Capítulo 23||

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Leah Jhonson


Respiro con lentitud sin dejar de observar sus ojos, tratando de procesar cada sílaba de la palabra que me acaba de decir recién. ¿Qué quiere follarme dice?

Se queda observando mi estado de post pensante, rueda sus ojos fastidiado y acerca sus manos, llevándolas bajo la corta falda de tela negra, la mueve con suavidad sobre las bragas y se acerca dejando un beso corto en mi cuello.

—¿Qué dices? —Susurra sin dejar de acariciarme sobre la fina tela, sacándome un leve jadeo con ello.

Reúno todo el valor que me es posible, me convenzo mentalmente de que no, no debo aceptar lo que me dice, los juegos los hago yo aquí, tal vez estoy actuando bipolar, hace poco moría por que me dijera algo así, pero no, no va a pasar, la de las cartas aquí soy yo, y no me va a tomar como su puta amante. Detengo los movimientos de su mano y la saco con suavidad.

—Es una pena. —Susurro igual acercando mis labios a su cuello, haciendo uso de mi dignidad, haciendo uso de mi poco estado mental. —Es realmente una pena que justo ahora no me apetezca que me folles. —Termino de decir alejándome.

Se ríe, saca su celular del bolsillo delantero y textea algo.

—Bien, ya que Ava no esta cerca, supongo que Melanny si ha de estar disponible. —Responde encogiendo sus hombros, con una sonrisa de medio lado.

¿Melanny? ¡Es un maldito idiota infiel! Se supone que era el serio del grupo, el hecho de que no me aceptara y me rechazara de aquella manera las primeras veces, me hizo pensar que sí, pero ¡Ja! que equivocada estaba, al parecer aquí ninguno somos de fiar.

—Me parece bien, ahora si me retiro. —Respondo con una sonrisa igual. —Roy me espera. —Digo y salgo de inmediato antes de que pueda decirme algo.

Lo pienso y lo repienso, y la verdad es que no me apetece en lo absoluto almorzar con Roy, no quiero que empiece a cuestionar, hacer estúpidas preguntas o sacar conclusiones que no son para nada de su incumbencia.

Desvío mi camino y voy hasta la oficina de mi padre, lo más probable es que este ahí aún en hora de almuerzo. Compro algo de comida en la cafetera de afuera, donde se que no está Roy.

Segundos después me detengo frente a la enorme oficina, toco las puertas una dos veces solo para cumplir con el protocolo.

—Estoy ocupado. —Responde soberbio y cortante, sabiendo bien que se trata de mí. Abro las puertas y entro aún así. —¿Qué parte de qué estoy ocupado no entiendes? —Inquiere molesto con varias carpetas de papeles en mano.

—Es la hora del almuerzo. —Le respondo rodando mis ojos.

—Ya lo sé, y no te lo he preguntado. —Vuelve a decir cortante.

—Joder, ¿Por una vez en tu puta vida, puedes tratarme como tu hija y no como una cualquiera? —Inquiero molesta.

—Leah, no olvides con quien estas hablando, no te permito esa vulgaridad en mi oficina y si ya eso es todo lo que tenías que decir, retírate. —Expresa igual de molesto.

—No, voy a comer aquí. —Respondo. Tomo asiento en la silla frente a él, le extiendo la comida que le compré y me dedico a comer bajo su atenta mirada molesta.

—Te estas viendo cómo una cría, ¿lo sabes? —Inquiere arqueando una de sus cejas.

—Lo sé. —Respondo encogiendo mis hombros.

No vuelve a contestarme, deja las carpetas y papeles sobre el escritorio, toma la comida y se dedica a comer en silencio igual.

Me pongo de pie cuando termino y lo veo terminar a él.

Obsesión Irresistible || Terminada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora