Capítulo 58||

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Hunter Brown


El sudor me corre a lo largo del abdomen, cierro mis ojos y echo mi cabeza hacia atrás soltando una exhalación, estoy cargado de tensión, rabia, y estrés, la cabeza me retumba con fuerza, y por más que trato de distraerme con lo que me relaja, no sirve de nada, no cuando estoy abordado de tanta jodida presión.

Nux mantiene los movimientos de sus caderas a la par de mis embates, exhausta, su respiración esta descontrolada, se ha corrido dos veces, y no permito que se aleje, por más que ruegue un descanso. Llevamos más de cuarenta minutos en ello, ya que la frustración intensa, o no sé qué diablos, no me permite soltar el derrame que necesito.

—Por favor... —Jadea, entrecortado, y salgo cabreado, resignado de su coño tal como entré, « ¡Maldición!».

—Tienes diez minutos para volver a tus labores. —Dejo claro en un tono molesto, y se apoya contra la cama en cuanto me coloco de pie, respirando agitada.

—No has terminado, déjame reponerme, y volvemos... —La corto.

—Olvídalo, recoge tus cosas, y márchate a la sala de investigaciones. —Demando, y se apresura en colocarse de pie.

—Solo dame unos minutos, prometo que me esforzaré esta vez. —Insiste.

—¡No servirá de nada! —Termino gritándole, y retrocede molesta. —Solo recoge tus cosas y lárgate. —Reitero, adentrándome en la ducha.

La furia en mis venas es un detonante en conteo regresivo, que está a nada de explotar. Me deshago del preservativo y coloco el agua helada, espero a que está avive mis sentidos, con tanta ira en las venas, es imposible que me pueda concentrar. La cabeza me duele, la erección permanece, y opto por deslizar mi mano en esta, con esa maldita en mis pensamientos, logrando que el leve derrame, disminuya la molestia.

Salgo, de Nux no quedan rastros, y me apresuro en cambiarme, planteándome lo que quiero, necesito, y voy a conseguir sin importar lo que deba hacer.

Las investigaciones es tan cada vez más avanzadas, debemos apresurarnos, jugar nuestras fichas, ser precavidos, y confirmar los resultados, no podemos darnos el lujo de desacelerar ahora, no cuando hemos llegado a pocos pasos del desglose. Ajusto el reloj de oro en mi muñeca, sujeto mis llaves, placas, y tarjetas, y bajo.

El comandante Jhon aterrizo ayer en la madrugada, está centrado en otras cosas, por lo que el caso quedó en mis manos. La presencia de Mia en la sala me empeora el humor, y la ignoro, saliendo con un fuerte azote. Lleva más de dos meses de relación con mi padre, lo cual no podría importarme menos, pero el encontrarla cada que despierto, salgo y regreso, me empieza a fastidiar. Es claro que está con mi padre por interés, cosa que él sabe, y no le importa, ya que con sus métodos de hijo de puta, no hace más que aprovecharse, utilizarla, para luego mandarla al carajo sin nada, en cuanto se canse.

Conduzco a alta velocidad, me toma menos de la mitad de la hora en llegar, bajo colocando las alarmas, y tomo el ascensor que me conduce al segundo piso de su apartamento.

Me niego aceptar tal estupidez de que me superó, lo que siente no es más que rabia, y rencor, la conozco lo suficiente para saberlo. Me mantuve lejos durante unos cuatro meses luego de la muerte de Nial, el trabajo me tenía supremamente ocupado, y el consolar no es algo que se me dé, lo cual el hijo de puta de Logan, de seguro no paro de hacer.

La seguridad que mantenía, me empieza a provocar dudas, y en cuanto abre la puerta, la llevo a mi hombro a las malas, cerrando la puerta con el pie, empezando a caminar adentro, sin darle paso a nada.

— ¿¡Qué diablos haces!? —Exclama, moviéndose, golpeándome la espalda, cabreada. Entro a la primera alcoba, y la tiro sobre las sábanas, colocándome en su encima de inmediato. Me suelta una cachetada con braveza, y, sujeto ambas manos sobre su cabeza, deteniendo sus movimientos. —¿Qué putas es lo qué quieres? Ya dejé las cosas claras contigo, suéltame, lárgate, y me haré la idea de que nada de esto ocurrió.

Obsesión Irresistible || Terminada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora