Capítulo 24: Fuga

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Aún no podía creerlo. JongIn le había encerrado y apenas se había dignado en escuchar alguna de las palabras que quiso decirle; y si bien lo entendía porque después de todo estaba en juego su raza completa, no podía evitar sentirse dolido porque su amistad se había ido al carajo. Y, el encierro, era un castigo sutil, cualquier otro ya le habría cortado la cabeza para mandarla como regalo a los vampiros.

La había cagado, pero incluso sabiendo eso, no se arrepentía. Y esperaba que en algún momento JongIn lo entendiera, de verdad que sí.

Sentado en un rincón de aquella celda, jugueteó con un par de piedras que tenía cerca, tirándolas contra los barrotes frente a él. Ansioso. No podía dejar de preguntarse cómo estaría BaekHyun, deseando que nadie, además de JongIn y ese maldito informante, se enterara de lo que habían hecho.

De tan sólo recordarlo un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza.

Joder. Aún podía sentir la suavidad de la piel de BaekHyun bajo sus manos.

Con cierto aire melancólico miró sus manos, por una fracción de segundos, y es que un ruido suave le hizo alzar la cabeza, atento a aquellas silenciosas pisadas que se acercaron a él.
Johnny y Mark. Lo supo antes de que los chicos dejaran ver sus sonrientes rostros.

-¡Capitán Lucas! -exclamó Mark, agachándose y afirmándose de los barrotes mientras ponía su rostro entre un par de estos, viéndose igual que un cachorro. Lucas parpadeó rápido.

-Jamás pensé que te vería aquí. -continuó Johnny, apoyando su frente en los barrotes y mirándolo con algo que parecía ser una disculpa enorme.

Vaya. Eso no se lo esperaba.

Rápidamente se movió hasta quedar sentado a lo indio frente a sus amigos.

-¿Qué están haciendo acá? Si JongIn se entera los hará ponerse vestidos. -se apresuró en decir, ganándose unas risas por parte de ambos chicos.

-Vinimos a ver un imbécil que fue encerrado. ¿Lo conoces? Es licántropo pero tiene las orejas como un elefante. -bromeó Johnny poniéndose las manos sobre las orejas para simular unas orejas grandes. Lucas refunfuñó y le dio un amistoso pellizco en el muslo.

-Serás maldito. -esta vez los tres rieron. Una sensación extraña en el ambiente.

-La verdad, si hablamos en serio... -Johnny fue el que volvió a hablar, volviendo a regalar aquella mirada casi de compasión a Lucas. -queríamos saber por qué mierda estás acá, Lucas. -el pelinegro se humedeció los labios antes de continuar hablando. -JongIn ha estado enfurecido, se fue a beber hace un buen par de horas y, bueno, sólo nos dijo que eras un traidor. Acaso tú...

Johnny no fue capaz de terminar la frase, y eso le cayó como una maldita patada en el estómago a Lucas que, frunciendo el ceño y haciendo un rictus con sus labios, negó un par de veces. La mirada de angustia de sus amigos era dolorosa.

-No soy un traidor, sólo... -mierda, que complejo decirlo. Tomó una bocanada de aire, mirando a ambos chicos. -sólo me enamoré de la persona equivocada y JongIn se enteró. Eso es.

-¿La persona equivocada? ¿Quién es? -Mark preguntó con una emoción infantil sumamente adorable. El chico siempre había sido un romántico. Lucas parpadeó rápido.

-No puedo decirlo, aún. -arrugó el puente de su nariz. -está en peligro, creo, más que yo.

No fue necesario decir más que eso para que ambos chicos se miraran entre sí y comprendieran a la perfección, de que Lucas hablaba de un vampiro.

Pero de no ser por el intenso dolor que sintió en su pecho, les habría agradecido a ambos.

Soltando un gemido por aquella extraña sensación en su pecho y en su estómago, se dobló un poco sobre su propio cuerpo, manteniendo una mano contra su vientre y su torso, intentando descifrar qué era aquello que parecía quemarle en angustia y desesperación.

TRATADO DE PAZ  | [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora