4. Un giro de 180º

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Pasó el tiempo, aproximadamente entre uno y dos años después de aquella aventura en el bosque; un tiempo en el que Derek compartía momentos con Gina, ya que no vivían tan lejos y ya confiaban plenamente el uno en el otro.
Iban al cine, al teatro, hacían senderismo siempre que veían que haría buen tiempo, paseaban por el pueblo e incluso hacían algún viaje por algunos pueblos cercanos a la capital de Noruega, Oslo; y de vez en cuando, iban de turismo, también, por dicha capital.

En cuanto a su amigo Kai, a veces se reunían los tres para tomar algo o comer en algún restaurante de Oslo. A Kai, le caía bien Gina, incluso intentó, alguna vez que otra, que se acostara con él, pero como a Gina esas cosas no le iban y si no hay amor, no va a más, pues siempre le rechazaba, hasta que un día, harta de que se le insinuase, en una de las quedadas a solas con Derek, le comentó todo lo que intentaba realizar su amigo; Derek la apoyó y habló con Kai, a solas. Desde entonces, la dejó tranquila y se conformó con su amistad.


En Junio de 2013, Derek fue despedido de aquella empresa en la cual llevaba trabajando desde 2010.  Tres años en los cuales aprendió y creció como persona. Se había sentido uno más de aquella pequeña familia; le trataban tan bien y se sentía tan a gusto, que a veces se llegó a plantear que podría quedarse allí para siempre, sin pensar en su sueño de ser periodista. En ese tiempo, se sacó el graduado superior de marketing y había ascendido de puesto en su lugar de trabajo. A pesar de que ayudaba a su familia a pagar los gastos de luz, agua, alimentación y algún que otro capricho, la verdad es que tenía bastante ahorrado, ya que le subieron el sueldo y estaba muy contento.

Cuando le transmitieron la noticia de que le despedían, tocó fondo. Aquella fue su primera despedida de un trabajo; de su primer empleo. Por suerte, no fue porque él hubiese hecho mal sus tareas, si no que estaban despidiendo a casi todos los trabajadores de la plantilla. La empresa se estaba yendo a la ruina.

Se lo comunicó a su familia y su madre le metía presión para que buscara otro trabajo de inmediato. Se puso manos a la obra. 
Día tras día, enviaba su currículum a muchas empresas, incluso iba personalmente a algunas. Pasó por varias entrevistas de trabajo pero siempre cogían a gente con más de 5 años de experiencia en ese sector y él, no tenía tanta.

Decaído por no encontrar un trabajo estable, buscó cualquier otro trabajo. Se apuntó en ofertas para ser canguro de niños, para trabajar en un supermercado, para tiendas de ropa como cajero o dependiente. Como en todos los sitios, siempre pedían experiencia de "x" años.
Se pasó un año buscando y enviando su currículum y su ánimo cada vez empeoraba.

En una de las quedadas con Gina y Kai...
- ¿Ya has conseguido trabajo? - preguntó Kai.
- Que va. La cosa esta muy mal. Me apunto a mil ofertas y no hay manera de que me cojan. Todos quieren a gente con experiencia en el sector y yo solo tengo como administrativo y temas de marketing. - le dijo Derek.
- No pierdas la esperanza. Yo también estoy buscando trabajo pero solo me salen sustituciones en tiendas de ropa. - dijo Gina.
- Pues yo solo imparto clases particulares a niños de primaria, así que creo que los tres estamos por igual. - dijo Kai.
- Es que no entiendo como pueden requerir experiencia si antes no te la dan. Esta sociedad parece que este en otro siglo donde todo el mundo sabe hacer de todo. - dijo Derek.
- Cambiando de tema... ¿Al final te irás a Estados Unidos? - preguntó Gina mirando a Derek.
- He estado pensando mucho en todo eso del periodismo. Antes de que me despidieran, tenía la oportunidad de seguir en la empresa y poder ascender en ella, sin pensar mucho en mi sueño ya que estaba muy bien allí.
- Pero siempre ha sido tu sueño. Querías irte allí a trabajar en la CNN, Derek. - le miró Kai.
- Lo sé, lo sé y por un momento lo dejé de lado porqué me estaba acostumbrando a esa vida pero...
- Pero ahora ya no lo ves claro porqué no tienes trabajo. - continuó Gina.
- Exacto. Y he estado mirando el dinero que tengo. Tengo suficiente para irme allí a estudiar periodismo.
- ¿Y cuando se te acabe ese dinero? - preguntó Kai.
- Hombre, tenía pensando en intentar que me contratasen el algún lugar de estados unidos y así me aseguro de que tengo un trabajo mientras estudio lo que quiero.
- Eso esta bien, Derek. Me gusta la idea. Siempre hay que luchar por los sueños que uno tiene. - dijo Gina.
- Tú no piensas en que si se va ya allí, no vas a verlo nunca más, verdad niña? - dijo Kai molesto.
- Es su sueño, Kai. Además, siempre podemos ir a verle o que él venga cuando pueda, verdad Derek? - le miró Gina.
- A no ser que... os vengáis conmigo. Empezaríamos una vida nueva allí. Los tres juntos. - los miró.
- Estas loco. Loco de remate. - dijo Kai mientras miraba el suelo.
- Pues... oye... no es mala idea. Podríamos compartir piso, trabajar de lo que nos salga hasta que consigamos nuestro trabajo ideal. Allí habrán más oportunidades laborales que en este pueblo.
- En mi pueblo hay oportunidades. - dijo Kai.
- Si... y por eso estas de profesor particular. - se rio Derek y Gina se unió.
- Ja ja ja muy gracioso. Reíros, reíros. Que gracia no hace alguna. No me voy a ir de aquí. Además, tengo mi novia. 
- ¿Qué? - dijeron a la vez Gina y Derek.
- ¿Tú? ¿Novia? - se echó a reír Derek. - ¿Nunca has tenido algo estable y ahora lo tienes?
- Sinceramente, no te veo con novia. Eres un picaflor. - dijo Gina.
- He sentado la cabeza, por si no os habéis dado cuenta. Si no os lo dije antes es porque sabía que os moriríais de risa. En fin. Me voy a casa que ya es tarde. Ya hablaremos. - se despidieron.

Al cabo de una semana, Derek recibió una llamada desde Estados Unidos.
- ¿Derek Smith? - preguntó una voz al otro lado del teléfono.
- Si, soy yo.
- Le llamo de la pastelería "Zimmer" por el tema de la vacante. 
- ¿Zimmer? - preguntó.
- Si, de Estados Unidos. Usted envió el currículum para el puesto de dependiente en la tienda, no?
- ¡Oh, si! Si lo hice si.
- Le va bien que realicemos una entrevista el viernes? Sería en la misma tienda.
- ¿Este viernes? Claro, claro que sí. Haré todo lo posible por asistir.
- Genial, le envío la dirección y la hora al correo.
- De acuerdo, muchas gracias.
Colgaron y Derek se puso muy contento. Se lo contó a Gina y a Kai mediante una videollamada vía WhatsApp. 
Gina se puso muy contenta por su mejor amigo, pero Kai... Kai sabía que iba a perder su amistad en cuanto Derek se marchara, o puede que estuviese confundido.

Enseguida, Derek compró un billete hacia Estados Unidos, por el momento no pilló el de regreso hasta que no supiera lo que pasaría.
Buscó, de inmediato, un piso barato y se puso en contacto con el dueño; por el momento no iba ni a comprarlo ni nada, simplemente se informó de los costes y de la zona en la que se ubicaba. 
Buscó un hotel, que se pudiera permitir, para pasar, al menos, una noche allí en caso de que no le cogieran.
Como le gustaba tenerlo todo en orden, ya tenía la universidad donde quería hacer periodismo.


Un día antes de aquella ansiada entrevista, a pesar de que su madre le decía que se había vuelto loco, a sus veintitrés años emprendió su primer viaje solo, rumbo a Nueva york.

Al llegar, se quedó maravillado de la cantidad de gente y luces que habían en la ciudad más conocida de Estados Unidos, la ciudad con más habitantes del mundo.
Él, al ser de pueblo, quizás le costaría adaptarse a tanto bullicio, pero no le importaba con tal de hacer realidad su sueño que desde pequeño siempre había tenido.
Nunca se imaginó que llegaría a pisar suelo americano, uno de los mejores lugares para crecer como periodista, ya que es un país muy importante.

Ese día, llegó al hotel, dejó sus pertinencias y se fue a hacer un poco de turismo.
No le gustaba mucho ver tantos edificios altos pero la arquitectura era fabulosa y muy diferente a la de su país.
Visitó la estatua de la libertad, tan grande y el país tan pequeño desde arriba de ella.
Como él era un amante de la naturaleza, fue en busca del famoso "Central Park". Cuando lo encontró, se adentró en él y pudo ver lo enorme y bonito que era; ahí si se sentía más como en casa.
Cuando no se dio cuenta, ya era la hora de comer, así que buscó un lugar agradable y comió; después siguió el paseo por el parque.

Anduvo mientras hacía fotos y se paraba a contemplar la naturaleza.
En una de esas paradas, alguien se chocó con él.
- ¡Ay! Mira por donde vas, chaval. - le dijo una voz femenina. Derek se giró para mirarla.
- Vaya, pensaba que los de aquí seríais más amables.... Por cierto, eres tú quien se chocó conmigo. 
- Así que no eres de aquí... Tú te paraste de repente, a vete a saber que. - dijo la chica.
- Estaba y estoy paseando, puedo pararme donde quiera. No molesto, estoy en un lateral del camino.
- Claro, claro... Ten cuidado no te pierdas por aquí si vas solo. Puede que alguien te encuentre y te metas en líos. - se rio mientras seguía su curso.
- Ja ja muy graciosa. - dijo Derek. - ¡Aah! Un perdón tampoco estaría nada mal.
La chica le hizo un gesto en plan: ¡Déjame en paz! Y la perdió de vista.

Derek siguió haciendo turismo hasta que se hizo de noche y fue al hotel, a la mañana siguiente, le esperaría la ansiada entrevista.


Se levantó, desayunó, se duchó y se marchó a la tienda "Zimmer".
Enseguida le atendieron y le hicieron pasar a un pequeño despacho.
Transcurrió la entrevista con normalidad, a pesar de que estaba nervioso, se dejó llevar y causó una buena impresión.
La dueña le dijo que esperara a fuera y que enseguida le avisarían.
Al poco rato, apareció y le dijo que entrara de nuevo.
- Bien Derek, si estas conforme con las condiciones del contrato, el puesto es tuyo.
- ¿De verdad? - dijo Derek.
- Si. Queremos ver como trabajas y como vas evolucionando. Nos vendrás bien en la tienda para echar una mano a Shana. 
- Pues... acepto, acepto.
- Bienvenido a la familia.
Dicho esto, firmaron el contrato y Derek se marchó; empezaría a trabajar al día siguiente.


Llegó puntual a su nuevo puesto de trabajo como dependiente de la pastelería "Zimmer".
La dueña y varios empleados, le ayudaron a incorporarse.
- Shana, llegas tarde. - dijo la dueña cuando la vio aparecer por la puerta.
- Lo siento Rita. Había tráfico.
- Siempre esa excusa... - dijo uno de los empleados.
- Cállate, Anthony.  
- Que haya paz. - dijo Rita. - Shana, te presento a Derek, el nuevo dependiente y tu nuevo compañero. Él estará contigo atendiendo a los clientes.
- Tú... - dijo Shana en cuanto le vio.
- Vaya... así que Shana... - dijo Derek mientras Rita los observaba.
- ¿Os conocéis? - preguntó.
- No... - dijo rápidamente Shana mientras se ponía su delantal.
- Digamos que ayer tuvimos un encuentro en el "Central Park"... - explicó Derek.
- No necesitan saber nada... - contestó Shana.
- Así que... encuentro... - dijo Anthony mirando a Shana con picardía.
- ¡Eres idiota! Solamente nos chocamos, por su culpa. - le dio un golpecito en el hombro a Anthony.
- Dirás por tu culpa. - dijo Derek. Shana le miró con cara de pocos amigos.
- ¡Basta! Abrimos ya y quiero total profesionalidad. ¿Ha quedado claro? - dijo Rita mirando a todos sus empleados. Todos asintieron con la cabeza.
La tienda abrió y empezaron a entrar clientes, algunos los atendía Shana, ya que muchos eran clientes habituales y ya la conocían; otros iban a Derek a que les atendiera.
A veces, Shana tenía que ayudarlo ya que no sabía, muy bien, como iba todo aquello; aprendía sobre la marcha.

Las ocho horas de trabajo, para Derek, se le hicieron eternas ya que, era la primera vez que estaba cara al público de esa manera y nunca había trabajado en una pastelería. Pero hay que decir, que a pesar de todo eso, cada vez se familiarizaba más con sus tareas e iba cogiendo un buen ritmo.
Shana, que siempre le observaba, le daba mucha pereza ayudarlo, así que también se le hizo bastante eterno ese día; no le caía demasiado bien el nuevo empleado de la pastelería. 

Las puertas del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora