16. El secuestro

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Después de la fuerte discusión entre Kai y Derek, ambos estuvieron cinco días sin dirigirse la palabra.
Kai estaba muy dolido por lo que le hizo su amigo así que se tomó unos días para pensar en solitario y centrarse en su vida.

Derek, por otra parte, siguió sin decirle nada a nadie, de lo que estaba haciendo con Shana.
Gina sospechaba que tenían algún tipo de aventura pero nunca preguntó.

Shana, seguía asustada. No dejaba de recibir cartas de amor de la persona anónima.

Después de contactar con aquella revista, recibieron una respuesta: la revista solo se vendía online en todo Nueva York. Llegaron a la conclusión, que podría ser cualquier persona la que la comprase y la usase para hacer cartas de ese tipo.

Shana, desesperada, salió un día a correr por Central Park ella sola. No le gustaba mucho la idea de salir a la calle sin compañía pero Derek no pudo acompañarla esa mañana, ya que tenía que trabajar en la pastelería y matricularse para su último curso de periodismo.
¿Podría haber llamado a Kai para que la acompañara? Pues sí. Pero no lo hizo, ya que no quería que pensara lo que no podía ser y después de lo que vio entre él y Derek, tampoco le apetecía hablar de ese tema ni discutir con nadie.

Siguió haciendo ejercicio hasta que de pronto, se paró a hidratarse y a descansar un poco. Mientras caminaba, ya que no podía sentarse a recuperarse porque no era bueno pararse en seco después de correr, sintió como alguien le seguía.
Se giró para comprobarlo pero no vio nada ni a nadie.
Siguió su curso y sintió unos pasos detrás de ella. Se empezó a poner muy nerviosa. No sabía si salir corriendo o hacer ver que no pasaba nada.

Cada vez los pasos sonaban más y más cerca. Shana se introdujo entre una multitud que estaban haciendo yoga en plena naturaleza.
Todos se la quedaron mirando, ya que se puso en medio de todo el círculo, ella no se había dado cuenta.
Al sentirse observada por muchas miradas, se percató de lo que estaba pasando. Se disculpó y salió de allí.
Se refugió de inmediato, detrás de un gran árbol; se apoyó en él e intentó mantener la calma.

De repente, sintió como alguien, muy rápidamente, la cogía del cuello y le tapaba la boca.
Intentó gritar pero con aquella mano en su boca, no le salió ni un sonido.
La persona anónima, la giró enseguida y le quitó la mano de allí.
- Buuu. - dijo.
- ¿Kai? - le miró aterrada. - ¡Eres un idiota! - le gritó. Le dio un manotazo en el brazo.
- Perdona, no quería asustarte. - se disculpó.
- Nunca vuelvas a hacerme eso! ¡Nunca más! - le gritó.
- Vale, vale. Solo era una broma. Lo siento mucho. Es que te vi corriendo y cuando quise saludarte, te metiste entre esa gente.
- Normal. Sentí como alguien me seguía. Ya podrías haberme dicho algo sin tocarme.
- No creía que te lo tomarías así.
- Es igual... ¿Qué haces aquí?
- Pues dar una vuelta. Gina se fue a hacer asuntos, me quedé solo en casa así que decidí dar una vuelta.
- Aha...
- Te invito a comer. Como amigos. - la miró. Shana se lo quedó mirando. - Por favor.
- Está bien. Me voy a duchar y comemos.
- Te espero en el buffet libre de la esquina.
- Vale. Enseguida voy.
Se despidieron y se fue a asearse.

Cuando terminó, se dirigió al buffet, donde Kai la esperaba en la puerta.

Shana, volvió a sentir como si alguien la siguiera desde su casa hasta el buffet.
Entonces, antes de girarse...
- Kai, si eres tú otra vez, para. Ya te dije que no me hace ninguna gracia.
No obtuvo ninguna respuesta.
- ¿Me estás escuchando? - se giró y notó como su cuerpo se desvanecía. Solo vio a una persona encapuchada, poniéndole un trapo en la cara con cloroformo, aunque fue tan rápido que solo pudo oler el cloroformo y desvanecerse.

Kai esperó quince minutos. Shana no aparecía; se empezó a impacientar.
- ¿Se habrá arrepentido de aceptar comer conmigo? - se dijo. - Ya podría haberme avisado. - siguió esperando...veinte minutos, treinta, cuarenta... Una hora. Ni rastro de Shana.
Le envío un WhatsApp y le puso: " Hola Shana, llevo 1h esperándote en la puerta del buffet. Te has olvidado que ibas a comer conmigo? Te has ido por el agujero de la ducha? Te arrepentiste de aceptar? Dime algo."
Esperó pero no obtuvo respuesta, así que se marchó a casa.

Las puertas del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora