11: ¿La realidad?

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Kaiden Fairwood

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Kaiden Fairwood

Trataba de no pensar mucho en el gato que se paseaba en mi escritorio pisando mis papeles, pero, aunque lo había dejado en el suelo dos veces ya encontraba la forma de hacerlo de nuevo interrumpiendo el trabajo que quería hacer antes de irnos. Deje a la bola de pelos en el suelo de nuevo y me maulló enojado.

-Oye no es mi culpa-le dije cerrando la laptop-Es de la mujer que sigue cambiándose pese a que fue hace media hora.

-Ya estoy aquí-la puerta de mi oficina se abrió y Hailey apareció de nuevo, usaba un vestido color azul que dejaba sus hombros descubiertos, su cabello estaba suelto y tenía un collar perlas decorando su cuello- ¿Estás listo?

-Estas preciosa-ella sonrió ante el cumplido-Y si estoy listo-me levante, ¿Qué harás con tu bola de pelos? -le pregunté y ella me miró mal por llamarlo de esa forma-No me mire así, que de verdad parece una.

-Le deje comida suficiente para el día-me dijo tomándolo en brazos y alejándose del pasillo-Debes portarte bien ¿Listo? No creo que haga nada tiene el tamaño de tu mano.

-Díselo a las hojas de mi escritorio-ella lo dejó en el sofá y el gato se acostó en un cojín-Vamos.

Abrí la puerta para ella y entró en el asiento de atrás. Me fue imposible no detallar a Hailey un par de veces en el camino, tal vez se dio cuenta tal vez no, pero estaba entretenida viendo cosas en su celular. Cuando llegamos fui el primero en salir dándole la mano para que saliera y se alisó el vestido.

-Buenos días, señor Fairwood-me saludo el valet y le extendí mis llaves-Que tenga buena suerte en su juego de hoy.

-Gracias-tomé la mano de Hailey y me dirigí hasta donde estaba mi familia, no quería dejarla sola mientras tenía que ir a prepararme.

Mis padres me saludaron apenas llegue y se acercaron para abrazar a Hailey que respondió al abrazo, mire a Elliot que estaba apoyado en el barandal mirando la escena, con un simple movimiento en la cabeza lo salude.

-Tenemos una mesa cerca del juego-le dijo mamá a Hailey-Ustedes pueden irse, nosotros tenemos cosas que hacer.

Simplemente pude despedirme con la mano antes de que Hailey fuera arrastrada por mi madre, Elliot se enderezó.

-Es un placer volver a tener en el equipo, primo-me dijo y asentí mientras caminábamos hasta los establos-Hailey se ve preciosa, por cierto.

-Lo es-dije simplemente sin disfrutar nuestra charla, no me gustaba hablar con el más allá del trabajo, aunque fuera mi primo.

Entre al establo y me separe de él caminando hasta donde estaba Evan con su caballo de siempre acomodando la montura. Lo saludé y le agradecí cuando me dio mi uniforme, debía de cambiarme rápido porque era el único que no lo tenia puesto.

Cuando lo hice volví y una chica estaba acomodando mi caballo de siempre, la verdad es que era un deporte que me gustaba practicar desde que tuve la oportunidad, pese a que llevaba años sabiendo montar caballo. Solía pasar algunas vacaciones fuera de la ciudad en la gran finca de mi familia, a dos horas de Nueva York pasábamos tiempo con todos, por lo que desde temprana edad supe todo lo que sé ahora.

¿Me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora