XII

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Desde que Samu había llegado a casa de Rebeka para boxear, se ha mostrado más intensa que antes cuando lo vimos con la marquesita en su choche. Estaba boxeando, golpeando el saco mientras Rebe estaba golpeando a Samu con mucha fuerza y vaya forma de quitarse ese coraje.

Ahora que Rebe tiene sentimientos encontrados en el, Samu no es más que un tonto para darse cuenta del amor que tiene por el, y más que nos está ayudando a resolver el misterio de Marina.

—Vas durito hoy —comenta Samuel después de que le dio un golpe en la cara y se cubría la cara con ambos guantes y Rebe continuaba golpeando.

—¿Solo pegas fuerte para salvar a la marquesita?

—¿Que querías que hiciera?

—No se —responde Rebe golpeando más brusco que nunca —. Pensaba que esto iba salvar a tu hermano, no le mandado en el hospital.

—Eso es algo entre Nano y yo —dijo Samuel tratando de reincorporarse.

—¿Que carajos estais diciendo Samuel? —pregunte dejando de golpear el saco y me uní a Rebe a la lucha.

—No es asunto suyo.

—Y una mierda no es asunto mío, Samu —hice lado a Rebe para comenzar a golpearlo con los guantes.

—Éste asunto también es nuestra también desde el puto primer día que te conocimos —cada palabra lo golpeaba más fuerte mientras intentaba cubrirse la cara y se recargaba en la mesa de hockey—. Nos taladramos la cabeza con el tema y ahora le estás diciéndole a Rebe que lo olvide cómo tú te olvidas de todo cuando ves a la marquesita y te pasa el coño por la cara.

—¡Coño! —se deja de cubrirse la cara y me empuja leve hacia a otro lado con la respiración agitada.

—¿No querías saber quien mató a Marina ¿Cómo tu cuñadita también quieres saber quién mató a su gemela para salvar a tu hermano de la puta prision? —preguntó Rebe.

—¿Que quieres que hagamos?

—¡No tirar la toalla, joder! —Rebeka le da un último golpe a Samuel y cae al suelo—. ¡Levántate! ¡Arriba!

—Ya no se por donde seguir —responde frustrado Samuel mirando al suelo.

—Hay que empezar de cero —responde y ambos me miraron con cierto estupefacto—. Algo que se nos ha pasado algo, unos momentos antes... antes de que mi hermana fuera asesinada en la fiesta de fin de cursos y no sabemos lo qué hay en nuestros narices. Y quiero terminar esto de una puta vez, por mi hermana, por mi hermano y por Nano —mire a Samuel con seriedad—. Y por ti Samu, porque eres mi mejor amigo y no sé cómo pagártelo.

El entrenamiento no terminó de una forma que nadie se esperaba, nos habíamos quitado los guantes y me fui al tocador por unos minutos para recuperar el aire y me mire al espejo por unos segundos.

Me quede reflexionando en todo lo qué pasó en el entrenamiento, muy poco habíamos encontrado evidencia para saber lo qué pasó realmente con mi hermana y estábamos perdiendo más tiempo si no hacemos nada.

Abrí el grifo y tome un poco de agua para limpiar mi rostro y ahora me sentía un poco más tranquila y salí del tocador para reunirme con ellos que estaban sentados en el sillón y Rebe estaba sosteniendo su computadora.

—¿Como empezamos? —preguntó Rebe pensativamente mirando fijamente a la pantalla de la computadora.

—Hay que saber qué pasó momentos antes de la muerte de mi gemela y Samuel es quien sabe —lo mire fijamente y comenzó a redactar la historia, desde la entrega del premio hasta que la encontraron en el salón de natación, cerca de la piscina mientras Rebe revisaba las fotografías de la fiesta de fin de curso.

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