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Kaiden Fairwood
Regresamos a casa tres días después de esa noche, le ofrecí a Hailey regresar, pero se negó alegando que lo solucionaría al regresar, así que me decidí a darle buenos momentos durante esos días, mi familia ayudo ya que parecían estar encantados con Hailey y ella con ellos. No sabia si había funcionado, solo lo confirmé cuando de camino a casa veía todas las fotos que había tomado las cuales envié a su correo.
—En esta salimos bien—me dijo enseñándome una donde estábamos ambos—Zoey tomo nuestro mejor ángulo.
Claro porque Zoey me había quitado la cámara sin poder reaccionar y se quedo delante de nosotros obligándonos a posar. En una caminata en la mañana que Gabriel había organizado. Tenía mi brazo alrededor de sus hombros mientras ella apoyaba su cabeza en mi pecho.
—Podría enmarcarla, ponerla en mi oficina.
— ¿La enmarcarías?
—Tengo una foto de ambos en mi oficina, y la tira de fotos en mi billetera—le dije y ella pareció sonrojarse un poco, pero lo disimulo bastante bien—También vi el marco en tu oficina.
—No la puse yo...Pero no me incomoda tenerla ahí, me gusta.
Veinte minutos después llegamos y bajo el equipaje. Tomo su mano para caminar junto a ella hasta el ascensor hasta el ultimo piso donde ella abro la puerta y el silencio completo inunda el apartamento, excepto por el maullido instante que suena acercándose, dejándome ver a Snow llamando nuestra atención. Hailey se agachó para tomarlo y acariciar su cabeza, paso la mirada por el apartamento con la intención de encontrar a Evan, solo que esta vacío. Hailey también parece notarlo así que se me encamino a la habitación de huéspedes. Un minuto después vuelvo y le hago saber que Evan parece haberse ido ya.
—Supongo que llegamos más rápido de lo que pensamos—me dijo depositando a Snow en el suelo—Sacare la ropa sucia.
—Te ayudo con eso.
El reloj marcaba las seis de la tarde así que ordene algo para cenar sabiendo que Hailey resoplo por mi desinterés a que cocináramos, pero trate de distraerla con un beso en la mejilla que la hizo sonreír de medio lado antes de tomar su maleta y dirigirse al área de lavado del apartamento. Mientras dejaba mis cosas en la lavadora hable con mi madre dejándole saber que ya habíamos llegado, Hailey se detuvo al mismo tiempo que yo cuando escuchamos la puerta principal abrirse.
—No creo que hayan llegado—dijo la voz de Evan seguido de un resoplido mientras se cerraba la puerta.
—Si lo hicieron, eres hombre muerto—Hailey arruga sus cejas cuando escuchamos la voz de Leah—Abandonaste a su gato todo el día.
—Porque eres demasiado inteligente para dejar las llaves adentro cuando te pedí sacarlas—Hailey abre la boca indignada—Pero mira esta vacío.
