Capítulo 29||

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Leah Jhonson


Proceso cada palabra que sale de sus labios, mientras observo su rostro totalmente calmado, relajado y seguro de si mismo, a pesar de que sé y estoy 100% segura de que no tiene idea de lo que esta diciendo ahora. Tiene un serio problema de actitud y de grandeza, y para su mala suerte mi poca inteligencia da para conocer los pequeños detalles, como por ejemplo su intento de marear mis pensamientos tanto como a mí.

—No quieras pasarte de listo conmigo, Hunter. —Le advierto y rueda sus ojos. —Es poco lo que siento por ti, así que no te creas con poder para manipularme, por que no lo tienes, ¿Ok? —Vuelvo empujarlo, consiguiendo el mismo resultado. —Suéltame. —Exijo molesta.

Pudo haber jugado con Ava, bueno aunque eso fue mutuo, puede jugar con Melanny si quiere, y con cuantas le de la gana, pero conmigo, no.

—Estoy hablando en serio, Leah. —Vuelve a decir con su voz ronca. Su aliento mentolado llega hasta mi rostro y juro que mi débil fuerza de voluntad y dignidad están a punto de irse a la mierda.

Maldita sea, ¿Por qué es tan malditamente atractivo?

No respondo, mantengo mis ojos en su rostro serio y tosco, en sus ojos azulados brillantes, conteniendo mis ganas impulsivas de querer besarlo, tocarlo, follarlo.... No, no voy a caer en su juego, no, no voy a caer, me lo repito mentalmente una y otra vez, tengo que irme, tengo que salir de aquí, en primer lugar no se ni para que mierdas vine, o quizás sí...

—Admito que no eres el tipo de chicas con el que intentaría algo serio, pero... —Abro mi boca para insultarlo, pero sus dedos tocan mi labio inferior con suavidad y lo acaricia con sus ojos puestos ahí, deteniendo mi intención. —Quiero hacer una excepción. —Vuelve sus ojos a mi rostro y lo dice, admite aquellas dos palabras, palabras las cuales jamás pensé escuchar de sus labios. —Me gustas, Leah.

—No voy a...

—Shhh. —Corta mis palabras. —Déjame terminar. Si, te traje aquí con la intención de follarte, soy transparente en cuanto a eso y era algo que teníamos claro los dos. Créeme cuando te digo que, no tengo idea de por que estoy diciendo esto, pero, también créeme cuando te digo que estoy hablando en serio. —Su agarre en mi cintura se afloja, y siento que voy a desmayar en cualquier momento.

No voy a creerle, no puedo creerle, esta jugando conmigo, simplemente quiere jugar conmigo.

—Hunter, no soy tan estúpida como para creer en ti, no eres diferente a Logan, no eres diferente a los demás chicos. —Le suelto tensando su semblante. —Solo he tenido una relación seria en mi vida, no me jugo mal, pero debo de admitir que de querer volver a algo serio, seria con Benson, es el único hombre en el que confío.

Vuelve a rodar sus ojos molesto, tomando una actitud aniñada para nada característica de él.

—No es él quien te gusta y lo sabes.

—Pero... —Sus labios se apresuran a tomar los míos sin darme tiempo de replicar, aclarar mis pensamientos, rechazarlo, y cuando empiezo a mover mis labios, a tomar su ritmo, se que todo en este momento acaba de irse a la mierda.

Su cuerpo empuja el mio, haciéndome caer sobre la cama, su cuerpo cae sobre mí, sus labios no le dan paso al aire para mis pulmones, adentra su lengua en mi boca saboreando cada espacio de ella, el sabor escurridizo a whisky no pasa desapercibido, lo cual me obliga a lamer su labio inferior y chupar su lengua, como ninfómana desesperada.

—Quiero que seas mía, tú, tu cuerpo, tu boca, todo. —Susurra sacándome la chaqueta seguido de la blusa.

Lleva sus manos al cierre de mi falda deshaciéndose de ella en segundos, dejándome solo en ropa interior. Su mano baja a acariciar mi intimidad dedicándole la atención que necesita, de él, solo de él.

Abro los botones de su camisa desesperada con tanta brusquedad que algunos botones saltan a volar.
Dios... Su abdomen es tan grande, duro, marcado, delicioso. Lo toco y acaricio con devoción con lentitud, tomándome el tiempo de disfrutarlo, verlo, tocarlo, venerarlo. Termina de sacar su camisa y pantalón el mismo, quedando ambos en ropas menores.

La erección que se remarca sobre la tela de su bóxer es tan potente, dura, tan... dura que me hace jadear con el simple toque en mi muslo. Desabrocha el broche del sostén con tanta agilidad que en vez de sorprenderme, me molesta. Vuelve a besar mis labios a diferencia de las demás pocas veces, lo hace lento, me besa con tanta suavidad y delicadeza, que me lubrica tanto, más de lo que ya estoy, sus besos bajan con las misma suavidad a mi cuello, se detiene por un segundo al ver las pocas marcas que tengo allí, las cuales dejo Logan, noto como su semblante se endurece, la molestia se vuelve palpable en su entrecejo y cuando creo que se va a alejar, vuelve a besarme allí, succiona, chupa y  muerde con tanta brusquedad que me hacer chillar, y lo frustrante de todo es que no me molesta su agresividad, no me molesta en lo absoluto, en cambio me excita y calienta más. Lleva una de sus manos a mi seno y lo masajea, mientras baja su boca para chupar y lamer el otro, su otra mano baja a mi intimidad, sacándome un fuerte gemido cuando adentra dos de sus dedos en mi interior.

—Dios... —Chillo mientras sus dedos me siguen estimulando, moviéndose una y otra vez de adentro a afuera, una y otra vez, provocando que explote en fracciones de minutos en sus dedos, sonríe satisfecho, observando mi rostro lleno de placer absoluto, el cual me ha brindado con tan solo sus manos y boca. Mierda por cosas como estas es que sigo tan colada...

Mi cordura pasa de poca a nada, cuando saca sus dedos y lo lleva a su boca, saboreandolos sin ningún tipo de tabú.

—Quiero más. —Jadeo llevando su boca contra la mía, probando mi propio sabor.

Vuelve a sonreír, con tanta autenticidad, que me hace sonreír a mi también, desconociendolo y desconociéndome a la vez a mi también.

—Insaciable. —Se saborea los labios. —Me gusta. —Vuelve a decir levantándose de mi cuerpo para sacar de su bóxer su potente y rica erección, la acomoda entre mis piernas y cuando creo que vamos hacerlo así piel a piel, toma su pantalón de tela y saca la envoltura plateada, desliza el preservativo por su extensa erección, para luego volver acomodarse entre mis piernas.

Sin perder un segundo más, me llena de una sola estocada, que me hace ver el cielo, las estrellas y todo el puto sistema solar en milisegundos, sale y vuelve arremeter con la misma fuerza, con la misma presión, volviéndome loca, sale, entra, sale, entra, mis jadeos y gemidos se unen con los sexys y varoniles gruñidos que salen de sus labios. Vuelve a apoderarse de mi boca sin dejar de tocarme, sin dejar de empotrarme su erección de largos y exquisitos centímetros.

—Mía. —Susurra separándose de mis labios. —¿Vas a ser mía, Leah? —Pregunta en un gruñido, besando la piel de mi cuello.

Con él siempre pierdo los putos sentidos, no pienso, no reacciono y menos cuando lo tengo dentro de mis piernas y eso me queda más que claro cuando suelto tremenda estupidez.

—Yo siempre he sido tuya, Hunter.

Obsesión Irresistible || Terminada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora