Capítulo 54||

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Leah Jhonson




Perder una parte de mí, nunca pensé, imaginé, ni siquiera llegué a sospesar que sucedería algo así, y que dolería tanto...

Lo he perdido, he perdido a la única persona que siempre ha estado conmigo, la persona con quien crecí, con quien compartí, con quien jugué, con quien he estado toda mi vida, a quien amé más que a nadie, y quien ha sido el único en comportarse como un verdadero familiar conmigo, me duele, me duele tanto, me duele, y dudo que algún día, deje de doler este maldito sentimiento de dolor, de vacío.

Nial a penas estaba empezando a vivir, no era una mala persona, no merecía ser asesinado de esa manera tan atroz. Me siento tan sola, vacía, pérdida, y sin ganas de vivir. El ardor y dolor en mis ojos es algo leve, pero el dolor que siento en mi alma, me hace sentir como si estuviera agonizando lentamente.

Cuatro meses, me he mantenido por cuatro meses, bajo techo, encerrada, y sin hablar con nadie. Max volvió a su trabajo tan pronto acabó la misión, han enviado a otro chico el cual se hace llamar Jeff, Max me lo ha presentado, es muy amable, y se mantiene fuera la mayor parte del tiempo, lo cual agradezco.

Le he pedido estrictamente que no deje entrar a nadie, mis padres tan solo han venido una vez, no los acepté, y lo tomaron con calma, ya que no regresaron más, por el contrario con Logan ha sido diferente, sus insistencias han sido constantes, entra por encima de mis órdenes, y me he mantenido evitándolo a toda costa, no he salido de la alcoba mientras está, y bueno, hace una semana que no regresa, lo cual me deja claro que finalmente se ha cansado.

El que me haya respondido una chica la noche de su misión, no me sentó bien de alguna manera, he pasado suficiente, y con el pasar del tiempo, he aprendido a tomar distancia, a mantenerme alejada de lo que puede hacerme daño.

Cada segundo pasa con exagerada lentitud, las sábanas, y el espacio empiezan a asfixiarme, lo único que me impulsa a salir de la cama, son las ganas de saber de Maya, y el bebé a bordo de Nial.

La ducha fría despeja mis pensamientos, en cuanto salgo me coloco algo cómodo y sencillo, dejo mi cabello en una baja coleta, llevo unas gafas oscuras a mis ojos, y abro las puertas, encontrándome con el rostro paciente de Jeff.

—¿Saldrá? —Pregunta sorprendido, y asiento, cerrando con llave. —Le avisaré a Hunter. —Dice, y niego de inmediato.

Escuchar su nombre me causa cierto mal sabor, no he sabido de él, no lo he visto en mucho tiempo, y no me interesa saber, así como no me interesa el verlo.

Jeff se encarga de dejarme en el mediano apartamento de Maya, por más que le insisto, se queda a esperarme a unos pocos centímetros, y me alejo tocando el timbre, Maya no tarda en abrir, los alrededores de sus ojos están tan hinchados como los míos, trae el cabello suelto y enmarañado, y lo enorme de su panza me saca una sonrisa.

—Hola... —Murmura con la mirada perdida, y por instinto, me coloco de rodillas, tocando su panza.

—Esta enorme. —Le digo, y esta vez es ella quien sonríe. —Hermoso bebé serás el consentido de tía. —Susurro bajo, repartiendo suaves caricias.

—Nos tienes olvidadas. —Se queja con un sollozo, y me coloco de pie, sorprendida.

—¿Olvidadas? —Repito, y asiente, limpiando las lágrimas que le recorren el rostro, llenando los míos de lágrimas en cuestión de segundos.

—Si, será una preciosa niña. —Contesta con leve entusiasmo, y vuelvo a sonreír, sintiendo cierta sensación de alegría. —Ven, pasa, tengo muchas cosas que mostrarte. —Me dice, tomándome de la muñeca, y la sigo, dejando que me lleve a la sala.

Obsesión Irresistible || Terminada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora