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Arillo

Entré hecha una bola de fuego a mi departamento, dando un increíble portazo que creí haber roto la puerta o el marco. Sinceramente, creía haberla hecho giratoria en su momento.
Lo único que mis ojos buscaban era su presencia. Una única presencia y no se encontraba.

Mis emociones me desbordan y salen a flote. Me derrumbo en el suelo. No puedo contener las lágrimas y los gritos de frustración que salen de mi boca. Mis manos agarraron con bastante fuerza mis cabellos tratando de tranquilizar mis ganas de asesinar. Mi impotencia.

Maldigo a Dabi por jugar conmigo, me está matando lentamente por dentro. Me está volviendo loca. ¡¿Como pude permitirle hacer tal cosa?!

Otro llanto o grito de frustración escapó de mi garganta pero esta se sintió horrible. Fue como si me ahogara pero pasara algo rasposo por el ducto.

No quiero estar así. No quiero este estado para mi. No quiero esto para mí. Merezco más o tal vez no pero esto, sí que no lo merezco.

Su estupida risa y sus aplausos interrumpieron mi "crisis nerviosa" que tuve hace unos segundos.

—Haaaaa... me encantan estas bienvenidas —sonrió y clavó sus ojos en mi, con burla—, ¿a ti no?

Levanté mi trasero del suelo y limpié mis lagrimas. Me acerqué a este y lo apunté con mi dedo, mi cara no mentía. Lo odiaba.

—¡¿Quién carajo te crees?! ¡¿Payaso de turno?! ¡deja de seguirme en el hospital, imbecil! ¡deja de amenazarme y de acosarme! ¡¿Tienes catorce años para jugar al psicópata?! ¡estoy harta, termina con esto de una vez! ¡llévate a Ibad y no vuelvas aquí nunca más!

Seguía con su gesto cínico, lo cual incrementaba mi desprecio y odio hacia él.

—Me importa una mierda —inspiro hondo incrédula de su postura h doy media vuelta largando un grito de frustración.

Aprieto mis dientes de impotencia y vuelvo a gritarle con todas mis ganas dirigiendo mi cuerpo hacia su figura. Si voy a morir, voy a liberar todo lo que tengo dentro.

—¡Estoy harta de toda la mierda que tienes a tu alrededor y que yo esté implicada! ¡ni siquiera soy algo tuyo para que me incluyas a mi en tus miserias! ¡esto me supera demasiado, Dabi! ¡no te conozco, no me metas en tus mierdas absurdas! —clavé mis ojos en los suyos, amenazando— la próxima vez que te vea en el hospital no voy a dudar ni un segundo en avisar a las autoridades, Dabi.

Su gesto por fin cambió. Pero no para bien, si no, para mal. Su rostro se volvió sombrío y serio. Acerca aún más su cuerpo al mío, haciéndome frente.

—No te conviene hacerte la fuerte conmigo, __(tn). Las cosas van a terminar mal.

Yo no me quedo atrás y me acerco aún más a su rostro, veo con detalle cada una de sus cicatrices, alguno de sus poros y, sus ojos. Le devuelvo la misma mirada amenazante. Si tuviera la misma altura, estaríamos pegando frente con frente.

—Entonces deja de jugar conmigo.

—No estoy jugando.

Su mirada, mi mirada... Nuestra mirada se mantuvo fija exactamente por cinco segundos. Cinco cortos o extensos segundos.

Pero,

No pude soportarlo.

Tomé su cuello con fuerza y tiré su cabeza forzando a agacharse y besar mis labios.

Sí.

Estoy besando a Dabi. Lo besé con tanta intensidad, tanta pasión pero odio. Tanta lujuria pero frustración.

Tanto... todo.

•••
¡hola y adiós!

¡Hey! No me maten. El próximo capítulo es lo tan esperado que esperan👀👀

Átropos || Dabi Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora