca, alejándome un poco. -Ahora, déjame besarte que me muero por tus labios. -se chupa los suyos ansioso. Muerdo los míos nerviosa, aceptando. Por fin va a ocurrir y espero que se sienta como lo describen en las historias; explosivo como fuegos artificiales.

Soy virgen ¿y tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora