XI

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—¿Entonces no tienes la menor idea de quién te pudo dejar el dinero en tu casa? —pregunte mientras saque un cigarro, no suelo fumar siempre pero era una buena causa.

—Ni puta idea —respondió Samuel con cansancio—. ¿Se te ocurre quien pudiera ser?

—En parte si pero, esto lo había hablado con Rebe antes y no quiero adelantarme —respondi y le tendí mi cigarro pero él se nego—. Pensamos quien pudiera dejarte la pasta, pudo ser el asesino.

—¿Lo crees? —preguntó confundido.

—Mira Samu, tu sabes que muchos pijos quieren muerto a Nano por lo de mi hermana como Guzman, la marquesita, Lu y el resto de vuestros amigos.

—Carla no quiere declarar y confesar la verdad a pesar de mis esfuerzos.

—Debes esforzarte más —aclare con seriedad terminando mi cigarro y después tiré la colilla al agua—. Cuantos más trates de acercarte a la marquesita, más tardaremos en saber la verdad. ¿Has hablado con ella?

—No he hablado con ella desde que mi hermano la atacó.

—Pero ¿No ha recibido una denuncia por intentar atacarla fuera de la fiesta? —pregunte.

—No —negó y eso nos quitó un peso de encima.

—Al menos tenemos ventaja —suspire aliviada.

—¿Y piensas en volver a dirigirle la palabra a Nano? Desde que volvimos de la casa de Rebe, no deja de pensar en ti y creo que fue mi culpa en contarle que Rebe vive en tu antigua casa.

—Creo que también fue mi culpa en haberme enamorado de Nano rápidamente y creo que hemos empeorado las cosas con tal de buscar más pistas —suspire y mi pie se movía constantemente por la ansiedad—. Y admito que sigo enamorado de él y creo que lo nuestro es un amor imposible.

—¿Por que no lees la nota que Nano te escribió? —hice caso y saqué la nota de mi bolsillo, la desdoble y comencé a leerla pero no importaba si Samu lo escuchara.

Alice... Si estás leyendo esto, quiero decirte que lamento mucho lo que había sucedido durante la fiesta de vuestra amiga Rebeka, creo que me había equivocado en haber pensado mal de ella y tenéis razón en ella. Alice quiero ofrecerte enormemente una disculpa con vos, sabía que eras tú perfectamente pero me deje llevar por la pasión entre nosotros, Marina fue una persona importante en mi vida y esa misma noche abrí los ojos y me di cuenta de que ya no está aquí y fue difícil de aceptar la realidad, al dar nuestro primer beso, logre entender que tú eras la única chica que confías en mi y crees en mi palabra. Estoy tan arrepentido por lo qué pasó y con mi hermano Samu, que desearía arreglar las cosas contigo. Si deseas verme, nos vemos afuera de la casa de tu amiga Rebe mañana en la noche.

Nano

—¿Lo harás? —me preguntó Samu al concluir de leer la nota, no lo mire y solamente me quede paralizada como si había perdido el aliento.

—Ni idea Samu, una cosa es que haya estado enamorado de mi hermana y la otra, es que ahora está enamorado de mi —recordé hace un momento en las palabras de mi hermano al día siguiente después de la misa de mi hermana cuando mirábamos el video de Marina—. Mi hermano está preocupado más que nunca, cree que ahora que Nano está libre, piensa que tendré el mismo destino de ella.

—Pero nosotros sabemos que es inocente —responde Samuel.

—Lo se, con lo poco que hemos encontrado no es suficiente para demostrarle a todos la inocencia de Nano —mire a Samu por unos segundos, como si estuviera leyendo su mente—. Cada día, mi hermano esta mas agresivo que nunca, aún mamá está en depresión tomando una copa cada día y papá... supongo que esta actuando como si lo había superado, yo en cambio no tengo nada de tranquilidad.

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