23. Lyyad

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Ya sabéis el pasado de nuestro protagonista Derek, de la vida que ha llevado Kai y de aspectos de la vida de Gina y Shana.
Ahora, ha llegado el momento de que sepáis más sobre Lyyad y su historia pasada.

Lyyad, nació en el año 1989, un año antes que Derek; en un pueblo muy pequeño, que actualmente ya no existe a causa de la despoblación de varios pueblos, a las afueras de Nueva York.
Vivía allí con su familia: su padre, su madre, su hermano y su hermana; mayores que él.

Él, había nacido con problemas respiratorios nada más salir del vientre de su madre; así que fue inmediatamente operado antes de llevárselo la madre.
La operación fue un éxito y ahí empezó su vida en el mundo real.

No fue a la guardería, ya que en ese pueblo, en aquel entonces, no había; solo había un pequeño colegio donde se impartía parvulario y primaria.
Su madre era ama de casa y se encargaba de él mientras sus hermanos iban al colegio.

Cuando Lyyad tenía dos años, se volvió un niño de mamá, que todo lo quería y su madre se lo consentía todo.
Sus hermanos, sobre todo su hermano mayor, se metían con él por la forma de caminar; ya que con un año, ya empezó a caminar solo pero se tropezaba y se caía cada dos por tres. A los pocos meses, le pusieron unos zapatos, con un hierro en medio, para rectificar su peculiar forma de andar; y como con esos zapatitos no podía a penas moverse, sus hermanos se reían.

Una vez pasada esa etapa, el pequeño Lyyad ya corría sin caerse, fue entonces cuando una mañana, cuando estaba en casa con su familia, cuando escuchó a sus padres discutir en su habitación con la puerta cerrada para que ninguno de los hijos los escuchaban, pero al pasar él por el pasillo, se percató de que discutían fuerte.
- Lo único que te pido es que vayas al banco, mujer. - escuchó decir al padre.
- Pero Alex, no puedo hacer lo que me estás pidiendo... Es peligroso. - contestó la madre.
- Ya que no trabajas...
- No trabajo porqué tú no me dejas. - le dijo Alice.
- No trabajas por qué nadie te quiere. Eres una inútil.
- Si tan inútil crees que soy, no sé por qué estás aquí conmigo. Déjame marchar con mis hijos.
- Tú de aquí no te mueves, me oyes? - gritó Alex.
- Me iré. Y no hay nada más que hablar. - cuando iba a salir del cuarto, Alex le cogió del brazo y le pegó una bofetada. Ella se quedó mirándolo, a cuadros.
- No vas a irte. Vas a ir a ese banco, vas a sacar todo el dinero que puedas.
- No... - dijo horrorizada. - No voy a atracar un banco, ni una joyería, ni nada...
- Lo harás, mujer. - la miró furioso. - o quieres que nuestros hijos pasen hambre?
- No... Pero puedo conseguir un trabajo. Entre los dos podríamos...
- A tu edad, con tres hijos y en los tiempos que estamos, no conseguirás nada.
- Si no me dejas intentarlo...
Lyyad, en aquel momento, escuchó varios golpes que provenían de dentro.
Sus hermanos se percataron de que a su pequeño hermano le pasaba algo, por la cara que ponía, así que se acercaron.
- ¿Y esa cara, hermanito? - dijo Lauren, su hermana.
- Papá y mamá... - señaló la puerta.
- Déjalos, se les pasará. Vamos a jugar a la pelota. - dijo su hermano Paul.
Se lo llevaron, pero desde aquel momento, Lyyad no dejaba de pensar en lo ocurrido.

No fue la última vez que escuchó golpes detrás de esa puerta, ni discutir a sus padres; solo había sido la primera vez, de muchas.

Fue creciendo, en el colegio hizo amigos, pero amigos que se metían con los más débiles, bueno, débiles no es la mejor palabra para describir a los niños que son tímidos y son responsables con sus tareas, así que dejémoslo en que se metían con los más inocentes.
Lyyad, como en casa ya veía como su padre maltrataba a su madre, al ver a sus amigos de aquella manera, no le sorprendía para nada.
Sus hermanos intentaron educarle, aunque no era responsabilidad de ellos al ser también pequeños, de la mejor manera posible, sin violencia.

Veía como su madre intentaba defenderse de su padre, pero él era, o se consideraba más fuerte en aquel entonces.

Un día, en el colegio, cuando iba a sexto de primaria...
- Vamos Lyyad, a que no tienes valor para quitarle ese libro a esa niña de allí? - le dijo uno de sus amigos señalando a la niña que leía un libro en un rincón, en el recreo.
- ¿Qué ha hecho mal? - preguntó Lyyad.
- Nada, es solo diversión. - le miró. - tienes miedo de que te pegue una niña? - se echó a reír.
- No, para nada. Pero no nos ha hecho nada.
- Que agua fiestas eres. - fue su amigo hacia la niña, le quitó el libro y se lo tiró a la basura. Ella, a pesar de que le decía que se lo devolviese, se tuvo que levantar y cogerlo de la basura, previamente, se marchó de allí hacia otro lugar.
Lyyad lo vio todo, pero como era de esperar, no hizo nada, solo observó la escena, como siempre hacia en su casa.

Las puertas del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora