Arillo
—Deberías buscarle otro nombre. No merece tener el mío.
—¿Mhm? No lo tiene, es un nuevo nombre que inventé.
—Es mi nombre. Al revés —dijo obvio.
—Tú nombre es Dabi —remarqué—. No Ibad.
—Esta cosa no se parece en nada a mí. Ni siquiera da miedo. No intimida.
—¿Tú si?
—Te recuerdo que te he visto llorar varias veces y sobre todo aquella vez... oh, y sin agregar que dijiste "wof".
Me ahogué con el cereal. En estos momentos estaba desayunando y Dabi entró hace unos minutos, empezó a molestar y rondar por mi casa. Luego me miró fijo, agarró la silla y la arrastró hasta poder tener libre el asiento y sentarse en el. Y aquí estamos, charlando ¿de la vida con un psicópata? Buena trama para un libro terapéutico.
Tragué los restos de cereal que se atoraban en mi garganta y hablé con algo de dificultad al principio:
—Sobre eso... ¿tienes una especie de fetiche?
Levantó su mirada, intrigado. Lo que me dio pie a proseguir.
Aclaré mi voz para tomar una actitud más segura y libre.
—Quiero decir, la otra vez... tú... nosotros... ¡Me hiciste imitar a un perro!
Dabi dejó escapar una sonora carcajada. Claramente, burlándose de mi pregunta.
—¿Si tengo fetiches con eso preguntas? Que mujer más estúpida e ingenua. La respuesta es no —clavó sus azules ojos en los míos—; no tengo un fetiche con esas cosas. Solo me gusta ver como haces lo que te pido. Me gusta ver el control que tengo sobre ti y me gusta ver como obedeces
.. y tu cuerpo reacciona dándome a entender que le agrada.Frunci el ceño.
—¿Masoquista?
—Sabes de mi pasado, ¿qué te hace pensar que estoy cuerdo? Mi padre me hizo exigirme a tal punto de quemar mi piel. ¿Quieres ponerle un nombre? Bien, ponle masoquista, fetichista, lo que quieras. Hago lo que mis deseos quieren. Hago lo que quiero. Ahora, hoy, y siempre.
Pasé saliva y movi mi cabeza levemente, en respuesta afirmativa.
—Hablando de mi pasado... —sus codos quedaron en la mesa y sus dedos se unieron entre sí, tapando su boca. Lo que le daba más impronta a su mirada— ¿sabes? Los muertos no cuentan cuentos —finalizó, claramente dándome la advertencia.
Claramente, amenazandome.
—No tengo a nadie y ni que fueras tan importante para contar tus cosas.
—Solo es una frase para que la tengas en tu tonta cabecita por siempre.
—De igual forma, estoy muerta, ¿cierto? Tus manos ya tienen escrito mi nombre y tus llamas, ya tienen escrita mi vida.
Sonrió mostrando sus dientes, pero no era una sonrisa bonita, no. Era una sonrisa macabra.
—Veo que ya entiendes el juego. Y sobre todo, sabes el final.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Negué con mi cabeza, me apresuré en tomar las cosas y largarme.
—Cómo sea, me tengo que ir a t-trabajar.
Al cerrar la puerta tras de mi, me dejé recargar mi espalda en esta, respirando profundo y cerrando mis ojos con fuerza. Su sonrisa fue tan asquerosa, el ambiente fue tan agobiante y perturbador. Sé que Dabi no va a matarme, no lo hizo en todo este tiempo pero, ¿cómo puedo escapar de este jueguito suyo? Temo que acabaré muerta por los peligros que le persiguen.
Dabi no es cuerdo y por sobre todas las cosas que vengo recalcandome desde que lo conocí, es un villano. Tiene "amigos" peligrosos que no quisiera conocer ni que ellos sepan de mi existencia.
Acabaré muerta por todo lo que le rodea, por lo que el resultado final es que acabaré muerta por Dabi.•••
¡hola y adiós!
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Átropos || Dabi Y Tú
Fanfiction-Átropos. -¿Qué? -preguntó confundido. -Átropos quiere decir cuando algo es inevitable, inexorable, Dabi -expliqué burlona, por lo idiota que es a veces. -¿Y qué? -Nuestro encuentro fue átropos. ••• ¡Obra hecha totalmente por mi! No se aceptan copia...