Kaiden Fairwood
Abrí lentamente los ojos y fruncí el ceño al sentir un peso en mi pecho, mi mente al dejar de estar desorientado por acabar de despertar recordó todo lo de la noche anterior, bajé la mirada y encontré a Hailey recostada en mi pecho mientras me tenía abrazado por la cintura, aunque siendo sincero yo la tenía pegada a mi con un brazo alrededor de su delgada cintura.
Me preguntaba cómo una chica que en este momento duerme tan tranquila y ajena a todo pudo haber estado hace pocas horas llorando sobre mi hombro, recuerdo que sus gritos ahogados y sus sollozos me despertaron asustado, aunque no estaba completamente dormido contando el hecho de que estaba durmiendo el sofá. Cuando intente despertarla me asuste al ver que no abría los ojos, hasta que lo hizo y vi el miedo en ellos.
Trataba de descifrarla, parecía fácil, pero Hailey tenía más secretos de los que pensaba, su miedo de hace unas horas no era normal para una pesadilla común y corriente, parecía asustada y lloraba en sus sueños. Sin contar el hecho de que había confirmado que le tenía miedo a la oscuridad o necesitaba dormir con una luz encendida sin importar que, antes de dormir la encendió y me miró disimuladamente para ver mi reacción. Algo me decía que ella sin duda no recordaba como me rogó que encendiera la lámpara la noche en la que la conocí.
O estaba fingiendo que no recordaba eso, justo como yo con nuestro beso.
No soy de los que se embriaga cada nada, si me emborrachado tres veces en mi vida es mucho, la última terminó con un beso agridulce gracias a Hailey. Decidí fingir que no recordaba nada porque cuando me pregunto pude notar lo nerviosa que estaba, y lo último que quería hacer era incomodarla sabiendo todo lo que se avecinada. Pero, en mi mente aun seguían los recuerdos de nuestros labios, más aún porque no había sido para nada lento, estuvo lleno de necesidad, pero luego el alcohol me paso las cuentas quedando dormido.
Hailey era todo un misterio, pero yo estaba decidido a resolverlo.
Me levante con cuidado estirándome, hace mucho tiempo no dormía abrazado a nadie y prefería ignorar los latidos rápidos de mi corazón ante eso. Hailey se removió en sus sueños, pero no se despertó simplemente se dio la vuelta y abrazó la almohada en la que estaba durmiendo.
Al salir de la ducha salí para buscar mi ropa, pero al mirar hacia la cama encontré a Hailey mirándome fijamente aun acostada, parecía que se acababa de despertar.
-Hola-le dije cruzándome de brazos, ella no me dijo nada ¿Dormirá con los ojos abiertos? Tardó unos segundos, pero terminó por hablar.
-Hola-su voz estaba ronca y tosió un poco- ¿Qué hora es?
Mire el reloj que colgaba de la pared.
-Ocho y quince-asintió levantándose y pasando una mano por su cara, luego abrió mucho los ojos y me miró- ¿Qué?
-Dormiste conmigo-declaró, pero aun así asentí- ¿Por...? -se detuvo cuando pareció entenderlo-Iré a ducharme, me muero del hambre.
Asentí, pero ella ya estaba encerrándose en el baño.