Capítulo 49||

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Leah Jhonson



La tristeza, la desesperación, la preocupación y la melancolía me toman con fuerza, y en menos de nada mi rostro se baña de lágrimas.

—¿¡Dónde está!? —Exclamo desesperada colocándome de pie, y la muy estúpida no me responde.

Hunter se pone de pie rodando sus ojos como si nada, toma su móvil de su bolsillo, observa la pantalla y devuelve sus ojos al rostro de la pelirroja.

—Si es así, ¿Por qué no me han llamado a mi móvil? —Inquiere él posándose en su frente y la muy perra suelta a reír.

—Nunca caes en mis bromas. —Refuta y todo el mar de emociones se convierte en rabia pura en cuanto la escucho. ¿Qué clase de niñata es? Estos no son juegos, y mucho menos bromas normales. —Al menos tu amiga ha caído. —Vuelve a decir con burla y él vuelve a rodar sus ojos.

—No se que tan mal estés de la cabeza estúpida pero desde ya te advierto, que midas tus bromas de porquería mientras yo este aquí. —Espeto rabiosa, limpiando las lágrimas de mi rostro, ella levanta sus manos a la defensiva.

—Tranquila canina, no son más que bromas que siempre hacemos entre nosotros. —Suelta sin quitar su sonrisa burlesca, la cual solo me toma una cachetada para desaparecerla. —¡Maldita ramera! —Grita tomándome del cabello, mientras yo muevo mis manos de manera hábil impactándola contra su rostro una y otra vez, hasta que Hunter la toma de las caderas alejándola de mi cuerpo.

Su rostro queda completamente rojo, y con unos que otros rasguños, el cuero capilar me duele levemente por los halones que le dio a mi cabello, y imparto masajes suaves para luego rehacer el chongo, la pelirroja deja de forcejear contra los brazos de Hunter, él la acerca contra su cuerpo susurrándole palabras que la calman de inmediato.

—Seguimos con el entrenamiento luego. —Le aviso logrando quitarme las muñequeras con dificultad, para luego alejarme a la salida.

—Soy yo quien dice cuando terminamos. —Aclara deteniendo mi andar y tomo mi celular del bolsillo mostrándole la pantalla.

—Ya pasó más de una hora. —Contesto volviendo a dejar el móvil en mi bolsillo. —Tengo cosas que hacer, así como tengo vida social. —Establezco y me marcho sin esperar un refute más de su boca.

El ascensor se detiene en el cuarto piso y, en cuanto Maya abre las puertas lo cálido y acogedor de su sonrisa, hace que me sienta feliz de tenerla como madre de mi sobrino, es una chica hermosa, amable y soñadora, y el que Nial se lamente y agobie todo los días es su castigo por no valorar a un ángel como ella.

—Ya pedí pizza, ven vamos a escoger una película. —Me dice con entusiasmo, llevándome hacia el interior. La barriga cada vez se le nota más, y el verla tan emocionada con esto a pesar de todo, crea cierto sentimiento de admiración. —Se que Ava y tú no se llevan bien últimamente, y bueno con Mia no hay punto medio, pero... —Se rasga la frente con cierto nerviosismo. —Las he invitado también. —Suelta con el aire contenido. —Últimamente me siento muy sola y mis días de embarazo los quiero pasar con todas, las amo y no quiero que estemos así de separadas. —Dice y asiento aún con toda la incomodidad que me toma, entiendo como se siente y no esta demás el complacerla aunque sea solo por unas pocas horas.

—Esta bien. —Respondo tomando el control de la tele. —¿Qué te parece el conjuro 2? —Inquiero viendo el renglón de películas.

—¿El conjuro? —Repite con burla. —No creo que le haga bien al bebe, Leah. Después nace con instintos demoníacos, ¡ay no que horror! —Dice y suelto a reír.

—Solo bromeo. —Contesto pasando a las películas de comedía romántica.

—¿Qué tal esa? —Inquiere señalando "El stand de los besos" y ruedo mis ojos automáticamente. —¿Qué? Es muy buena. —Parlotea y los puntos de tarde relajante van disminuyendo, no es que sea una mala película, solo que no se me dan las películas románticas.

Obsesión Irresistible || Terminada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora