XIX."Moksha"

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—Ellie...

—Ellie, despierta...

La albina abrió sus ojos con lentitud y mientras los tallaba la figura de Meliodas frente a ella se hacía más clara. Se levantó para admirar mejor, la sonrisa en sus labios era resplandeciente y la abrazaba con ternura por debajo de las sabanas.

—Mel, ¿Qué pasa, no es muy temprano? —Meliodas acarició su espalda y le dio un casto beso en los labios, se separó de ella y volvió a sonreírle con ternura.

—Es que, Diane y Elaine ya llegaron, y hace rato tocaron la puerta para ver si estabas.

—¿Uh?

Era imposible no perderse en esa mirada, sus ojos encajaban perfectamente con los de ella, tanto que un escalofrió recorrió su cuerpo, ¿Cómo podía encajar también con una persona?.
La delgada mano de Elizabeth se acercó para acariciar las mejillas de Meliodas con adoración, de arriba a abajo, delineando su nariz, sus cejas, sus pómulos y sus finos pero carnosos labios que tanto amaba besar.

—¡ELIZABETH! —Gritaron desde el pasillo haciéndolos pegar un salto. —¿¡Estas bien!? ¡ya es hora de despertar!

Elizabeth volteó a ver a Meliodas quien tenía la cara roja, él pensaba que su voz era escurridiza. no lo pudo evitar y soltó una sonora carcajada haciendo que Meliodas hiciera un puchero. Sin percatarse la albina se dio la vuelta y Meliodas aprovechó para lanzarse encima, haciendo que soltara un pequeño grito.

—¡Meliodas! no hag-

—¿¡CÓMO QUE MELIODAS!? ¡ELIZABETH GODDESS BAJA EN ESTE MISMO MOMENTO! —Ahora fue el turno de Diane para gritar haciendo que hasta la tierra temblara. Debió pensar dos veces antes de gritar su nombre.

—¿Ya no me vas a regañar? —le preguntó con un tono infantil y con las cejas encorvadas hacia abajo.

—¿Ya no me vas a regañar? —le preguntó con un tono infantil y con las cejas encorvadas hacia abajo

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—Oww, Meliodas —suspiró Elizabeth con la voz chillona. Se acercó a él y le dio un suave y tierno beso en los labios.

Creo que debes bajar linda —dijo Meliodas dedicándole un sonrisa. Elizabeth asintió y se levantó de la cama. Por un momento la respiración de Meliodas se intensifico al verla desnuda, sus caderas, sus largas piernas, sus anchas caderas, su redondo y firme trasero, y sus dos colinas. 

Casanova ¦ Melizabeth ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora