Carla

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El resto del día en Las Encinas fue normal como de costumbre, las palabras de Azucena me dejaron pensativos acerca de las carreras universitarias y tenía razón, el pasado no debe arruinar nuestro futuro. Pero eso significaba debo olvidar lo qué pasó con mi hermana.

Pero ahora lo que nos preocupa mas, es que Polo pueda salir libre de la prision y ahora estábamos enterados de que Rafael ha ido a levantar otra denuncia en vuestra contra de forma anónimo, aunque algunos piensan que Guzman era la misma persona que había denunciado y otros piensan que es un tío celoso que estuvo enamorado de Carla, pero por igual estaba sorprendida y era claro que no sabe lo qué pasó entre Elisa y Rafael.

Al día siguiente en Las Encinas, las cosas cada vez se ponen más peor ahora que solo queda un día para el juicio, Rafael y Nano ya están al tanto e incluso también están molestos al igual que nosotros.

—No han encontrado el trofeo. Sin una puta prueba no lo condenaran.

—Ni él chata entre Polo y Elisa no sirve de nada —conclui.

—Carla le va a condenar —la observamos hacia al fondo del pasillo con desdén—.Ustedes no saben cómo son estos cuando están juntos, cuando ella le mire, Polo se cagara en los pantalones... va acabar entre rejas

—No lo sabes.

—Se lo merece y más por todo el daño que ha ocasionado —respondí con la misma actitud de mi hermano

—Ya, como ustedes son ricos eso los hará estallar la cabeza, pero la gente no tiene lo que se merece —Samuel concluyó y se fue dejándonos solos.

—Rafael está de puta madre y quiere presentarse en el juicio de mañana, pero le pedí que no se presentaran para no arriesgar a Nano... si descubren que está de nuestro lado, todo se irá a la mierda y sabrá que esta detrás de la otra denuncia.

—¿Y qué opinó el tío? —preguntó Guzman mirando hacia al frente.

—Al principio estaba en desacuerdo, pero logre convencerlo de todo cuando le explique que todos saben de la otra denuncia y no saben el motivo.

—¿Y Nano?

—Aún en casa de Rafael, nosotros somos los únicos que sabemos que Nano no se ha ido de España.

—Alice —gire hacia a mi lado derecho y Azucena me estaba llamando desde su oficina—. ¿Podrás venid a mi oficina, por favor?

—¿Ahora que habéis hecho? —preguntó mi hermano con seriedad y solamente encogí los hombros muy confundida sin responder a su pregunta, me levanté de mi asiento y Azucena estaba acompañada de una mujer al parecer estadounidense.

—Tomad asiento —tome asiento frente a su escritorio—. Alice, te presento a Miss Anderson, ella estuvo presente en el fin del cursos del año pasado cuando tu hermana... —sabía lo que estaba por decir Azucena, pero no era necesario decirlo—. Bueno, eso no importa.

Hi Alice —saludó la mujer.

—Hi Miss Anderson —respondí él saludo de forma educada usando en otro idioma.

—Miss Anderson y yo estuvimos platicando acerca de vos sobre la universidad y queremos saber si estás interesada.

—¿Interesada en que? —pregunté sin entender lo que estaba ocurriendo.

Nosotros durante el fin de cursos del año pasado, habíamos otorgado una beca para uno de los alumnos de penúltimo año con el objetivo de estudiar en nuestro highschool de Florida hasta una de las universidades de la Ivy League —explicó con el idioma inglés, ahora comprendía lo que explicaba—. Pero desde el suceso de aquella noche, la beca se suspendió indefinidamente y Azucena me ha hablado sobre ti y tu excelente logro académico en Nueva York como las mejores alumnas al igual que en este instituto.

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