14. Entre tú y yo

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El tiempo pasaba; a decir verdad, pasaba tan rápido que Derek no se había percatado de que ya casi terminaba el curso.

Como siempre, sus notas progresaban adecuadamente, sin problemas, sin tener que recuperar nada a final de curso. Se sentía motivado a pesar del percance con Shana; a pesar de que se sentía traicionado por Kai.

Nunca llegó a preguntarle a su amigo que si él y ella eran pareja; no se atrevía. No sabía si por miedo a que Kai le dijera "Sí, somos novios"; o simplemente no quería saberlo para no entorpecer las cosas.

Derek le preguntaba que como se encontraba Shana, él, muy amable y amistoso, le contestaba que ella estaba muy bien. Su trabajo estaba dando sus frutos.

Nunca antes, Derek, había puesto la televisión para ver a Shana de reportera, informando sobre miles de sucesos que ocurría en Nueva York; hasta que un día, Kai puso la cadena justo cuando daban las noticias un sábado.
Él no pudo evitar sentarse al lado de su amigo y ver las noticias.

De repente, habían dado paso a Shana para que informara sobre un accidente, bastante grave, que había ocurrido a las afueras de Manhattan. Derek se quedó observándola en todo momento, sin apartar la mirada sobre ella.
- ¡Vaya! Hoy si que le ha tocado una noticia escalofriante. - dijo Kai. - Espero que encuentren a ese demonio que ha provocado el accidente. Que pena que en ese coche hubiese un bebé. Que vida tan corta a tenido. - Miro a Derek. - ¿Me estas escuchando, tío?
- ¿Eh? ¿Qué has dicho? - dijo Derek volviendo en si.
- Nada, nada... que que pena que ese capullo haya matado a un bebé y a su madre.
- ¡Ah! Si, si. Una gran pena.
- No me estabas ni escuchando. Estabas empanado mirando a Shana.
- ¿Qué quieres que te diga, Kai? Simplemente observaba la escena tan trágica que están mostrando.
- Ya... claro... la escena...
- Es duro estar en el lugar de un crimen...
- Eso, cambia de tema... Cuando no quieres hablar de algo que no te conviene, cambias enseguida.
- Déjame en paz... 
- ¡Hola chicos! - dijo Gina entrando por la puerta. - He traído comida para hoy.
- ¿Qué compraste? - preguntó Kai, omitiendo a Derek.
- Comida china. Un poco de sushi, arroz tres delicias, tallarines con verdura... lo típico.
- Mmm que hambre. - Kai se levantó y fue a por platos y cubiertos, mientras Gina colocaba todo en la mesa.
- Que guapa han puesto a Shana, no? - dijo Gina mientras observaba la televisión.
- Si... va muy mona... - dijo Derek. Automáticamente, Gina le miró.
- Aún estás...
- No digas nada, ¿si?
- Vale, vale, perdona. Aquí tienes lo que tanto te gusta. Lo mejor para mi querido Derek. - le ofreció la comida que tanto le gustaba.
- Gracias. Eres un encanto. 
Empezaron a comer tranquilamente mientras continuaban viendo las noticias.
- ¿Por qué no os liais de una vez? - soltó Kai de repente. Hizo que ambos se atragantaran con la comida.
- ¿Has fumado? - preguntó Gina.
- En absoluto. Iba en serio que iba a dejarlo. 
- Ya no le quedan neuronas al muchacho... - dijo Derek mientras continuaba comiendo.
- Oye... va en serio. Tenéis feeling, vivís en el mismo techo, os lleváis genial... Hacéis buena pareja.
- Ya... y también vivimos contigo. ¿A caso nos tenemos que enrollar los tres por ser tan amigos? - dijo Derek.
- Ni en sueños. Si es vuestro deseo, os buscáis a otro.
- Eres un idiota, Kai. - dijo Gina. - Te afecta estar encoñado.
- No estoy encoñado. Simplemente que lleváis mucho tiempo solos. Seguro que os encantaría otra clase de cariño.
- Déjalo estar ya, Kai. Haremos lo que queramos. Igual que haces tú. - dijo Derek una vez acabado de comer.
- Bueno, bueno... Ya me callo.

Se pasaron la tarde jugando a juegos de mesa, ya que les encantaba entretenerse de aquella manera y así poder pasar rato los tres juntos, como los viejos tiempos en Noruega.


A la mañana siguiente, picaron a la puerta. Todos estaban durmiendo y los golpes de la puerta cada vez sonaban más y más fuerte.
Se despertó Derek y fue a ver quién narices era.
Abrió y se quedó de piedra al ver la persona que estaba en su rellano. 
- Shana... pasa, pasa por favor.
- Buenos días. Gracias. - Shana entró.
- Iré a despertar a Kai... - dijo Derek sin muchas ganas.
- No, no hace falta. No vine a verle. - miró a Derek.
- ¿No viniste por él? - la miró sorprendido.
- No. Vine a hablar contigo.
- Vaya... pues... ponte cómoda. - se puso nervioso.
- ¿Podemos ir a tu cuarto?
- Claro, si así lo deseas... - la llevó a su cuarto y cerraron la puerta por dentro. - Tú dirás. - dijo sentándose en su cama.
- Yo... necesito tu ayuda. 
- ¿Mi ayuda? Si es algo sobre Kai, lo siento, no soy la persona adecuada para ello... Igual Gina...
- No, no es sobre él. Deja que termine de hablar. - pidió Shana.
- Lo siento. - se disculpó.
- Verás... llevo una semana recibiendo cartas. Pero no unas cartas normales... - sacó las cartas de su bolso y le enseñó. 
- ¿Un admirador secreto? - dijo Derek mientras las cogía y las hojeaba.
- Yo creo que es alguien paranoico o enfermo.
- Desde luego que ponerte que te ama, que mataría por ti, que haría cualquier cosa para conquistarte, es de alguien que sabe quien eres y que si... esta obsesionado. - la miró. - ¿No será una broma de Kai? 
- No, Derek. No. Ni se me pasó por la mente. Kai y yo no somos nada. Si es cierto que nos hemos besado alguna que otra vez, pero sabe que no va a poder conquistarme. No es mi tipo. 
- Le usas de pasatiempo... - se le escapó a Derek.
- ¿Qué? - le miró ofensiva. - Como puedes pen...
- Lo siento, lo siento. Estaba fuera de lugar. Perdóname. Olvida lo que dije.
- Ya te vale... 
- En todo caso, él te estará usando de pasatiempo.
- Yo me dejo... - confesó. - Pero solo besos.
- Bueno, es cosa vuestra. Sigamos con esto de las cartas... tienes a alguien en el trabajo, el cual muestre o haga algo fuera de lo normal? - preguntó Derek, volviendo al tema.
- Que yo sepa y me de cuenta, no. No hay nadie en el trabajo capaz de hacer esto.
- ¿Alguna vez viste o tuviste la sensación que te perseguían hacia casa u otro lugar?
- No. Nunca he tenido esa sensación... 
- Mmm... y la letra... por la letra tampoco podemos saberlo. Son letras recortadas de revistas.
- Ya... Esto parece irreal...
- ¿Estas asustada, verdad? - preguntó Derek.
- ¿A ti que te parece? Hay alguien que sabe donde vivo, alguien que me conoce, supongo que por la tele... 
- Habrá que llamar a la policía.
- No. La policía no hará nada. Necesito saber quien es y dejarle las cosas claras.
- ¿Cómo lo averiguarás? 
- Pensaba que tú... - le miró. - Querrías ayudarme. - Derek la miró sorprendido.
- ¿Yo? ¿Después de lo que te hice?
- Te perdono, Derek. Me duele aún pero eres un buen chico... Y buen investigador. Entre los dos igual podríamos saber quién esta detrás de todo esto. - le miró con una dulce mirada. - Por favor.
- Esta bien. - suspiró. - Te ayudaré. Podríamos decirle a Kai y a Gina que...
- No. Ni hablar. - Le cortó en seco. - Esto tiene que ser un secreto. Entre tú y yo. No quiero involucrar a nadie. 
- Pero a mi si...
- Solo es una ayuda... aunque si no quieres ayudarme, me las apañaré sola... - se dirigió hacia la puerta.
- Shana... - la llamó. Ella se dio la vuelta para mirarle. - Te ayudaré. No te dejaré sola en esto. Daremos con esa persona y denunciarás que te ha acosado.
- Gracias Derek, gracias. - fue a él y lo abrazó. Derek le correspondió el abrazo.

Shana, esa mañana desayunó con él en el Starbucks. Intentaron planear algo, pero al principio no sabían ni por donde empezar.

Gina, se dio cuenta de que Shana y él se habían ido juntos. ¿A dónde? Ni idea. Solo se alegraba de que por fin las cosas entre ellos iban algo mejor. No le dijo nada a Kai. Él nunca supo que esa mañana estuvo Shana en el piso, ni que estuvo hablando con Derek. Sabía que hacía mal en ocultarle las cosas a uno de sus amigos, pero era el bien de todos y no quería involucrarse con ese tema que no la involucraba a ella. Todo rondaba en torno a Shana. Shana por aquí, Shana por allá.

Aunque no quisiera reconocerlo, estaba algo celosa de ella, pero la quería como a una hermana y si le pasaba algo, la ayudaría en lo que hiciera falta.
Sabía que Derek sentía por ella, aunque él siempre se lo negaba.

A veces, hubiese preferido haber anclado su amistad con Derek y haber pasado a algo más, pero otras veces, sentía como que le quería como a un hermano mayor y que él siempre estaría dispuesto a todo por ella. 
Quería que Derek fuese feliz. Da igual como ni con quién, mientras ella estuviese en su vida y no la abandonara.


Kai, por otra parte, quería pasar a mayores con Shana. Le gustaba, y mucho pero no tenía claro si la quería como a una pareja, como a un rollo o simplemente como a una amiga. a veces pensaba que ella le daría toda la felicidad que un día se llevó su querida madre al cielo, pero otras veces, pensaba que ella era demasiado perfeccionista, y él, no era la clase de tipo para ella.

A pesar de todo eso, se intentaba aferrar a ella de cualquier forma, aunque sabía que la estaba ahogando y ella necesitaba respirar.


Shana y Derek, pasaron ese domingo juntos.
Fueron a los sitios donde ella solía frecuentar y disimuladamente, observaron a todo el mundo y todo lo que les rodeaba. No vieron ni el más mínimo movimiento en ningún lugar. No vieron ni una pequeña pista ni sospecha, de que alguien los estaba siguiendo.

Todo andaba muy tranquilo. Familias dando un paseo por las calles, grupos de amigos y amigas que quedaban para tomar algo o para hacer un picnic en cualquier lugar, gente haciendo deporte... Lo típico de un domingo normal y corriente sin altercados.

Shana se estaba rayando. No sabía si eso era real o alguna broma de algún conocido o amigo.
Derek intentó calmarla y animarla, ella no estaba loca, si es que de verdad pensaba en eso. 

Las puertas del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora