Capítulo 30: Instintos

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Llegar con Lucas hasta la maldita cabaña en medio del bosque había sido un jodido trabajo que le tenía con la espalda mandando cientos y cientos de descargas eléctricas de dolor, JongIn no recordaba que su amigo pesara tanto pero, si lo pensaba mejor, habían pasado años desde que sus jugarretas de tomarse entre ellos y pelear como pequeños cachorros, ya no estaban presentes.

¿Cuánto se había perdido de Lucas?

¿Cuándo su amistad había "madurado" de aquel modo?

JongIn no podía evitar sentir algo de culpa removiendo su corazón, y es que tal vez, si no se hubiese comportado bajo el hambre de sus celos por aquel amorío no correspondido, las cosas ni estarían tan jodidas como lo estaban en ese momento, y realmente se planteaba si es que importaba si su mejor amigo y mano derecha tenía un amorío con un vampiro.

Los clanes se iban a escandalizar, algunos se iban a enojar pero si él lo aceptaba, siendo el macho alfa de la manada, las cosas no deberían significar un gran problema.

Si es que las cosas salían bien y BaekHyun sobrevivía, claro.

Mierda. ¿Qué hacia teniendo esos pensamientos fatalistas? ChanYeol protegería, obviamente, al de su especie, no debía preocuparse por ello.

Sacudiendo la cabeza para apartar aquello de su mente y centrarse en proteger a Lucas y en todo lo que debía hacer para solucionar las cosas, JongIn continuó enjuagando aquella taza que había utilizado para darle medicamentos fuertes a Lucas.

La idea era que se mejorara pronto así que, dando una dosis fuerte de algo que era netamente natural, deberían bastar unos minutos para que, al menos, el menor comenzara a despertar.

Calculaba unos diez minutos.

No segundos.

Porque fueron segundos los que bastaron para que, haciendo uso de sus sentidos más sensibles que los de un humano, pudiese escuchar a Lucas quejarse y removerse en la cama.

De forma inmediata JongIn dejó todo lo que estaba haciendo y prácticamente se abalanzó hacia su amigo, quedando arrodillado junto a él en la cama mientras éste soltaba pequeños quejidos acompañados de guturales gruñidos.

—¿Lucas? —preguntó JongIn con voz trémula—. Hey. Lucas. Luc-

Pero JongIn quedó con las palabras atoradas en su garganta cuando Lucas abrió los ojos y, en un instinto asesino, animal, lució sus intensos iris amarillos.
Respiración agitada.

Hombros temblorosos.

Instinto poderoso.

Maldición...

...

El dolor en cada maldita terminación nerviosa de su cuerpo era como una profunda e incesante marejada que lo hundía profundamente de una forma desesperada antes de volver a llevarlo a la superficie con una velocidad vertiginosa que acalambraba sus entrañas y le robaba el aliento con algo tan jodidamente doloroso que podía compararlo perfectamente con el hecho de que alguien estuviese escarbando en su corazón con ayuda de sus garras.

Lucas se reconocía a sí mismo como un licántropo que no acostumbraba a quejarse demasiado por las dolencias físicas, mucho menos emocionales, pero esta mierda superaba cualquier otra que hubiese podido tener sobre él.

Era algo que mezclaba lo físico y lo emocional.

Rasgando su carne, rompiendo su corazón, desmembrando su cuerpo.

Casi podía escuchar el crujido de sus huesos rompiéndose, de sus articulaciones separándose. Todo bajo aquella profunda marea de oscuridad y de un agradable aroma que lo salvaba de perderse en el abismo.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2021 ⏰

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TRATADO DE PAZ  | [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora